Taiwán, a pesar de su proximidad con China de 130 kmís , les ha ido bien. El brote llegó en enero 21. La isla de 23 millones de habitantes solo ha reportado a abril 2, cinco muertes y 339 casos de covid-19, la mayor parte han sido contagidos importados (850.00 taiwanes trabajan en China). En cifras, 0.2 muertes por millón de habitantes vs 230 de Italia, 18 de EE.UU. y 2 de China.
En Taiwán, la mayoría de los residentes continúan normalmente, con oficinas y escuelas abiertas. Muchos restaurantes, gimnasios y cafeterías en la capital, Taipei, todavía están llenos de gente, aunque en la mayoría toman temperaturas y exigen aplicarse desinfectante en las manos antes de permitir que entren los clientes.
La exitosa estrategia contra el coronavirus de Taiwán utiliza una combinación de vigilancia temprana, medidas proactivas e intercambio de información con el público, así como la aplicación de tecnología en forma de análisis de big data y plataformas en línea. Sin menospreciar, que debido a la constante amenaza de China, existe una gran conciencia social sobre la acción colectiva.
Conectado con vuelos directos a Wuhan, la ciudad china donde se originó el virus, a finales de diciembre, comenzó a ordenar exámenes para los pasajeros provenientes de allí. Para fines de enero, Taiwán había suspendido los vuelos desde China, Hong Kong y Macao a pesar de que la Organización Mundial de la Salud había aconsejado no hacerlo.
Es así como el gobierno taiwanés integró datos del seguro nacional de salud con datos de inmigración y aduanas, permitiendo que el personal médico de primera línea identifique a pacientes sospechosos, después de examinar sus historiales de viaje. Al llegar a Taiwán las personas reportan sus historias de viaje y síntomas de enfermedad escaneando un código QR, lo que permite a los funcionarios de aduanas omitir pasajeros de bajo riesgo y centrarse en los pasajeros con un alto riesgo de infección.
Reconociendo que tenía que garantizar un suministro adecuado de equipos médicos, incluidas máscaras faciales, para profesionales de la salud y el público, el gobierno de Taiwán suspendió las exportaciones de máscaras faciales quirúrgicas desde el 24 de enero y solicitó a las compañías locales que aumentaran la producción dividida entre los sectores público, médico e industrial. Implementó a su vez una política para sus compras el 6 de febrero en la que cada taiwanés puede comprar una cierta cantidad de máscaras de adultos y niños por semana en farmacias y clínicas permitiendo ordenarlas en línea y recogerlas en una fecha posterior.
También ayuda que Taiwán tenga uno de los mejores sistemas de salud del mundo, gracias a reformas masivas en la década de 1990, que proporciona servicios asequibles, integrales y convenientes para toda su población, incluidos los grupos de ancianos y de bajos ingresos. Los datos de salud del usuario se almacenan en un sistema centralizado accesible a hospitales y clínicas, para que los médicos puedan ver rápidamente el historial de sus pacientes.
El presidente del país, Tsai Ingwen, tiene un doctorado de la London School of Economics, y el vicepresidente, Chen Chien-jen, es un epidemiólogo de gran prestigio que en medio de lo peor del brote en 2003 fue nombrado ministro de salud y ganó grandes elogios por tomar medidas rápidas y decisivas.
En Taiwán, el gobierno ha hecho todo lo posible para mantener a los ciudadanos bien informados sobre todos los aspectos del brote, incluidas las conferencias de prensa diarias y una presencia activa en las redes sociales.
Cuando se descubrieron los casos de coronavirus en el crucero Diamon Princess después de una parada en Taiwán, se enviaron mensajes de texto a todos los teléfonos móviles en la isla, con la lista de cada restaurante, sitio turístico y destino que habían visitado los pasajeros del barco durante su tiempo en tierra.
Sin embargo, uno de los pocos organismos que se ha mostrado reacio a reconocer la labor de Taiwán es la propia institución que coordina a nivel global la respuesta a la epidemia: la Organización Mundial de la Salud (OMS). La membresía de la OMS solo se otorga a países que son miembros de Naciones Unidas (que tampoco reconoce a Taiwán) o cuyas solicitudes son aprobadas por la Asamblea Mundial de la Salud.
Taiwán ha estado compartiendo sus estrategias de prevención de epidemias con otros países a través de teleconferencias, mientras ayuda a países que carecen de capacidades médicas avanzadas para procesar muestras de pacientes. A pesar del éxito conseguido hasta ahora, la OMS continua ignorando los avances de esta pequeña isla al lado de China.