Corona para unos, virus para otros

Corona para unos, virus para otros

¿Las medidas del gobierno para mitigar los impactos de esta crisis impactan como se predijo? ¿Cuales están siendo los principales afectados y beneficiados con éstas?

Por: David Felipe Pérez Garavito
mayo 27, 2020
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Corona para unos, virus para otros
En plena pandemia  el presidente toma 3.350 millones de pesos destinados a la paz, para mejorar su imagen en las redes sociales. Foto: Presidencia

Ulrich Beck acertó terriblemente cuando afirmó que pasamos de una sociedad industrial, a una de los riesgos. No porque éstos sean una excepción de nuestro tiempo, sino porque sus efectos se han desligado de su lugar de origen y su carácter se ha vuelto global, como lo evidencia más que nunca la actual pandemia del COVID19.

El 31 de diciembre de 2019, China alerto al mundo sobre unos casos de neumonía no identificada en la ciudad de Wuhan. El 7 de enero la OMS identifico un nuevo coronavirus y para finales de ese mes, se encontraron los primeros casos en Tailandia, EEUU y Francia. Para inicios de abril, España ya tenia más de nueve mil muertos por COVID-19 y Estados Unidos contaba con mas de veinte mil, posicionándose como el centro mundial de la pandemia. En menos de 4 meses, el mundo se vio sometido ante un enemigo invisible que amenazaba con poner en riesgo a gran parte de la población mundial. Su rápida propagación, cogió desprevenidos a los diferentes gobiernos que empezaron a calcular rápidamente sus capacidades hospitalarias, y unos más rápido que otros, a aplicar medidas de aislamiento para contener la expansión del virus y evitar el colapso de sus sistemas de salud.

Como solo un artista se lo pudo imaginar, gran parte del mundo se encerró en sus casas para conseguir el aplanamiento de una “curva”, que si seguía en expansión, podía poner en riesgo a toda la humanidad. Eso era lo que se decía en los medios de comunicación. Entonces se cerraron los centros comerciales de muchos países, las clases de colegios y universidades empezaron a ser virtuales, todo evento masivo quedó aplazado indefinidamente y la actividad comercial en general, se vio en gran parte reducida. 

En la medida en que ha sido una crisis que se empezó a atender desde los límites nacionales, cada país fue aplicando las medidas de aislamiento como lo creía conveniente y según lo que les fuera indicando la “curva”. La tensión estaba entre el sistema económico y de salud. En general se buscaba que la gestión de un riesgo epidémico que amenazaba con colapsar la capacidad hospitalaria de los países, no se transformara en el incremento de riesgos que pudieran desencadenar una crisis económica. Dentro de este cálculo se tomaron las medidas de cuarentena en cada país. 

El seis de marzo el ministerio de salud colombiano reportó el primer caso de COVID-19 en el país: una ciudadana que llego de Milán, Italia, fue la primera diagnosticada, en la ciudad de Bogotá. Aunque la cuarentena fue implementada el veintitrés de marzo, para mayo se reportaban casi diez mil casos de contagio y casi medio centenar de muertos. Sumado a esto, el sector de las Mipymes reportaba pérdidas millonarias y las cifras de desempleo sobrepasaban el doce por ciento por efecto de la inactividad económica. Varios sectores luego de casi dos mes de aislamiento preventivo, se vieron gravemente afectados. Algunos (como el el turismo y varios sectores informales), de forma irreversible. Las medidas que rápidamente se tomaron para evitar una crisis sanitaria (que posiblemente no puedan evitar), no tardaron en generar una crisis económica de alcances aún insospechados.

Entonces ¿Las medidas que ha tomado el gobierno para mitigar los impactos de esta crisis están teniendo el impacto que se predijo? ¿Cuales están siendo y pueden ser los principales afectados y beneficiados con éstas? El presidente Duque se ha declarado dos veces en emergencia económica. En el primer caso, decretó una serie de medias en las que se destaco el crédito como medida contra la crisis, con una asignación de siete billones de pesos. La plata se le dio a los bancos por medio de Finagro, Findeter y Bancoldex, para que éstos se la dieran a los empresarios, agricultores, emprendedores y de más, por medio de créditos. Sin embargo, gran parte del dinero terminó en manos de las clases más acomodadas, los dueños de las grandes empresas (el caso de Finagro es representativo). A la clase media, donde se encuentran la mayoría de las Mipymes y pequeños negocios, se les negó los créditos por el alto riesgo que representaba para los bancos el efectuarlos. 

En la segunda declaratoria de crisis, y teniendo en cuenta los impactos de las medidas tomadas en la primera, el gobierno tuvo que implementar un subsidio dirigido a la nomina y asumir el riesgo que representaba para los bancos, el efectuarle un préstamo a un empresa o negocio improductivo. Entonces se propuso el subsidio del cuarenta por ciento de un SMLV, a las empresas que demostraran perdidas de al menos un veinte por ciento de sus ventas, esperando reducir los despidos. También se dijo que se asumiría el noventa por ciento de la deuda de quienes definitivamente no pudieran cumplir con estas responsabilidades, para que los bancos efectúen los prestamos de alto riesgo. 

Estas medidas, que apuestan por los créditos como mecanismo principal dé atención a las problemáticas económicas del país, muestran varias cosas. Por un lado, las preferencias de este gobierno por el sector financiero y las grandes empresas, sobre los sectores de micro y pequeños empresarios. Por ejemplo sectores como el informal, ni siquiera son contemplados dentro de estas medidas, pues no cuentan con las condiciones para respaldar un crédito que les permita mantener sus negocios. Por otro, la priorización de las riquezas que se producen en el mercado financiero, por encima de aquellas q,pue implican mano de obra par su creación. Esto implica, que se beneficien las condiciones para los dineros que se pueden crear a partir del cobro de intereses,  aunque esto determine la afectación de los independientes, informales y Mipymes, que son las que absorben la mayor cantidad de población empleada del país y los que ni pueden acceder, ni tienen cómo costear un crédito.  

Por último, es importante resaltar que estos créditos terminarán aumentando la concentración de la riqueza. Por un lado, y como ya se dijo, benefician a las grandes empresas que pueden acceder a créditos preferenciales. Por el otro, aumentan los capitales financieros controlados por unas pocas personas. Esto, a costa de miles de personas que se quedarán sin empleo, porque sus jefes no podrán acceder a un crédito para mantener su negocio por falta de garantías. O porque sencillamente un crédito, no es una opción viable cuando ni siquiera sabes cuando vas a poder re abrir tu negocio. Así, y ya para cerrar, me gustaría decir que estas medidas seguramente terminarán incrementando las políticas focalizadas y asistencialistas. Aquellos que terminen en la pobreza, pero eso sí, que puedan demostrarla, no les quedará otra opción que acogerse a subsidios o programas de transferencias monetarias del gobierno. 

Ahora más que nunca, ante la COVID-19, es de vital importancia que se ponga la vida de miles de personas en alto riesgo de vulnerabilidad por encima de los intereses financieros del país. Por eso, es necesario que se tomen medidas como impuesto a capital, que permitan el aporte de los grandes capitales al el reforzamiento del sistema social del país. Que se refuercen las redes de comercio local y se empiece a practicar un consumo consiente. Tal ves sea el momento de que el minimalismo como forma de vida, se ponga de moda. De que volvamos a las vidas simples. Y de que se empiece a pensar en un sistema de producción, en el que prime el cubrimiento de las necesidades, sobre la satisfacción de los deseos. 

Es muy difícil dar un pronostico de los resultados de esta pandemia en el país, sin embargo es posible afirmar, que se pondrán en el paredón social todas las instituciones estatales, sus capacidades y muchas de las decisiones de desregulación económica que han tomado los últimos gobiernos, y que tienen al país, en el contexto de desigualdad actual. Además, será decisivo el actuar comunitario y solidario de las personas y las iniciativas de base, para atender las diferentes problemáticas que se presentan. También, aunque a mi parecer irónico, será importante el papel de aquellos que han acumulado grandes fortunas en el mercado financiero. De recursos provenientes de impuestos a capital, o de la responsabilidad social y solidaridad filantrópica particular, dependerá gran parte de las soluciones que se le puedan dar a esta crisis.

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