Con estupor las victimas de este país se enteraron que la Ministra del Interior, Alicia Arango, había nombrado en su cartera como director de atención a víctimas al hijo de Jorge 40. Fue tan absurdo, una provocación tan grande que nos dio miedo como colombianos. Es tal la falta de compromiso de este país con las víctimas de los paramilitares que nombra al hijo de un paramilitar, que además en sus trinos ha dejado en claro su posición política de derecha y que cree que su papá es un héroe, un prisionero político. Esto no es un nombramiento, es una cachetada.
Me ha impresionado que hasta gente sensata del uribismo como Rafael Nieto Loaiza crea que esto es una provocación, una afrenta al proceso de paz. Señora Alicia Arango, si no existen los delitos de sangre, ¿usted nombraría en ese cargo al hijo del Mono Jojoy? Porque igual de aberrante es Jorge Briceño a Jorge 40. Igual de descuartizadores, de secuestradores, de narcos. No debió nombrar al hijo de un exparamilitar o si no, ¿qué va a pasar cuando llegue la víctima de un paramilitar, del propio Jorge 40 y lo atienda su hijo? Este muchacho, que además no tiene ninguna experiencia ni hoja de vida ni nada, como bien lo dijo Daniel Samper Ospina, lo único que tiene de experiencia es un papá victimario, está impedido para ejercer ese cargo.
Da miedo este gobierno, su nivel de soberbia, de uribismo paisa descarnado. Esto no puede quedarse así, alguien debe hacer algo. La herida es profunda y las víctimas ya deben estar cansada de tanta revictimización.