Hola Padre
Padre Ramón: Hola, ¿qué tal?
Mal, todo muy mal, no se qué hacer. Estoy desesperado, todo me sale mal, no consigo trabajo, hasta me dicen “bulto de sal”. Se me aleja la gente, no prospera nada de lo que me propongo. Mire, hasta me puse a jugar un partidito de futbol y me lesioné, dos meses con este yeso. Hágame un rezo padre, écheme agua bendita a ver si se me arregla la suerte.
Cuénteme un poco de su vida. ¿Qué hace?, ¿estudió algo?, ¿con quién vive? ¿cuáles son sus sueños, metas en la vida?
Normal padre, yo tengo 40 años vivo en la casa de mi madre, terminé el bachillerato, pero no me dieron ganas de seguir estudiando, pues a Dios gracias no me falta la comida y donde dormir ahí en la casa. Por eso soy deportista; me gusta ver partidos de fútbol, jugar fútbol y mi sueño ir al mundial de fútbol eso sería lo máximo.
Me alegra saber que le encanta el deporte, eso ayuda a tener una vida más saludable libre de vicios. Sin embargo, la vida es muy similar a su deporte favorito, aunque se juega con los pies, es necesario usar la cabeza y tenerla bien puesta.
¿Cómo así padre?
Pues sí, lo mismo que un director técnico con su equipo, si las cosas no funcionan no hay que dejarse sugestionar por el pesimismo. Al contrario, hay que evaluar, analizar y un asunto muy especial propio de nosotros los creyentes, pedirle a Dios sabiduría para darse cuenta qué hacer y como replantear la estrategia. Por ahí reza la sabiduría popular: “ aDios rezando y con el mazo dando”
Padre es que a veces siento que me dejó el tren, veo amigos de mi edad con los que jugaba desde joven y ellos ya tienen trabajo, carrera y hasta familia y yo ahí.
Importante eso que usted mismo dice, su análisis es real pero la conclusión con la que termina su reflexión, cuando empezó nuestro diálogo, no es la correcta. No es porque usted está salado, no es asunto del destino o de la suerte. Nuestras decisiones malas o buenas, las opciones que tomemos para vivir hacen que alguien sea lo que es.
Es decir que Dios me castigó por llevar una vida así y de esta no me levanto.
No busque culpables, no sirve de nada más que para evadir la responsabilidad de vivir. Aprenda de sus equivocaciones, tenga un sentido realista de la vida y pregúntele a Dios y sobre todo a usted mismo ¿cómo debo vivir el resto de mi vida? Estamos en Cuaresma y para nosotros los católicos este tiempo es para cambiar de actitudes y de vida.
Si padre tiene razón, pero no sé cómo empezar.
Realmente ya empezó, esa es la buena noticia. Cuando nos damos cuenta de que hay un problema y buscamos ayuda, hay esperanza. Ahora con la gracia de Dios y empeño de su parte hay que asumir su vida, no se enrede en sueños de adolescente, ni en lo que otros han hecho y usted no, o pensando en soluciones superficiales para que su suerte sea mejor. Hay que avanzar, con fe, con realismo. Como el fútbol que tanto le gusta un pase, y otro pase y otro pase… ¿a dónde lleva?
¡Al gol!
Muy bien haga su vida y no se quede en la banca.