Uber, una de las plataformas de transporte privado más grandes del mundo y que actualmente está establecida en más de 70 países y 700 ciudades, dejó Colombia el pasado primero de febrero. Sin embargo, esto no duró mucho ya que la plataforma anunció su regreso a el país veinte días después, el 21 de febrero.
Inicialmente Uber se fue del país gracias a una demanda que está centrada en la ley número 256 de Colombia. Esta ley básicamente tiene como objetivo, garantizar la libre y leal competencia económica, mediante la prohibición de actos y conductas de competencia desleal. En este caso, la competencia desleal se puede determinar de varias maneras, desde actos de desviación de la clientela hasta la violación de normas, que es donde Uber cae, dado que presta un servicio de “taxi” con vehículos particulares y la empresa intermediaria entre pasajeros y conductores (Uber) no está registrada ante el Ministerio de Transporte, lo que en Colombia es ilegal. Finalmente el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, decidió que Uber debería abandonar el país, que fue lo que sucedió en la madrugada de el primero de febrero.
Tras este acontecimiento, los 2,2 millones de usuarios de Uber en Colombia se vieron obligados a buscar otras alternativas para transportarse, muchos llegando a plataformas del mismo estilo como: Beat, DiDi, Cabify etc., o algunos otros recurriendo al transporte público. De todas maneras estas alternativas no duraron mucho tiempo ya que el regreso de Uber fue apresurado, sin embargo la plataforma que volvía a Colombia no era la misma que se había ido hace veinte días. Para poder volver a el país, Uber tuvo que hacer algunos ajustes en su plataforma, que es importante que los usuarios tomen en cuenta antes de volver a hacer uso de esta aplicación.
Al volver con la misma aplicación y el mismo nombre, muchos usuarios pensarán que básicamente es lo mismo, y de hecho por encima se ve como lo mismo a pesar de los cambios que se hicieron en la estructura de la plataforma. Sin embargo más a fondo estos cambios pueden significar una gran carga para el usuario al hacer uso de este servicio.
El principal cambio al usar el servicio es que Uber ya no hace parte del contrato que se realiza para hacer uso de uno de estos automóviles, sino que simplemente es el puente entre el usuario y el conductor, algo así como el trivago de la contratación de automóviles. Por el otro lado, al firmar este contrato, lo cual es necesario para poder hacer uso de la aplicación, el usuario estaría aceptando que al pedir un Uber estará rentando el vehículo temporalmente por lo que, consecuentemente si algo le llega a suceder al vehículo, así como un accidente, incidente mecánico o prácticamente cualquier tipo de inconveniente, el usuario tendrá que asumir los costos necesarios para resolver el problema, ya que todo esto estaría pasando bajo su responsabilidad sobre el vehículo.
Teniendo en cuenta este detalle que puede parecer pequeño a primera vista, considero que no vale la pena para ningún usuario arriesgarse a tener que pagar una gran suma de dinero por lo que podría ser un incidente en un viaje de 5 minutos y mucho menos cuando existen otras alternativas para transportarse que son prácticamente lo mismo que Uber, así como lo son Beat, Cabify y todo este tipo de plataformas de transporte.