Independientemente de que pueda haber una persecución en lo que ya muchos llaman la "judicialización de la política", al anunciar el fiscal Barbosa que se abrió investigación preliminar contra Claudia López por ir de compras con su pareja sentimental a una tienda Carulla en días recientes, desobedeciendo las reglas que ella misma como alcaldesa ha logrado implementar, sí queda claro para los que no somos ni uribistas ni petristas, ni del Centro Democrático ni de la Alianza Verde, que la garrafal estupidez de la burgomaestre le pasará factura más temprano que tarde.
De paso la desconcentra de su labor que es defender a "sus bogotanos", como ella misma nos dice (me niego a ser de ella y a ser tratado como mercancía), y deberá destinar tiempo, recursos y neuronas en salir de un vericueto que pudo haberlo evitado si fuera más cuidadosa y más humilde.
Es que ser humilde no es solo salir sin escoltas (eso puede rayar más bien y también en estupidez), ni vestir jeans en lugar de sastre. Ser humilde es entender que la ley no debe ser solo para los de ruana, sino que ella (como alcaldesa) y su dichosa esposa (como senadora) deberían dar ejemplo y no intentar pasarse la ley por la faja.
Que puede ser desproporcional la posible pena, es cierto, pues mientras a la López le esperarían hasta ocho años en prisión y lógicamente la destitución, a Guido Nule le bastaron la mitad de esos años para pretender su libertad condicional y disfrutar los miles de millones que la justicia dice le birló a los pendejos de a pie de Bogotá.
Que podría darse un complot derechista impulsado por el fiscal amigo del presidente, como dicen algunos, podría ser posible, pero esto no obsta para reafirmar lo dicho: López y Lozano dieron papaya y en política esta sabrosa fruta se cobra.
La primera figura bogotana no es una perita en dulce ni salió a pedir caramelos el último año. Claudia es una curtida política formada y además estudiada, como las abuelas dicen, hecha y derecha. Con esta salida en falso, ya de por sí perdió un altísimo porcentaje de credibilidad entre los colombianos que la veíamos con respeto.
No es que la gente no tenga derecho a equivocarse. Al fin y al cabo, ella se equivocó menos que Uribe escogiendo a Santos como su sucesor e imponiéndolo, o este en ser ministro de los falsos positivos. Pero es que tan pendejo error, tan nimia inocentada, no raya más que en un "autosuicidio" (así con redundancia y todo) político y por vía doble.
Que me gustaba ella para ser la primera presidenta mujer (así con redundancia y todo) del país del corazón de Jesús (violándose el estado laico debido, con esta definición desde un viejo presidente godo) no era un capricho mío. De ley que todos se habían dado cuenta de que era capaz de contradecir incluso a Duque, y este bajaba el tono de su voz ante ella y reculaba a veces.
Tenía más pantalones que aquel, decían algunos, e incluso hasta insultos pretendidos como el de "machito de pueblo", no hacían cosa diferente que elevar su popularidad hasta hacerla de veras presidenciable.
Pero no cuidó lo que la virgen le regaló como dice el católico, y echó todo por la borda con ese error estúpido de violar sus propias reglas y enviar un mal mensaje al país: que hasta los políticos de izquierda en el curubito se creen intocables.
Y ya no habrá presidencia para Claudia López. Así de simple. Y no la perdió hoy cuando el fiscal anunció su investigación. La perdió desde que se dejó pillar con Angélica mercando como un día de feria en un Carulla. No venga ahora la senadora a decir que se la encontró casualmente y pretendió ayudarla con los paquetes, cuando lo que se ve es una coqueta jugarreta con el carrito de mercado en la fila, sin paquetes y juntas como sagrada familia.
Le pasó lo que a Vargas Lleras cuando botó a la basura todo su proyecto a la presidencia, y muchos años de esfuerzo político, y la pérdida de varios dedos, por darle un coscorrón al humilde policial que lo cuidaba.
Es que hoy las cámaras de los celulares no perdona, esas mismas cámaras que hoy hacen que Claudia Nayibe López ya no sea presidenciable por un error estúpido.
Iba a ser presidente...
