El coronavirus representa el peor brote viral en este siglo. Desde la gripe Española o de la Influenza, que estuvo vigente entre 1918 y 1920, que no se registraba alguna pandemia tan letal, aunque aquella fue mucho más mortífera que el covid 19, ya que se calcula que más de 50 millones de personas murieron alrededor del mundo por esta enfermedad, lo que implica un índice de mortalidad significativamente más alto que el registrado hasta ahora con el nuevo virus.
Más allá del presente aislamiento social obligatorio que varios países decidieron establecer y extender y otros como Suecia, directamente nunca lo comenzaron, el contexto socio – político global está marcado íntegramente por las decisiones tomadas por los Estados para mitigar el daño del coronavirus, sobre esto hay dos vertientes bien marcadas en cuanto a las prioridades de cada gobierno.
Por un lado, la postura del Estado Argentino expresada por su Presidente, Alberto Fernández, quien aseguró que “si el dilema es la economía o la vida, yo elijo la vida”, posición que fue reafirmada por varios gobiernos a nivel mundial, como el cubano, que envió más de 20 misiones médicas divididas entre Europa, África y América Latina.
En contraposición están los países que priorizaron evitar el deterioro económico por sobre la salud de sus ciudadanos. El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es uno de los pocos líderes a nivel mundial que se mostró en contra de las medidas de aislamiento. Si bien en el país norteamericano la mayoría de los Estados están llevando a cabo la cuarentena, Trump, desde un comienzo se mostró reacio a estas medidas reclutorias y lo evidenció asegurando que “la cura no puede ser peor que la enfermedad” e, incluso, mostró su apoyo a distintos grupos anti aislamiento que salieron a protestar contra estas determinaciones adoptadas por los gobiernos locales. En una línea mimética se ubica el mandatario de Brasil Jair Bolsonaro, quien, al igual que el magnate estadounidense, se expresó en contra de la cuarentena, e incluso se lo pudo ver públicamente en manifestaciones contra estas políticas preventivas y, además, criticando públicamente a distintos gobernadores, como Joao Doria, mandatario de Sao Paulo, por establecer el aislamiento obligatorio.
Coronavirus, ¿golpe mortal al capitalismo?
Una de las mayores incógnitas sobre la post pandemia es qué será del futuro socio – económico de la humanidad. Sobre este interrogante se abren varias posturas como la del filósofo esloveno Slavoj Zizek, quien en un artículo denominado “coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de Kill Bill y podría conducir a la reinvención del comunismo”, asegura que el Covid 19 representa un golpe mortal contra el capitalismo y el virus “nos obligará a reinventar el comunismo”. Zizek posiciona al virus como el deus ex machina que conducirá a un comunismo renovado “basado en la confianza en las personas y en la ciencia”, pero sin pasar por los enfoques y mecanismos clásicos del comunismo revolucionario o “a la vieja usanza”, tal como lo definió el esloveno.
En contraposición con el europeo, el filósofo de Corea del Sur, Byung-Chul Han afirmó que “Zizek asegura que el virus ha dado un golpe mortal al capitalismo, se equivoca” y agregó que “el capitalismo continuará con más fuerza tras la pandemia, ningún virus es capaz de hacer la revolución”. Byung-Chul Han fundamenta su postura afirmando que la actual crisis económica que se atraviesa actualmente se podría haber producido sin necesidad del coronavirus, “quizás el virus solamente haya sido el preludio de un crash mucho mayor”, aseguró el surcoreano.
El capitalismo sobrevivió y se reinventó superando crisis anteriores
La humanidad ha atravesado varias crisis económicas globales, el siglo pasado, sin contar las dos guerras mundiales, por ejemplo, el crac de la bolsa de 1929, en la que millones de estadounidenses compraron acciones hasta que el 24 de octubre comenzaron a caer los valores de los títulos llevando a la quiebra a accionistas y bancos. Tras esta crisis, el precio del oro se desplomó a la mitad del valor que tenía anteriormente y para 1933 la desocupación en los Estados Unidos llegó al 25%, mientras que en Gran Bretaña fue del 14% y en Alemania del 15%.
En 1937 Estados Unidos vivió una nueva crisis económica debido a que el Presidente Roosevelt decidió retirar la ayuda estatal planteada en el New Deal, esto llevaría a una nueva caída de la bolsa de valores y al aumento del desempleo a un 20%, que mejoraría durante la Segunda Guerra Mundial.
Recién en 1940, tras el “New Deal” adoptado efectivamente por el Presidente Franklin Roosevelt, se impusieron medidas de bienestar social dejando atrás un liberalismo acérrimo y así Estados Unidos comenzó a mostrar crecimiento económico y a reducir la desocupación.
Si bien el mundo actual es completamente distinto al de la primera mitad del 1900, el modelo de crisis económico que más se asemeja al actual, debido al contexto de la globalización, es la gran recesión del 2008 en la que se otorgaron créditos a personas con baja capacidad de pago, esto derivó en que el cuarto banco de inversión más importante de los Estados Unidos, Lehman Brothers, se declarara en bancarrota y desatara una crisis mundial que llevó a que entre 2007 y 2009 se perdieran 27 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos, ascendiendo a una tasa de desempleo que alcanzó un pico de 9,7%, comenzando a decrecer desde allí hasta llegar a un 3,5%, el número más bajo en 50 años.
La crisis económica que depara el coronavirus
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo habrá 195 millones de personas que perderán sus puestos de trabajo a causa de la crisis del covid 19. Si se confirman estos pronósticos, esta sería la mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. En Estados Unidos, en tan solo 35 días, más de 26 millones de personas solicitaron un subsidio por desempleo al Departamento de Trabajo. En Latinoamérica se estima que la cifra de pérdida de trabajo será del 6,7%, lo que representaría un impacto menor a la tendencia mundial.
Si bien esta nueva crisis del capitalismo también se ve agudizada por el descenso histórico del precio del barril de petróleo diferentes gobiernos del mundo ya comenzaron a tomar medidas para reactivar escalonadamente las diversas industrias para aminorar el impacto. Aunque el paciente está hoy en terapia intensiva, seguramente, una vez más, se repondrá y volverá más fuerte, como ocurrió en los anteriores procesos críticos que atravesó.