“Los paras y las Bacrim son el mismo perro con distinto collar”

Agustín Fernández, es el testigo presencial de la vida cotidiana de la gente que quiere, construye y vive la Paz. El joven fotógrafo vive actualmente en Montevídeo, aceptó esta entrevista para Las2Orillas y nos contó su experiencia esclarecedora sobre el sentido que tiene hacer la Paz en Colombia, dignificar la Memoria y vivir la Reconciliación en el post conflicto.

En el 2010, el charrúa vino por primera vez a Colombia, permaneció dos meses realizando un trabajo fotográfico de campo. Gobernaba en su segundo período de reelección Álvaro Uribe Vélez. El año pasado regresó. Su  destino siempre ha sido la zona rural del Urabá Antioqueño, la vereda San Josecito, y sus vecinos, han sido las familias de campesinos de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

Antes de tu primer viaje, ¿cómo te imaginabas a la Comunidad de Paz?

-Agustín: En lo que fue distinto de lo que imaginaba, fue la actitud de la gente. Me imaginaba que serían más cerrados, más reservados (más uruguayos quizás), pero me encontré con gente muy abierta, dispuesta a charlar de sus tristezas y sus alegrías.

Hagamos Memoria:

En los noventas, la Diócesis de Apartadó promovió la organización de varias familias campesinas desplazadas de la región del Urabá antioqueño y chocoano, que  retornaron a sus territorios, juntándose en fincas o predios comunitarios y demarcando los lugares con letreros y carteles alusivos a su condición de civiles en medio de la guerra, exigiendo respeto por su decisión de no participar en ella.

Así fue como, el 23 de marzo de 1997 se creó la Comunidad de Paz. Desde entonces los campesinos se declararon neutrales y decidieron no colaborar con ningún grupo armado, legal o ilegal, que hiciera presencia en sus territorios.

“Es una zona en la que los campesinos luchan por poder vivir en paz a pesar del conflicto y los constantes ataques de los bandos armados.” Cuenta Agustín.

Los registros de organizaciones internacionales y Centros de Pensamiento como Cinep indican que durante sus 17 años de existencia, la Comunidad ha soportado señalamientos desde las altas esferas del Gobierno Nacional, y han sido víctimas de masacres, homicidios y hostigamientos contra sus integrantes por parte de grupos guerrilleros y organizaciones paramilitares en connivencia, según sus denuncias, con tropas del Ejército.

 “Todos los miembros de la Comunidad tienen muy clara cual su historia y las atrocidades que les ha tocado vivir, hombres, mujeres y hasta los niños son bastante conscientes del pasado.”

Cuéntanos, ¿cómo transcurren los días allá?

-Agustín: Hay dos días a la semana en la Comunidad que son muy distintos al resto, los jueves y los domingos. Los jueves por ser día de trabajo comunitario, todos los integrantes trabajan en proyectos de la Comunidad divididos en pequeños grupos de trabajo (cacaoteras, cría de peces, los niños ayudando en la limpieza etc.), los domingos son los días de descanso, mientras que los demás días los adultos trabajan, y los niños van a la escuela.

El trabajo comunitario es fundamental para las familias campesinas que hacen parte del proceso. La producción agroecológica, además de la dignificación de la memoria y la recuperación del territorio, entendemos, que son ejes fundamentales en la construcción colectiva que desarrolla la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.¿En ese contexto, cómo vivió un Uruguayo en veredas selváticas y campo?; ¿cómo empezaste a hacer tu vida…o tu labor?

-Agustín: Al principio me costó un poco el clima, tan cálido y húmedo, después me acostumbré bastante bien. Por lo general dormía en una cama, a excepción de algunas ocasiones en las que fuí a otras veredas de la Comunidad y dormí en hamaca. Me adapté muy bien a la comida típica de la zona, nunca tuve problemas con la comida, por lo que a veces desayunaba arepas con huevos pericos, otras veces arroz con frijoles...

En la primer visita di un taller de fotografía sí, en la segunda no se pudo hacer, en ambas dediqué la mayor parte del tiempo a hacer fotos, a conversar con la gente, a jugar al dominó con ellos, al fútbol....

En tu opinión, ¿quién o qué representaba o representa actualmente  el mayor riesgo para la Comunidad de Paz?

-Agustín: El principal riesgo para la Comunidad es de los paramilitares, son quienes más los han venido amenazando, y los culpables de la mayor cantidad de asesinatos que han sufridos.

El vocero de la Comunidad, el Padre Javier Giraldo, advirtió que los Paramilitares siguen la zona[1] y ha explicado “que se quiere hacer creer al país y al mundo que la Comunidad “tiene vínculos con la insurgencia”, mientras la verdad es que la insurgencia ha atacado 20 veces a miembros de la Comunidad o a pobladores de la zona, y que la verdad es que las acusaciones sobre vínculos de miembros de la Comunidad con la insurgencia han sido construidas en la Brigada XVII sobre falsos testimonios de informantes pagados o extorsionados que no resistirían el más mínimo análisis probatorio.”

Algún hecho para contar que permitiera señalar ¿qué ha disminuido el riesgo de la Comunidad con la desmovilización de los paramilitares que hizo el gobierno de Alvaro Uribe?

-Agustín: Ninguno, en palabras de un campesino de la Comunidad, “los paras y las Bacrim son el mismo perro con distinto collar.”

Consideras que la comunidad de Paz corre algún riesgo en estos momentos?

-Agustín: Siguen corriendo riesgos sí, amenazas de parte de paramilitares contra líderes de la Comunidad, soldados que acampan en territorio comunitario...

Hablemos de Paz:

¿Cuál Paz conciben las personas de esta comunidad?

-Agustín: la Paz que ellos buscan es la de poder vivir sin miedos, sin amenazas, sin presiones. Poder vivir de la tierra sin riesgos de ser desplazados por los violentos...

La Comunidad de Paz, solicitó medidas de protección a la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde octubre de 2000, precedidas por las Medidas Cautelares de la Comisión Interamericana, asumidas desde noviembre de 1997.

De acuerdo con tu experiencia, ¿Cómo crees que pueden ser superadas las tensiones y los riesgos de la comunidad de Paz, en relación con la militarización, las estigmatizaciones y señalamientos?

-Agustín: Un buen paso en ese sentido fue el pedido de disculpas por parte del presidente Santos (según dictaminó la CIDH) por los señalamientos realizados durante la presidencia de Uribe. Faltaría que eso sea más respetado por parte del ejército.

¿Qué debe hacer el Estado para que la Comunidad de Paz viva en Libertad?

-Agustín: Respetándolos como civiles que son, controlando que los soldados del ejército no amenacen a sus miembros, que no los acusen de guerrilleros...

¿Qué pueden hacer la sociedad civil y los medios de Colombia para proteger y brindarle una verdadera Paz a esta comunidad?

-Agustín: Difundir lo que pasa en la Comunidad es una muy buena forma de protección, la ignorancia y la falta de información son grandes alíadas de la injusticia, la impunidad alienta a los violentos a actuar, que ellos sepan que hay personas/medios mirando los hará dudar mucho antes de realizar alguna actividad contra la Comunidad.

¿Qué enseñanzas para tu vida, te dio  la comunidad de Paz?

-Agustín:  Muchísimas enseñanzas, si tuviera que destacar una, creo que sería la de priorizar lo colectivo ante lo individual, en cuanto a estar dispuesto a arriesgar la vida con tal que los demás puedan vivir mejor. Ellos combaten a la muerte con vida, trayendo vida nueva y sabiendo que es la unión lo que los hace fuertes.

“Muchas personas me marcaron… por mencionar a una, te diría Arlley, un niño de apenas 9 años, que conocía muy bien la historia de la Comunidad, las masacres … pero esto no le quitaba su condición de niño.”

¿Cómo crees que te recuerdan en la comunidad de Paz?

-Agustín: Como el amigo fotógrafo uruguayo que tapaba bien en la portería cuando jugaba al fútbol.

*Para conocer más sobre el trabajo de Agustín pueden visitar Obreros de la Paz / Comunidad de San José de Partadó http://youtu.be/sBU5-RNcb7M