Sobre el fracaso del liderazgo político chocoano

Sobre el fracaso del liderazgo político chocoano

"Quizás su crudeza, el reconocimiento de lo preciado que es ser libre, que es ser negro, y no haber alcanzado  conciencia de ello, es una razón para entender tanta corrupción"

Por: Marco Aurelio Garcia Pedraza
mayo 28, 2020
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Sobre el fracaso del liderazgo político chocoano

A propósito de los 169 años cumplidos el pasado 21 de mayo, desde cuando José Hilario López decreto la libertad de los esclavos residentes en la Nueva Granada, y  para quienes procedentes de otros territorios llegaran aquí, rememoremos por su importancia a tres negros: Fountain Hugues,  fue liberado en 1.865 y   uno de los pocos esclavos que apareció en los periódicos   de EE.UU., la entrevista  fue realizada en 1.949 cuando Hugues tenía 101 años, pero  se publicó en 1.957, cinco años después de su muerte; en una de las respuestas Hugues dijo:” Las personas que hoy son libres, debieran de estar muy agradecidas, parece que algunos de ellos prefieren ser esclavos”, y prosiguió: “cuando nos liberaron huimos y nos quedábamos donde podíamos, nos acostábamos en cualquier lugar, no teníamos hogar, no sabíamos nada, no teníamos a donde ir “.

Quizás su crudeza, el reconocimiento de lo preciado que es ser libre, que es ser negro, y no haber alcanzado  conciencia de ello, nos permita entender porque el Choco permanece estancado en su juventud, en su liderazgo político y en una camada inmensa de profesionales que hacen cola, para cargarle el maletín a los políticos corruptos, que asumieron su nuevo rol de “Capitanes de Cuadrilla” famosos en las minas; ahora manejan las arcas públicas buscando su liberación económica a toda costa, dejando a sus coterráneos hundidos en la miseria que día a día taponan calles en medio de esta pandemia. Robarse los recursos destinados a salud y educación, atenta contra los más elementales derechos del pueblo negro.

El pensamiento de otro negro un poco más hacia el sur, aquí en el Choco, Ramón Lozano Garcés: “Es necesario la unión de todos los hombres para salvar al Choco (…). (ABC 1.933, p.1), puede tomarse como de hoy 21 de mayo de 2.020. Así están los negros en el Choco, la mayoría no tienen nada que les permita vivir dignamente, a pesar de   contar con  un  territorio rico en oro y platino; con ríos como el Atrato, San Juan, Baudo, Andagueda, Tamana,  Quito, Munguido, Tolo, Tanela y Salaqui, entre otros; no tienen a donde ir, aunque cuentan con dos mares,  el pacífico y  atlántico, pero sus gobernantes han sido tan ineptos  que siguen pensando  y actuando como esclavos,  ya  no bajo el dominio  del hombre blanco y los grilletes,  sino, bajo las ataduras mentales que los subyugan a las pequeñeces  individuales, que no les permiten colocar su sabiduría al servicio de la raza, de  lo colectivo,  sino, que  se ofertan a quien haya logrado hacerse con el poder administrativo de una alcaldía o de la gobernación.

Diego Luis Córdoba, el tercer negro a rememorar, lucho por dos temas: la educación y la “raza”. Habló de la importancia de culturizar la raza y señaló lo que aun hoy, está por hacerse: "No hay carreteras ni nada de eso de que tantas veces se ha hablado la carretera de Caldas, la carretera de Antioquia, la carretera al pacifico, (…), (ABC 1.937p1). Ellos, no fueron inferiores al desafío histórico de ese momento; le arrebataron el poder político a los comerciantes de la carrera primera y crearon dos movimientos que han venido usufructuado el poder en el Choco, el (MLP), Movimiento Liberal Popular y el Movimiento Cordobista; además, Diego Luis   creo el departamento.

Lozano y Córdoba dejaron el poder en manos de los negros, y hasta hoy estos han sido inferiores a los anhelos de sus mentores; lo que hay de vías, ha sido conquista del pueblo sudoroso en las calles. Convirtieron  esos movimientos en monstruos que  han devorado miles de millones de pesos del erario público; esta elite que ha gobernado por más de 75 años, ha sido incapaz de construir una vía terrestre o férrea que una el mar con Quibdó, ciudad que siempre   ocupa los primeros lugares de desempleo en Colombia; han sabido mantener distraído de los proyectos importantes a su hermano de sangre y de color; y para ello han innovado hasta en la forma de llamarle, ya es mal visto llamarle negro, pero el blanco sigue siendo blanco, el indígena, indígena y nosotros los mestizos, mestizos. Han dividido también su estirpe entre los de genética directa con los africanos de sangre noble, equiparándose con los de raza blanca del norte de los EEUU; los “otros” para ellos, son segundones y algunos, para diferenciarse adoptan nombres y apellidos de líderes africanos, cambiando el Córdoba, el Palacios, Rentería y Mosquera.

Este “liderazgo” investido en las figuras de Daniel Palacios, Jorge Tadeo, Edgar Ulises, Odín y Patrocinio Sánchez, William Halaby, Carlos Murillo, Melania Valois Lozano; Higinio Mosquera Lozano, Bernardo Flórez, Augusto Cicerón, Isaías Chala, Efrén Palacios, Nilton Córdoba, Rufino Córdoba, Zulia Mena y otros, no solo ha sido inepto, sino, que la mayoría de ellos ha terminado encarcelados o suspendidos.

Han sido incapaces de crear condiciones en beneficio de la  raza,  de aprovechar el potencial hídrico para generar  energía e interconectar a cientos de caseríos, construir una salida al mar que  amortigüe el padecimiento de miles de baudoseños acorralados a esta hora por   grupos criminales y sujetos de múltiples desplazamientos; esos “lideres”, les hicieron creer que  su bienestar dependía de seguir contemplando los perezosos colgados de los árboles, para que el mundo no se terminara, mientras el crimen y la mafia iba copando su territorio; sus voceros son los mismos cómplices de la degradación  sufrida  por los ríos Atrato y Quito con la minería a gran escala, se hicieron de la vista gorda y con el consentimiento  de uno de los focos de corrupción más rampante, como lo es Codechoco, en cuyo frente anclaron las barcazas, que luego salieron de allí a  depredar la naturaleza; el daño causado a estos ríos, supera en diez veces  el daño que pudiera causar la construcción de los restantes 55 kilómetros  que faltan para conectar a Quibdó con Nuqui; tarea imposible y aplazada hasta cuando surjan nuevos líderes provenientes  quizás de la academia, o de aquellos que se han visto obligados a partir  ante la falta de oportunidades, para que desplacen a esta elite de políticos corruptos, siembren esperanza en los campos y moralidad en  el manejo de los recursos públicos, para que estos lleguen a la mayoría de chocoanos y no se queden en los bolsillos de unos pocos.

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