La principal virtud de los neoliberales es mostrar como real lo que es un país virtual; hacen creer que los colombianos, en medio de millones de habitantes entre la miseria y la pobreza, una desigualdad imposible de ocultar, un aparato productivo arrasado, un desempleo creciente con una informalidad cercana al 60 % de los empleados que ganan salarios de "rebusque" y una violencia aterradora, son de los más felices del mundo.
Otro ejemplo es que, haciendo cambios en las variables para calcular los indicadores económicos y sociales, manipulan sus resultados, como en los de: Miseria, pobreza, inflación y desempleo, entre otros. De esta misma forma manejan el dato del DANE que reveló que el PIB (Producto Interno Bruto) creció un 3,3 % en 2019. Esta Entidad revisó la cifra de crecimiento del tercer trimestre de 2019, que era del 3,3 %, para llevarla al 3,5 %. “Una excelente noticia... Eso muestra que #ColombiaCrece por encima de promedios regionales y mundiales”, escribió el presidente Duque. Queda la duda de si esa corrección del PIB en el tercer trimestre condujo a que el acumulado de 2019 sea 3,3 %. Pero también las palabras del presidente ponen en el escenario el dicho popular: "Mal de muchos, consuelo de tontos", o sea, la desgracia no es más llevadera cuando afecta a un número importante de países, porque si tomamos una inflación del 3,8 % en 2019, al hacer la deflactación de las dos cifras encontramos que el PIB real creció un pírrico 0,5 %.
Según el crecimiento de los sectores y sus actividades deducimos cómo le va a la población. El sector primario, eje de desarrollo de cualquier nación, generador de mano de obra intensiva como son la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, creció un raquítico 2,0 %, y entre ellos, cultivos transitorios y permanentes, propagación de plantas, explotación mixta (agrícola y pecuaria) y caza, crecen un 0,2 %. El sector secundario, que es el conjunto de actividades donde las materias primas son transformadas en manufacturados, o sea las industrias, creció 1,6 %. El comportamiento de estos dos indicadores deja claro lo agónico del aparato productivo y explica el desempleo nacional por encima del 10 % y la informalidad. Pero además la construcción decrece 1,3 %. Comunicaciones e información aumentó 1,7 %, y eso que este gobierno tiene como eje la innovación y la tecnología. La explotación de minas y canteras crece 2,1 % –la extracción de carbón de piedra y lignito crece solo 0,3 %– y la extracción de petróleo crudo, gas natural y sus actividades crecen 2,4 %. El suministro de electricidad, gas y distribución de agua crece 2,8 %.
Lo que sostuvo el crecimiento del PIB fue el comercio al por mayor y al por menor, que subió 4,9 %, sostenido en las importaciones, que aumentaron un 9,2 %, -las exportaciones crecieron solo un 3,1 %-; las actividades financieras y seguros, o sea la especulación, crece 5,7 %; la Administración Pública y Defensa, planes de Seguridad Social de afiliación obligatoria como educación, atención de la Salud Humana y los Servicios Sociales crece 4,9 %; el gasto de consumo final crece 4,6 % –el individual de los hogares 4,6 % y el del Gobierno 4,3 %–. Es fácil concluir: El PIB crece por la especulación financiera, el sobreendeudamiento de la población, la sustitución de la producción nacional y el alto gasto en el pago de servicios públicos y la Seguridad Social Obligatoria. ¡El modelo hunde cada día más en la miseria a los colombianos!