El fin de semana del 14 de marzo ya con la recomendación en Bogotá de evitar reuniones de grupos para evitar la propagación del Coronavirus, el ex general Aberto Mejia celebró por todo lo alto el matrimonio de su hija Mariana con el joven Juan Diego Saldarriaga en el Club Puerto Peñalisa en Girardot. La celebración duró todo el fin de semana pues inició con una ceremonia a las 4:30 pm del sábado seguida de una recepción y posteriormente un ‘remate’ que duró hasta altas horas de la mañana del día domingo en el Campo de Práctica Golf del Club.
Para el 13 de marzo se había emitido la Alerta Amarilla’ y el Ministerio de Salud había confirmado cuatros nuevos casos de Coronavirus en el país de los cuales dos de los casos se ubicaban en la capital. La alcaldesa Claudia López inició la cancelación de eventos como el concierto de Alejandro Sanz, Maroon 5 y Juanes que tendrían lugar ese mismo fin de semana. López declaró: “la salud está por encima de cualquier actividad de entretenimiento, todos tenemos que hacer un esfuerzo sin excepción". Inclusive Alejandro Gaviria, rector de Los Andes, había suspendido para esta fecha las clases presenciales de pregrado y posgrado en la Universidad. Las alarmas estaban prendidas y se pedía empezar a tomar consciencia del distanciamiento social. Los jóvenes invitados tenían tan claro el riesgo que una de las consignas jocosas que se popularizó en la fiesta fue: “Que el fin del mundo nos pille bailando”.
Sin embargo, nada evitó la fiesta. El general Alberto “el Mono” Mejia, formando en la disciplina castrense fue el Comandante General de las Fuerzas Militares durante el último año del gobierno de Juan Manuel Santos, y viajó desde Camberra, Australia donde fue nombrado embajador en enero de 2019; un nombramiento que estuvo a punto de aguarse por la publicación del New York Times que destapó tensiones de poder y problemas de fondo entre las Fuerzas Armadas. Llegó a entregar a su hija, como se dice tradicionalmente.
Las buenas relaciones sociales del general, aliado clave del Presidente Santos en el manejo del proceso de paz con las Farc, trascendían el círculo militar. El matrimonio de Mariana, una abogada con maestría en periodismo de la Universidad de los Andes, con el también abogado Juan Diego Saldarriaga, fue la ocasión perfecta para invitar viejos amigos.
Entre jóvenes y adultos completaron una lista de aproximadamente 150 invitados y fueron muchos los abrazos, besos y baile, en contravía al protocolo del coronavirus, que por el contrario implicó la cancelación de bodas, inauguraciones, conferencias y eventos planificados con mucha anterioridad.
*Las fotos fueron eliminadas del articulo original por solicitud del autor.