Juan juega en el parque con sus papás, él tiene 5 años y es hijo de una exitosa pareja que tiene empresas que manejan negocios internacionales; Juan juega en el parque con sus papás, él tiene 5 años y es hijo de una pareja de trabajadores informales. Ambos son niños, para quienes lo importante es jugar. Realmente las diferencias entre ellos se basan en la alimentación, la educación, el vestuario que cada uno va a recibir, y por supuesto sus juguetes.
Un día llegó a nuestro maltratado país una enfermedad que nos obligó a encerrarnos en nuestras casas para ponernos en cuarentena, esto puso al descubierto la enorme brecha social que existe y que nuestros dirigentes siempre han querido ocultar.
El coeficiente Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos: mide hasta qué punto la distribución del ingreso entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa.
Si nos detenemos a mirar esta medición, encontramos a nuestro país entre los más desiguales del mundo y lo más alarmante es que estamos al mismo nivel de muchas poblaciones africanas como Namibia, Botsuana, Sierra Leona, entre otros. Así mismo, en América somos únicamente superados por Haití, lo que nos ratifica entre los países más desiguales del mundo.
Ahora bien, Colombia tiene un PIB de 456.000 millones de dólares, enormes riquezas minerales y más de 22 millones de personas ocupadas, de los cuales 15 millones están excluidas de los sistemas de salud, pensión y riesgos laborales.
En las 13 ciudades más importantes del país, según el DANE, la tasa de desempleo es de 12.9 % y la tasa de ocupación del 57.2 %. Hablando de ocupación, los trabajadores informales (vendedores ambulantes, limpiadores de parabrisas, etcétera) están catalogados como personas laboralmente activas.
Retomando, la pobreza se agudiza con las políticas neoliberales. Aunque esto se trata de explicar a partir de la teoría económica, esto se debe a determinantes políticos. La educación y las plazas laborales son algo que el Estado debería garantizar.
La meritocracia es un discurso de los políticos para seguir justificando la desigualdad, la posibilidad de que un hijo de padres pobres pueda ir a la universidad es casi cero y los que lo pueden hacer, lo hacen en instituciones de dudosa calidad, mientras que los hijos de padres ricos tienen un 100 % asegurado de llegar a una buena universidad.
La población más desfavorecida debe hacer hasta lo imposible para poder llevar un diario para la familia. Por los problemas de la guerrilla, paramilitares y las Fuerzas del Estado (el conflicto Colombiano) miles de campesinos han sido desplazados a ciudades y poblaciones donde se les complicó encontrar trabajo y por consiguiente un sitio donde vivir, llegando así a engrosar las filas de la indigencia.
Los gobiernos Colombianos entregaron indiscriminadamente los terrenos cultivables a las personas más ricas del país, que junto con las transnacionales son dueñas del 81 % de las tierras.
El 62% de los jóvenes del campo no llegan a la educación secundaria y solo un 2% puede llegar a una universidad. Según el fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Colombia 5.000 niños mueren cada año por desnutrición y en un documento suscrito por la iglesia católica, denuncia que no solo el 52 % de los colombianos vive en la pobreza sino que el 20 % se encuentra en la indigencia, mientras que cinco millones se van a dormir diariamente sin comer.
Con los famosos TLC se incrementó la fuga de capitales, la destrucción ambiental y aumentó la privatización de servicios esenciales como educación, agua, electricidad y salud, se incrementó la desigualdad y el trabajo precario, se redujo la producción alimentaria con la entrada de mercancías subsidiadas provenientes de Estados Unidos, y sobre todo se perdió la soberanía económica y política de la Nación (en Colombia hay mínimo 7 bases militares de Estados Unidos), para que los congresistas gringos aceptaran aprobar el TLC se incrementaron las concepciones y la venta de empresas de producción y servicios como empresas eléctricas, grandes extensiones de terreno para la extracción de minerales, la construcción de hidroeléctricas con las consecuentes afectaciones a los pobladores nativos y al medio ambiente.
Definitivamente los más poderosos hacen lo que quieren y son los que mandan; lamentablemente esta pandemia va a afectar a individuos o familias estrato 3, las más golpeadas perdiendo sus empleos o teniendo que aceptar una reducción en sus salarios para tratar de conservar así su empleo, mientras que en los estratos 1 y 2 van a caer muchas familias en la pobreza absoluta ahondando más la brecha social.
“La pobreza no es normal, es creada por el humano y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es acto de caridad, es un acto de justicia” Nelson Mandela
Por ahora Juan está en cuarentena con todas las comodidades, Juan está en cuarentena con los escasos recursos y tremendas necesidades que tienen sus padres.