Mañana soleada en el Oma del Teatro Nacional de la 72. Mientras le da los últimos ajustes a una escenografía cuidadosamente diseñada, sale por tres tintos cargados. El poderío y la presencia física de Kepa, a sus 79 años, parecen cosa del pasado. Ya no es tan alto, ya su voz no retiembla como cuando trabajó al lado de Peter Brook en la sicodélica Londres de finales de los sesenta. Hace unos meses Kepa le dijo a la prensa que estaba desesperado. A su edad ninguno de los canales quería darle trabajo. Una injusticia para el hombre que creó una de las mejores adaptaciones de la historia de la televisión colombiana: La casa de las dos palmas, basada en la obra homónima de Manuel Mejía Vallejo realizada en Santa Fe de Antioquia y que supo como nadie plasmar la sociedad antioqueña. Fue un éxito de crítica y de audiencia –se emtía los domingos en el atardecer y llegó a tener 28 puntos de rating.
El tiempo pasa pero no el fuego en los ojos de Kepa. El hombre que estudió a comienzos de los sesenta arquitectura en la Universidad de los Andes ha construido con sus propias manos la escenografía de la Duda, la obra de teatro con la que ha resucitado. Es un ensayo para prensa y Kepa tiene la neurosis del creador alborotada. Sin embargo nos regala unos minutos para hablarnos de sus años en Londres, de la influencia que ha tenido en su carrera la arquitectura y sobre la mediocre televisión actual.