Con promesas en juegos de palabras
Y lanzándote un anzuelo,
El candidato hace que tu candidez abras
Pescándote con su vara desde el pelo.
Sus antecedentes como candidato,
Van de noble abolengo
O de hombre barato
Buscando el sustento entre “Voy y vengo”.
Sabe las necesidades de las masas
Que conquista con el mismo discurso
Y así, la estrategia le alcanza,
Manteniéndose en la mentira incurso.
Hace alianzas con el Divino y Lucifer,
Con los opositores de antaño;
En cuenta no ha de caer
Que la ética no es para su amaño.
El candidato, promete lo que no tiene.
Te dice que eres su amigo, su hermano,
Y día a día firme mantiene
Ése, tu voto, y su profesión de mitómano.
No le importa el escándalo público
Por birlar las arcas ajenas,
Ni se le hace impúdico
El abuso de autoridad que le trae condenas.
Sólo lo llama el poder
Y sus aliados de momento,
Aquellos que ha de perder
Y serán sus enemigos en ulteriores eventos.
Al candidato lo hace firme el ejercicio de la falacia,
El amiguismo de abrazo falseado,
La traición para la eutanasia
Y el resultado final de lo hurtado.
La baba del candidato se seca
A la espera de la trampeada urna.
Llegando el resultado peca
En fiesta prohibida nocturna.
No le creas que todo cambiará,
Tan solo su economía y vida
Siempre subirá
Y la tuya se mantendrá en caída.
Reinventemos eso de los candidatos….
Cada vez: Más babosos. Más baratos…
MARIO SALINAS.