Fotografía: David Rico. Instagram.com/_primedest
Determinó el gobierno nacional ampliar la cuarentena en nuestro país de la fecha Inicial programada de terminación el 26 de abril al 11 de mayo con una invitación a su primicia: El gran engaño.
No es el primer primero engaño en esta pandemia, aunque si deferente en su naturaleza y actores. El primero aún sigue en curso y estará vigente mientras se levanta la cuarentena. Se trata de la imposición de comparendos a los renuentes de cumplir con el confinamiento y que por tal motivo han sido multados (los cuales es de suponer sean una ínfima parte de los renuentes a cumplir con su obligación comunitaria con motivos entre los cuales pueden estar: el tedio, el hambre, el vicio o el delito) y con seguridad, de entre estos sancionados, de igual manera, solo unos pocos llegarán a pagar esta obligación con un desgaste social muy alto al deslegitimar aún más la institucionalidad ya fracturada al no sentirse estos ciudadanos sujetos de deberes mas, si requirentes de derechos, bien sean reales o supuestos que buscan ampliar por cualquier medio.
Ahora viene la segunda parte de esta trama. Esta la podemos llamar el gran engaño. Se trata de dar un nuevo brillo a una vieja máxima que ha regido nuestras vidas desde la misma fundación de la patria. Es ese viejo adagio que reza: “hecha la ley, hecha la trampa”.
El gobierno ha prolongado la cuarentena obligatoria hasta el 11 de mayo con tres excepciones: se reactivará el sector de la construcción, igual el de la manufactura, así como se abrirán los parques a los deportistas y con esto; se puede decir, se abre por la puerta de atrás gran parte de la economía productiva y vida social, porque, ¿dónde se pueden trazar los límites a las cadenas productivas de estos sectores que requieren de proveedores, profesionales diversos y clientes para dar salida a sus productos?, y con el uso de los parques, todos tendremos una excusa para volver a las calles. Abriendo con esto las restricciones a cada uno así sea de una manera limitada y, yo me pregunto: ¿por qué no hacerlo de un modo más abierto que se acerque a la normalidad del actuar cotidiano?
El gobierno ha tomado el camino más largo para la apertura, tal vez presionado por los pregoneros del desastre que le indilgarían cualquier incremento en las curvas de expansión del virus y del conteo de muertes a su descuido, la prudencia en este caso una estrategia para ir cambiando de unas medidas dramáticas de restricción a otras que permiten la mitigación con la definición interpretable sobre los conjuntos poblacionales beneficiarios de las mismas, con lo que muchas actividades conexas o complementarias a estos sectores de la construcción y manufactura pueden entrar en esto un espacio, sin haber sido parte de este llamado y con lo cual, el gobierno le quita presión de sus críticos.
Pero hablando de los sectores pendientes para abrir, los que deberán esperar el día D o de la fecha oficial de levantar el confinamiento como es el comercio formal de productos al consumidor al igual que el sector de los servicios, estos, aún con sus puertas abiertas tendrán que esperar que a sus clientes regrese el apetito consumidor, y este puede ser cercano al que la prudencia marque el uso del tapabocas, pero, hay otro sector inmenso, calculado en la mitad de la fuerza laboral del país para quienes el día D nunca llegará oficialmente; tal vez por el contrario lluevan sobre ellos palos, rayos y centellas. Corresponde a los trabajadores independiente informales quienes salen a guerrear el sustento diario cada día en ventas callejeras, mototaxis, piratas y un largo etc. Para ellos la autoridad y la sociedad tendrá que buscar salida por que muy pocos apreciarán su vuelta a las calles. Nadie quiere que el coronavirus le dé escupitajos, apretones o recibirlo en una bolsa o contactos indeseados.
Vamos que ya están abiertas las taquilla, pronto veremos el gran engaño o bluf del gobierno para reiniciar muchas actividades. Esperemos podamos estoicos vivirlo y soportarlo. Lo mejor es ir asumiendo desde ya que el coronavirus estará con nosotros por un largo tiempo, es mejor a reconocerlo y saber manejarlo.