Primero quiero aclarar que no soy médico. Pero, para entender el término "aplanar la curva" no se necesita serlo, sino leer y aprender a interpretar lo que nos quieren decir los expertos en temas de salud.
Ayer el Presidente de la República, Iván Duque y su Ministro de Salid, Fernando Ruiz, afirmaron que en Colombia se está logrando aplanar la curva epidemiológica, afirmación que no significa el fin del Covid-19 en el país, ni que el 27 de abril se vaya a levantar de manera inmediata la cuarentena.
El aplanamiento de la curva significa: que gracias a las medidas que se han tomado en todo el territorio nacional, el comportamiento de los casos de contagio por coronavirus en los colombianos no ha tenido un incremento abrupto. Es decir, que el número de infectados se está presentando de forma gradual y sin superar la capacidad de los sistemas de salud.
Gracias a Dios, a las decisiones de los gobernantes y las personas que han decidido respetar la cuarentena por amor a su vida y la de sus seres queridos, hoy el reporte de contagios en el país puede calificarse como normal o leve. Sin embargo, esto no es para creer que el aislamiento obligatorio debe levantarse y empezar a hacer planes de salir como si todo hubiese vuelto a la normalidad.
Aquí vale la pena hacerles un llamado a los gobernantes, para sugerirles que le hablen claro a la gente y expliquen por qué debemos seguir cuidándonos en casa. Por fortuna hoy podemos decir que aquí las cosas están mejor de los pronósticos que hacían frente al comportamiento que podría tener la pandemia en Colombia, donde se llegó a afirmar que a mediados de abril superariamos los 6000 contagiados.
Es momento que todos nos pongamos la camiseta por la vida y entendamos que debemos continuar con el mismo esfuerzo e intentar generar conciencia en las personas que aún ven al Covid-19 como algo inofensivo.
Si no insistimos en las medidas preventivas y no le seguimos apostando al aplanamiento de la curva o la disminución de los casos, podemos tener un aumento brusco y acelerado en los contagios, ocasionar un colapso en la capacidad de los sistemas de salud y un mayor riesgo a que se incremente la tasa de mortalidad por falta de unidades de cuidados intensivos.
Esto es aplanar la curva. Retrasar la propagación del virus, que el número de casos diarios se disminuya o que por lo menos, no se presenten de tal forma que no haya camas, no respiradores en los centros de salud u hospitales y clínicas para atender a los contagiados.
Sigamos con el aplanamiento de la curva desde casa, para que el esfuerzo que hasta ahora hemos hecho, no termine en el piso y por falta de consciencia tengamos que lamentar el contagio o muerte de un ser querido.
