El lunes 8 de abril de 2013, en el partido entre América de Cali y Deportes Pereira por la Fecha 10 del torneo de segunda división del Fútbol Profesional Colombiano, 12.000 espectadores se dieron cita en el estadio Pascual Guerrero de la ciudad de Cali para presenciar una escena que no se veía hace más de 60 años en los estadios del país: un futbolista inglés defendiendo la camiseta de un club colombiano.
Esa noche, en la que América despachó al Pereira con un 3-0 categórico, George Saunders, quien fue substituido en el minuto 89’ ovacionado por el público en la tribuna, se convirtió en el sexto futbolista inglés en jugar como profesional en Colombia y en el primero en hacerlo con la camiseta de los ‘Diablos Rojos’.
Para encontrar a sus compatriotas hay que remontarse hasta la temporada de 1950, un año después del inicio de ‘El ‘Dorado’. Ese año Independiente Santa Fe fichó a Neil Franklin y George Mountford, provenientes del Stoke City y a Charlie Mitten, quien llegó desde el Manchester United. Los tres jugadores aterrizaron en el país tentados por cifras extraordinarias, que superaban ampliamente los límites salariales impuestos en Inglaterra. Se dice que Mitten, el que más partidos jugó de los tres, llegó a cambio de 5.000 libras esterlinas y que ganaba alrededor de 40 libras semanales, una cifra exorbitante para la época.
Ese mismo año, el otro grande la capital, Millonarios, no se quedó atrás y fichó al inglés Billy Higgins, procedente del Everton y al escocés Bobby Flavell, quien llegó desde el Hearts, dos contrataciones de lujo para unirse a Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stefano y Néstor Rossi, quienes habían llegado desde Argentina para ser campeones un año antes. Para finales de 1951, luego de ganar dinero, atraer gente a los estadios y marcar varios goles, los cinco futbolistas ya habían vuelto al Reino Unido.
Por su parte, más de 60 años después, Saunders no llegó a Colombia seducido por una gran propuesta económica, sino por la posibilidad de jugar en un club grande y quizá estar más cerca de Primera División. Después de todo era su sueño desde niño.
Luego de vivir los primeros ocho años de su vida en Londres, Saunders comenzó a jugar fútbol en Jávea, un pequeño municipio costero en la provincia de Alicante, España, donde su padre había comenzado un negocio inmobiliario junto a un socio español. Luego de estar poco más de un año jugando con el CD Jávea, el club local, Saunders volvió a Inglaterra para vivir con sus tíos e ingresó en las divisiones menores del Arsenal, el equipo del que él y su familia son hinchas.
Siendo tan joven, luego de estar dos años lejos de sus padres y sus hermanos en la academia de los ‘Gunners’, Saunders regresó a España, donde fue fichado por el Villareal. Así, desde los 12 hasta los 23 años, el mediocampista inglés se formó en las inferiores de Villareal, Espanyol y Levante, su último club antes de aterrizar en Cali, a donde llegó en 2013 por intermedio de un amigo de la familia para probarse por dos semanas con el América, en ese entonces entrenado por Diego Edison Umaña.
Poco después de su arribo el mediocampista londinense firmó con el ‘Rojo’ para el primer semestre de ese año y seis meses le bastaron para quedarse con un puesto en el once titular, ganarse a la hinchada ‘Escarlata’ y llamar la atención de la prensa y varios equipos. Tras un malentendido por unas copas de vino, Saunders fue apartado del plantel profesional del América y eventualmente salió del club tras el final de su contrato.
Así las cosas, para el segundo semestre de 2013, el volante firmó con Fortaleza y se convirtió en pieza clave del plantel que a final de año ascendió a la máxima categoría del Fútbol Profesional Colombiano. Así, el primero de febrero de 2014, jugando 90 minutos en el estadio Metropolitano de Techo ante Independiente Santa Fe por la segunda jornada de liga, Saunders cumplió a sus 24 años el sueño que vino a buscar a Colombia: debutar como futbolista profesional en Primera División.
George Saunders en sus propias palabras
- Cuando jugué en el Arsenal era pequeño, pero era un orgullo jugar en el equipo del que tú y tu familia son hinchas. Fue bonito porque pude conocer a los jugadores que estaban en el club en esa época. Era el equipo del legendario ‘Fab Five’ (‘Fantástico cinco’) en la defensa, que tenía a David Seaman de arquero y como defensores a Tony Adams, Martin Keown, Lee Dixon y Nigel Winterburn. También estaban jugadores como Emmanuel Petit, Patrick Vieira, Frederick Ljunberg, Nicolas Anelka y Denis Bergkamp. Poder conocerlos y verlos en la sede entrenando era un orgullo.
- Cuando pequeño iba siempre con mi primo y mi tío a Highbury (estadio del Arsenal entre 1913 y 2006) a ver jugar al equipo. Incluso alcancé a jugar un día en esa cancha en un partido entre la Sub-11 y la Sub-12 del Arsenal. Jugamos allí un 11 contra 11 y siendo tan pequeño me acuerdo que la cancha me parecía inmensa.
- Hay dos jugadores que estuvieron conmigo en las divisiones menores del Arsenal, en el equipo de la categoría ’89: uno es Jay Simpson (primer futbolista en marcar un triplete en el Emirates Stadium y actualmente jugador del Buriram United de Tailandia, club al que llegó como el futbolista con el salario más alto en la historia de la Thai Premier League) y el otro es Danny Rose (quien hoy en día es futbolista del Tottenham Hotspur).
- La filosofía en Inglaterra es de mucha guerra, de dejar todo en la cancha. Es de correr siempre, de tener físico, de tener agresividad y aunque las cosas vayan mal tienes que seguir metido en el partido. En España es un poco distinto porque les gusta mucho tener la pelota y es importante saber posicionarse, jugar simple, ser dinámico, no complicarse. Es jugar siempre a dos toques.
- Después de jugar en el segundo equipo del Villareal llegué al Levante, donde el entrenador del segundo equipo me tenía buen aprecio. Al entrenador del primer equipo también le gusté, pero en ese momento al equipo profesional del Levante le estaba yendo muy bien. En esos años (temporada 2011/2012), ellos, que siempre estaban peleando el descenso, se metieron por primera vez en su historia a la UEFA Europa League. Como el resto del equipo, los volantes de marca que estaban en ese momento lo estaban haciendo muy bien y yo entrenaba con el segundo equipo esperando que me llegara una chance.
- En España tuve una lesión. En el minuto 2 de un partido con el segundo equipo del Levante me rompí el ligamento de un tobillo. Tuvieron que operarme. Tuve una buena recuperación y al año siguiente volví. El equipo profesional seguía sólido y cuando un equipo está bien es complicado que hagan cambios. Yo subí a entrenar con ellos y me iba bien en los entrenamientos, pero el equipo seguía en racha y seguía ganando. A final de temporada se terminó mi contrato y la oportunidad nunca me llegó.
- El camino del fútbol no es fácil. Hay momentos muy duros en las que las cosas no salen, aparecen las lesiones o llega un técnico que no te pone a jugar. Para llegar a cumplir el sueño, más que el talento y el físico, lo más importante es la cabeza, es estar fuerte mentalmente.
- Cuando me preguntaron si quería probar suerte en Colombia tuve algunas dudas, porque en realidad no sabía mucho del fútbol colombiano. Estaba en Europa y no me fijaba en las ligas de Sudamérica. Un poco sabía sobre las ligas de Brasil y Argentina, pero no de Colombia. Sin embargo, cuando llegué me di cuenta que el nivel del fútbol en Colombia es bueno, especialmente en las individualidades. Por momentos el fútbol y el ritmo del partido es lento, pero en el uno contra uno hay jugadores muy buenos.
- Yo no conocía Colombia y cuando llegué me pareció extraño el tráfico, por cómo se meten los carros. Me acuerdo que las primeras semanas luego de que me firmaron me tocó irme en MIO a entrenar, porque no tenía carro y no conocía a los muchachos lo suficiente para tener la confianza de irme en el carro de alguno de ellos. Entonces me tocó pillar el MIO. Un amigo me enseñó la ruta para llegar hasta Cascajal y yo iba con mis guayos al hombro, en una bolsa. Llegó entonces uno de los buses, muy lleno, pero a mí se me hacía tarde y tenía que entrar como fuera. Cuando el bus se detuvo entré apurado y las puertas se me cerraron contra los guayos. Cuando llegué al entrenamiento abrí la bolsa y mis guayos estaban todos rotos. En ese momento decidí: no más MIO para mí.
- En el América hubo un malentendido. Yo tenía tres tarjetas amarillas, no iba a jugar ese fin de semana y tenía entrenamiento el domingo. El sábado me tomé con la comida unas copas de vino en mi casa, algo normal en Europa. Al otro día fui a entrenar y estaba lloviendo, por lo que hicimos el entrenamiento en una casita que hay en Cascajal. Mientras estábamos ahí el ‘profe’ se me acercó y me dijo que olía a alcohol. Yo le dije que sí, que me había tomado un vino en mi casa y que en Europa eso era normal. Entonces me separaron del grupo y me metieron a un cuarto para explicarme que eso estaba mal visto y eos. En realidad yo no lo veo como algo malo y pensé que si me tomaba un vino tranquilo en mi casa no le iba a afectar a nadie.
- No es que me hayan visto de rumba o cayéndome por el suelo. Yo no soy así. La gente y la prensa comenzaron a mentir, a inventar cosas, diciendo que me habían visto en no se qué sitio, en ‘Juanchito’ o no se qué. Decían que me llevaban Arango (Paulo César) y otros compañeros, pero todo eran mentiras. A veces hay mucha envidia y a la gente le gusta inventar cosas cuando ven que te está yendo bien.
- En Inglaterra, e incluso en España, termina un partido y los jugadores se van a tomar algo en un pub o en alguna casa si es que ya son demasiados reconocidos. Ellos ya han jugado, ya han hecho su trabajo y deben tener un día en la semana en el que puedan relajarse y tomar un vino o tomar una cerveza. Allá no lo ven como algo malo, pero en Colombia es distinto. Quizá es porque acá los jugadores toman otras cosas.
- A mi papá y a mis hermanos les mando videos de los partidos. Cuando estábamos en los cuadrangulares del torneo en el que ascendimos con Fortaleza, mi mamá vino a verme cuando fuimos a visitar al América en Cali. Habían como 33.000 personas y a ella le entró muchísima felicidad porque veía que la gente me reconocía. Sin embargo, ese día me apretaban porque estaba jugando con el otro equipo.
- Amo a la hinchada del América de Cali, el equipo del que soy hincha en Colombia. Ellos me recibieron muy bien cuando llegué y ojalá un día pueda volver y ayudarlos con mi fútbol.
