Ante la amenaza e incertidumbre que genera un nuevo proceso de paz los colombianos han legitimado en las urnas lo cansado que se encuentran de la violencia constante que empaña los periódicos y la expectativa se centra en unas voces con pocos micrófonos a los cuales llamamos víctimas. Las víctimas del conflicto armado son los principales afectados de más de 50 años de violencia y de una justicia transicional que para algunos es un premio a sus victimarios a los cuales la verdad y la reconciliación la cumplen a medias con penas no ejemplarizantes, y además entre procesos largos y tediosos surge la pregunta ¿ y la reparación que ?.
Para muchas de las victimas solo necesitan dos cosas como exigencia en la justicia transicional que son: saber dónde se encuentra su familiar, para darle las exequias correspondientes y volver a su pueblo a cultivar la tierra, las garantías de estas peticiones no están dadas para el desarrollo de una ley que permitía una buena extinción de dominio. Pero el temor de volver a épocas en las cuales los paras y sus terratenientes tenían el poder de despojar, matar y desplazar a los habitantes de los pueblos y las victimas no reclaman sus derechos solo por el hecho de que las victimas viven con sus victimarios.
Cómo podremos dibujar una justicia transicional sin los pilares de esta o cómo pueden las personas reconciliarse cuando aún ven que sus victimarios se enriquecerían con la explotación de sus tierras y que pueden pensar si los máximos líderes de las víctimas en Colombia fueron asesinados, por reclamar lo que por derecho les pertenece. La vida de la víctima ha sido una vida en la sombra ya que una mala aplicación de la justicia transicional permitió establecer una ley para el victimario y no para la víctima, es notorio que la tensión se sienta en una víctima a reclamar su tierra o sus bienes ya que a pesar de ser negocios viciados por la fuerza o ni si quiera negocios realizados mediante escritura pública, sino realizado como un vil despojo.
Con la salida pronta de la cárcel de alias ¨Don Antonio¨ me cuestiono si las miles de personas que directa o indirectamente son víctimas de este victimario han sido reparadas o si están en las condiciones dadas para verlo en las calles en las cuales realizo las masacres, que visión tiene la víctima del victimario, verdaderamente se reconcilio con la persona que le hizo tanto daño y lo más importante estamos dispuestos a convivir junto a los máximos hostigadores del orden público por los últimos 15 años.
Este debate que notoriamente pierden las victimas es un debate que nos permite en este nuevo proceso resarcir los errores del pasado para así establecer un marco jurídico para la paz que sea vinculante y que traiga una política social integradora, que permita un desarrollo especial tanto a la víctima como al victimario.
@andres_palm
