En el marco de un nuevo paro nacional convocado por los maestros de Fecode los días 20 y 21 de febrero, miles de maestros salieron a las calles en las principales ciudades del país para exigir los derechos que les han sido negados durante décadas por la élite política de Colombia. Lo que exigen los profesores son derechos constitucionales de la Constitución Política del 91 que los gobiernos neoliberales han incumplido a lo largo de los años: El derecho a la vida, la paz y la democracia.
Las marchas transcurrieron de manera pacífica y los maestros demostraron su vocación democrática, desmintiendo todas las calumnias de distintos medios de comunicación en Colombia y sus “expertos”, quienes dicen que los malos resultados en educación es culpa de los maestros, es culpa del magisterio. Pero lo que esconden estos medios masivos de comunicación dominado por las élites económicas del país es que esta crisis de la educación es causada por las políticas autoritarias y negacionistas de la realidad educativa urbana y rural de los gobiernos desde César Gaviria hasta Iván Duque.
Lo insólito de esta situación, es la posición autoritaria que han tomado los gobiernos locales que se hicieron elegir como “alternativos” al régimen establecido. Me refiero al Alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López; ambos ganaron las elecciones bajo la promesa de cambio, haciendo creer a electores ingenuos que desconocían los intereses que están detrás de estos personajes públicos. Apenas han pasado dos meses desde que se posesionaron ambos mandatarios y ya demostraron de lo que están hechos para los próximos cuatro años: El continuismo de las políticas neoliberales que buscan enriquecer a unas cuantas familias poderosas y el seguimiento de la política represora y autoritaria del ESMAD en contra de la protesta social. La invasión del ESMAD en la Universidad de Antioquia por orden de Quintero, generó reacciones negativas en la ciudadanía joven e ingenua que creyó en él. Los estudiantes de la Universidad de Antioquia lo llaman “traidor” y el actual alcalde de Medellín fue declarado como persona non grata por parte de la Asamblea Estudiantil por sus actuaciones autoritarias en contra de la comunidad universitaria. Por otra parte, la invasión del ESMAD ordenada por Claudia López a la Universidad Distrital también demuestra la doble moral que manejan los “alternativos”, quienes resultaron ser igual de autoritarios a la derecha colombiana que tanto criticaron para ser electos como mandatarios públicos.
El Alcalde de Medellín, viene de la casta de Juan Manuel Santos. Fue su Viceministro de Tecnologías de la Información (MINTIC) y tiene vínculos estrechos con la familia Gaviria del Partido Liberal en Antioquia y es apoyado por Iván Darío Agudelo, quien también hace parte de la oligarquía del Partido Liberal en el municipio de Bello. A pesar de estos vínculos con la clase dominante, el señor Quintero se presentó así mismo como “independiente” y captó votos de muchos ingenuos de la política. Hoy, muchos de ellos, se arrepienten de haber cometido el error de votar por él. Por otra parte, Claudia López se hizo elegir con una campaña caracterizada por la política sucia, utilizando una especie de feminismo mezquino en contra de Hollman Morris y el divorcio con su esposa. Esto se concretó con la complicidad de personajes del Partido Verde que se prestaron a esta campaña de desprestigio con tal de conseguir el poder.
Para nadie es un secreto que en el par de meses que lleva López en el gobierno, se ha demostrado que ella responde a los lineamientos de Fajardo y Peñalosa. Esto es una advertencia temprana al pueblo de Colombia para que no se sigan dejando manipular y engañar por el “centro alternativo”, porque ellos también son cómplices de intereses de familias y empresarios que solo buscan el interés particular y no el interés colectivo, el interés general de un pueblo que clama por la justicia social.
