Peter Ptassek aterrizó en Colombia en agosto del 2018 con las botas bien puestas. Sabía qué le esperaba y estaba dispuesto a recorrer el país para seguir personalmente el destino de los recursos que estaba aportando Alemania, pero sobre todo quería conocer Colombia a fondo. De raíz. Y así lo ha hecho, embarrándose, probando de todo, interactuando con la gente.
Pero desde el principio cogió el Twitter como su medio para comunicarse con los colombianos. Y llegarle a todo el mundo. Sería un embajador en contacto con la gente, humano, nada acartonado. La visión contraria a la que se tiene de un diplomático y más de un alemán. Allí quedaban escritas las bitácoras de sus travesías por los territorios.
Mi primer viaje de trabajo fuera de Bogotá me llevó a #Barranquilla! Se perciben encuentros colombo-alemanes icónicos: el colegio alemán, la navegación fluvial y la aviación de #SCADTA, predecesor de @Avianca! pic.twitter.com/GZVqJis27Y
— Peter Ptassek - Embajador de Alemania en Colombia (@alemEmbajador) September 5, 2018
Peter Ptassek nació en la ciudad de Gelsenkirchen el 1 de noviembre de 1961. El placer por la fotografía desde joven lo fue alternando con sus estudios de filosofía en la universidad de Tubinga (Tübingen en alemán), de germanística y ciencias de la literatura. Nunca ha dejado de captar en imágenes de sus descubrimientos pero también de sus emociones. Antes de llegar al servicio diplomático superior de la República Federal Alemana en 1993, el embajador ya tenía su cámara al hombro. Empezó con una cámara Rolleiflex 6 × 6, que le entregó su papá en los 80 y ahora carga una Nikon D850.
A los pocos meses de su llegada, escogió doce buenas fotografías y armó la Exposición “EOS”. Estas mostraban sus impresiones de un país que empezaba a dejar las armas. Visitó los nuevos asentamientos de ex guerrilleros, escuchó líderes sociales del Cauca y el Chocó, pero también disfrutó los paisajes del Tolima, Quindío y Huila.
Y así lo ha hecho en cada país nuevo que conoce, del que resulta postales para su cuenta en Instagram. Así ocurrió con Bruselas, donde hizo parte del equipo asesor del Presidente de la Comisión Europea Romano Prodi; en Moscú, donde fue funcionario de la embajada y cuando fue jefe civil del Equipo de Reconstrucción Regional en Afganistán.
Su actitud frente a la pandemia y el aislamiento drástico obligatorio, que arrancó el 27 de marzo pasado, no podía ser distinta. Inició su cuarentena acompañando las brigadas de repatriación a los casi 5 mil alemanes que había entonces en Colombia.
Estoy aquí y aquí me quedo. Hubo un mal entendido, los que viajan son los turistas, los de la Embajada nos quedamos. Por eso, gracias por los mensajes de aprecio y hospitalidad que me alientan a seguir entre Uds. y haciéndole desde acá frente al coronavirus. pic.twitter.com/rTvZBMuvZi
— Peter Ptassek - Embajador de Alemania en Colombia (@alemEmbajador) March 26, 2020
Desde el 29 de marzo, cuando el primer boeing 747- 400 de la compañía Lufthansa llegó a El Dorado, el embajador estuvo al frente en el abordaje y la alimentación de sus connacionales. El último vuelo salió el 3 de abril con 357 pasajeros alemanes y de otros países europeos y residentes colombianos.
Colombia saluda al último vuelo humanitario que retorna a 🇩🇪 en vuelo de Lufthansa. 357 pasajeros entre alemanes, países europeos y colombianos residentes. Todos se alegran de volver pronto, aman a 🇨🇴. Gracias Colombia, gracias migración 🇨🇴 gracias Cancillería 🇨🇴 Gracias tod@s. pic.twitter.com/igzAgxWmFp
— Peter Ptassek - Embajador de Alemania en Colombia (@alemEmbajador) April 4, 2020
La cuarentena se convirtió también en la oportunidad de Ptassek para darle rienda suelta a su pasión por la fotografía. Cambió las fotos de rostros negros e indígenas y los paisajes colombianos por la privacidad de su familia y los rincones de su casa, donde vive con su esposa y su pequeño niño, uno de los cuatro hijos que tiene.
Con sus compatriotas ya en puerto seguro en su país, el embajador Peter Ptassek retomó sus tareas. Ahí estuvo acompañando al Padre Francisco De Roux en la rendición de cuentas de la Comisión de la Verdad que se hizo de forma virtual, siempre interesado en la suerte de las víctimas.
La Embajada de Alemania es de puertas abiertas. Recibe las denuncias de líderes del Cauca acorralados por los asesinatos que no los frenó la pandemia y también asumió el frente al combate del COVID-19. El pasado 10 de mayo, una comisión de virólogos alemanes aterrizó en el país con 80.000 kits para pruebas. Esta comisión asesora laboratorios en Bogotá y Norte de Santander, además de intercambiar la fórmula alemana que logró reducir la tasa de contagio a 0.94.
Junto a la misión viene además una donación de 700.000 euros, que incluye: 48 camas hospitalarias especiales, 72 manómetros para balas de oxígeno, 12 monitores de signos vitales, 72 bombas de infusión, 3 desfibriladores, 3 electrocardiógrafos y 1.000 elementos de protección e higiene para el personal de la salud expuesto a un posible contagio de SARS-CoV-2.
Adaptado a la nueva normalidad, recibió en la embajada a la canciller Claudia Blum y al ministro de Salud Fernando Ruiz para asegurar la coordinación de ayudas para enfrentar la pandemia.
Solo espera retomar su camino por los territorios colombianos y con la cámara al hombro captar imágenes de una Colombia que ha aprendido a querer, en la que quiere también dejar la huella de su país.