Uno de los coletazos de la crisis económica que sufrió el país en la década de 30 fue la poca participación en las procesiones de Semana Santa. El entonces presidente de Colombia Guillermo León Valencia decidió jugársela por su ciudad, Popayán, y no dejar perder una de las tradiciones más importantes de la capital del Cauca. Por eso, junto a la Asamblea del Cauca creó la Junta Permanente Pro Semana Santa de Popayán en 1937, un cuerpo cívico para preservar la tradición católica que estaría encabezada por la iglesia, las autoridades locales y los más ilustres personajes de la sociedad payanesa.
Desde entonces, el poder de la Junta ha ido creciendo sin mayores límites. Encargada de organizar los desfiles de semana santa, que van desde el domingo de ramos hasta el sábado santo, ha izado las banderas del orgullo patojo desde que en 2004 la Nación la declaró patrimonio cultural. Además, es patrimonio histórico tanto oral como inmaterial de la humanidad declarada en 2009 por la Unesco.
Por tal razón, recibe el apoyo incondicional del Ministerio de Cultura, que tiene que girar recursos para preservar la tradición.
La Junta es un poder detrás del poder en la ciudad, como quedó demostrado en medio de las restricciones que el gobierno nacional viene anunciando desde hace un par de semanas. La junta, que además está en busca de reemplazar a cuatro de sus miembros, entre los que se encuentra el arzoobispo de la ciudad, monseñor Luis José Rueda, logró presionar al alcalde Juan Carlos López Castrillón, ‘El Pollo’, para que mantuviera las procesiones de Semana Santa a pesar de que el presidente Iván Duque había prohibido las concentraciones de más de 500 personas.
Encabezados por su presidente Guillermo Ospina López —que está en el cargo desde el 30 de julio de 2019— habían anunciado que seguían con la semana santa. El alcalde López no dijo nada, y tampoco anunció ninguna medida propia para lograr la procesión sin concentraciones masivas.
Sin embargo, el nuevo anuncio del presidente Duque puso contra las cuerdas a la Junta y al alcalde López, que tuvo que ceder ante la presión desde Casa de Nariño y ante el aumento de los casos confirmados por Covid-19. Por tal razón, el alcalde y el presidente de la Junta anunciaron que suspendían la semana santa, un golpe a Popayán, la ciudad blanca que se desvive por sus paredes y sus rituales católicos.
Siguiendo las directrices del Gobierno Nacional ante la emergencia de salud y haciendo primar el bien común, después de reunión con la Junta @SemanaSantaPop y la Arquidiócesis de Popayán, hemos tomado la decisión de suspender la Semana Santa en nuestra ciudad.#CreoEnPopayán pic.twitter.com/ZwClM7muCp
— Juan Carlos López Castrillón (@jclopezcastri) March 17, 2020