Hace poco le di una vuelta a Netflix. Cosas que no había visto, que no tienen el enganche de series como la Casa de papel, la Casa de las Flores o la vida de Luis Miguel. Me sorprendí. Encontré documentales estrenados estrenados hace dos años que no había visto por prevención, películas clásicas imposibles de conseguir en otros formatos y series documentales de poderío inobjetable. Acá van los 10 tesoros escondidos de Netflix que usted disfrutará si tiene sal en la mollera
- Rolling Thunder revue. En 1975, año del bicentenario de los Estados Unidos, Dylan convenció a un empresario de origen griego que financiara una gira por Estados Unidos. Lo acompañarían 15 artistas, entre los que estaban el poeta Allen Gingsberg y la sacerdotisa punk Patti Smith. La libertad creativa que asumió Dylan le costó al empresario una bancarrota absoluta. Sin embargo la leyenda permaneció y hasta el 2019 Dylan sigue presentando su circo particular. Las imágenes inéditas y tener el raro privilegio de escuchar a Dylan sin aprehensiones nos permite ver a uno de los personajes más enigmáticos del pop sin su máscara. Un privilegio que sólo se puede dar Martin Scorsese. Si quieren un viaje a las entrañas de la contracultura enciendan sus cigarros y pónganlo ya.
- Los tres padrinos: No pude creer cuando me enteré que Netflix le había quitado el privilegio a Amazon de lucir la gran epopeya del Nuevo Hollywood. Ayer, por ejemplo, vi la mejor y la más poca difundida de la trilogía, el Padrino 2. Robert de Niro y Al Pacino en la cumbre de su carrera. Una reconstrucción de época en la que consiguen lo imposible: regresar a la Nueva York de la década de los 10, a la Sicilia de principios del siglo XX. Si, si los griegos le aportaron a la mitología La Iliada y la Odisea los gringos supieron mostrar el poderío del cine en esta trilogía que ya se puede apreciar en Netflix. Un manual de manipulación política que se fuma en nueve horas.
- Peep Show: Una bofetada británica al machismo, a la estupidez de ser hombre, una radiografía del fracaso de los hombres de clase media aderezada con un humor demoniaco. Si quieren ver de lo que es capaz Jesse Armstrong, el creador de esta serie, vean el primer capítulo de la sexta temporada. Uno de los protagonistas va a un banco de semen, lo encierran en un carto, no hay revistas, no hay porno por ningún lado. Busca en los bolsillos y lo único que encuentra es un billete con la cara de la reina. Y ahí lo vemos, esforzándose en imaginarla joven. Una locura, una genialidad única.
- The affaire: Yo no conocía esta serie y la empecé a ver porque el protagonista es Dominic West, el policía alcohólico y mujeriego de The Wire quien acá vuelve a encarnar a un hombre atormentado, un escritor que salta a la fama haciendo una novela erótica basada en la relación que sostiene con una camarera. Los puntos de vista de cada uno de los protagonistas a lo Rashomon y la intensidad dramática le dan una originalidad y sorpresa a The Affaire que pocas series pueden tener.
- The Last Dance. Si, lo sé, todos lo están viendo. De pronto este no es ningún tesoro escondido pero yo echo pa’lante, yo quiero hablar. A mi no me gusta el basketball, nunca he visto un partido completo de la NBA, pero crecí en los noventa y viví la importancia de los Chicago Bulls y la conformación del Dream Team en Barcelona 92. Tuve unos Jordan Air y supe de las investigaciones que le hizo la NASA a Michael Jordan por su capacidad de elevarse a alturas insospechadas. Eso me basta para verme los cinco impresionantes primeros capítulos de esta serie documental hecha a punta de imágenes de archivo, una tras otra en un trabajo exhaustivo. Adictiva. Si quieren ver el rigor que debe tener un deportista de alto rendimiento tienen que verla. Ni me imagino lo que la deben estar disfrutando los verdaderos fanáticos del basket.
- Get me Roger Stone: Extravagante, fisiculturista, brillante y manipulador, el abogado que se inventó la presidencia de Roger Stone, el titeretero en las sombras pudo haber sido, desde sus años con Nixon, el creador de las Fake News en la política. Un documental que muestra, sin repintar nada, las razones por las que Donald Trump es presidente de los Estados Unidos: sólo le tuvieron que traer a Roger Stone.
- 1994: El 1 de enero el entonces presidente de México Carlos Salinas de Gortari firmaba con los Estados Unidos un tratado de libre comercio que fue anunciado por los medios como el paso definitivo de ese país al primer mundo. Ese mismo día el Ejercito Zapatista se tomaba Chiapas. La reacción del presidente fue mandar el ejército a masacrar al pueblo y lo hubieran hecho si esa revolución no tuviera un líder como el Comandante Marcos y sus discursos encendidos, poéticos, hermosos, con una capacidad única de llegarle a la gente. La masacre hubiera sido total si el pueblo mexicano no se hubiera tomado las calles a respaldar la revolución. A Salinas no le quedó otra que recular. A los 3 meses, durante una manifestación en Tijuana y ante las cámaras de televisión, fue asesinado Luis Donaldo Colossio, el progresista candidato del PRI que tenía casi asegurada las elecciones. Los cinco capítulos se ven de un tirón y a uno no le queda más que rogar porque a Netflix le de por hacer una serie documental sobre el 1989 que tuvimos que pasar en Colombia.
- Tiburón: La obra maestra de Spielberg ha llegado a Netfix. El primer blockbuster de la historia del cine no ha envejecido un solo día y eso que ya tiene 45 años. Ideal para ver en estos días en donde los dirigentes escogen la prosperidad económica a la salud de la gente. Véanla y se darán cuenta de lo que hablo.
- La última tentación de Cristo: En 1989 fue el gran escándalo, Martin Scorsese se había atrevido a filmar la blasfemia de Nikos Kazantakis en donde Jesús aceptaba la propuesta del demonio disfrazado de ángel de salvarse del sufrimiento de la cruz para disfrutar las mieles de María Magdalena. El Vaticano la sacó de los cines del mundo y desde ese entonces es un objeto de culto que Netflix ha traído para ustedes. Pongan a prueba su fe, incautos creyentes.
- El asesinato de Gianni Versace: Ryan Murphy pintó en diez capítulos no el perfil del genial diseñador de modas italiano sino de su asesino, un ambicioso y arribista joven de ascendencia filipino que termina convirtiéndose en un asesino en serie con tal de conseguir fama y dinero. Avasallante.