El lunes pasado, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) fue excluido de la prestigiosa red Coalición Internacional de Sitios de Consciencia. Así mismo, fue excluida su membrecía a la Reslac (Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y caribeños). El mismo día, la Red Colombiana de Lugares de Memoria le hizo llegar al cuestionado director del CNMH una carta abierta en la cual apoya “la suspensión de membresía y no legitimamos la inauguración de la segunda piedra, recordando que el acto de la primera piedra –ahora también negado– fue realizado el 9 de abril de 2015, con la participación de diversas organizaciones del país”, así lo publicó la revista Arcadia el 5 de febrero de 2020.
El motivo por el cual, la exclusión de la reconocida red sucedió se debe a que la oficina del señor Acevedo tardó cuatro meses en responder un requerimiento sencillo, reconocer que en Colombia hubo un conflicto armado.
Esto debido a que el actual director del CNMH tiene como tesis que en nuestro país no hubo un conflicto de esa naturaleza. Para el señor Acevedo lo que ocurrió en Colombia fue una amenaza terrorista contra el Estado. Esta posición, resulta incompatible con el cargo para el cual fue delegado. Pero, por otra parte, resulta consistente con la postura ideológica que representa el partido de gobierno, por lo cual, la figura del señor Acevedo les resulta conveniente, pues bajo su liderazgo van a tener control sobre la memoria, que es la base para develar la trama de los episodios más violentos de nuestra historia reciente, de los cuales esos mismos que lo colocaron ahí, son protagonistas en la sombra.
Esto es importante, debido a que la memoria histórica alude a los testimonios, la recolección de documentos, y por ende de evidencia que no se encuentra registrada en libros o en archivos. Esta información, también alude a la capacidad de supervivencia, de resistencia y de superación por parte de las personas afectadas por los hechos narrados. Así mismo, habla de la capacidad de resiliencia de quienes han sido víctimas de hechos traumáticos, algunos de ellos infringidos por quienes debían protegerlos. De igual forma, el trabajo con la memoria está relacionado con armar el complejo rompecabezas de diversos hechos violentos que han tenido un impacto duradero en diversas comunidades del país, afectado su bienestar, su economía, su cultura y su identidad. Al escuchar sus voces narrando los hechos, al reconocer su condición de víctimas nos acercamos a la verdad y eso es un paso determinante para evitar repetición y para comprender el origen del conflicto que tanto le ha costado al país. Por eso negar el conflicto es, ensombrecer el futuro, ya que invisibiliza el sufrimiento de millones de colombianos y colombianas.
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El señor Acevedo se ha interesado por sabotear o censurar diversos proyectos del CNMH a lo largo de su dirección
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Ahora bien, el nombramiento de Darío Acevedo al frente del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) tuvo como fin, controlar la narrativa sobre el conflicto privilegiando una perspectiva en detrimento de las demás y al hacer esto se ha tergiversado la función del CNMH para que se acomode al discurso de quienes no tienen interés en la verdad. Por este motivo, se ha denunciado como desde su despacho, el señor Acevedo se ha interesado por sabotear o censurar diversos proyectos del CNMH a lo largo de su dirección, razón por la cual ya fue llamado a control político en el congreso el año pasado.
Con respecto a la exclusión del CNMH de la red mencionada, el señor Acevedo ha señalado que se trató de un malentendido, que pronto se encargará de aclarar, pero esto resulta poco creíble dados sus antecedentes. Incluso, si su argumento fuera cierto, resulta inadmisible su desidia frente a un tema tan delicado.
Ahora bien, por este acto de negligencia y por otras actitudes dudosas, el señor Acevedo próximamente será citado de nuevo al Congreso para un segundo control político a su gestión, que como se había advertido, ha sido lamentable.
