Un diplomático es un servidor publico sea de libre nombramiento y remoción, de Carrera Diplomática y Consular, o Carrera Administrativa. En cualquier clasificación de los cargos mencionados, los aspirantes a ingresar a la Carrera Diplomática y Consular deberán cumplir unos requisitos mínimos, como ser colombiano de nacimiento y no tener doble nacionalidad, o poseer título universitario oficialmente reconocido, expedido por establecimiento de Educación Superior.
En cualquier caso, frente a los cargos diplomáticos no nos damos por enterados de dichos nombramientos, o si, solo cuando sale a la luz pública un escándalo, como el de Yasmín Eliana Serrada Bautista, excónsul de Colombia ante República Dominicana, quien fue sindicada de hacer parte de una organización criminal que se dedicaba a traficar migrantes a través de empresas de papel que facilitaban la expedición de visas a extranjeros, pero con documentos falsos. A esta excónsul, le fueron imputados los delitos de tráfico de migrantes, concierto para delinquir y falsedad en documento privado. A la fecha de hoy esta mujer se encuentra libre y en su perfil de LinkedIn, se ofrece como consultora de asuntos internacionales.
Igualmente tenemos el más reciente caso de nombramiento de la hija de Noemí Sanín, en el cargo diplomático de Ministra plenipotenciaria, adscrita al Consulado Colombiano de Londres, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Nombramiento avalado por el entonces canciller Carlos Holmes Trujillo, pero del que se encontró una serie de irregularidades como lo confirma la providencia del Tribunal de Cundinamarca, suscrita por la Magistrada Rocío Araújo Oñate., evidentemente el mensaje de la justicia a la ciudadanía con este Fallo, es que el mérito debe prevalecer por encima del clientelismo del Gobierno.
Lamentablemente esta situación es tan evidente, no solo para los Colombianos sino para los ojos de todo el mundo, porque estas personas que se nombran por meritocracia, son las que nos están representando en el exterior.
Nombramientos sin experiencia en cargos diplomáticos, escándalos de corrupción, problemas judiciales, imposibilidad de verificar datos de la pagina del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia porque no existe información, es normal en estos codiciados nombramientos. De igual manera es delicado que personas que no cumplen los requisitos mínimos como ser colombiano (Art. 20 Decreto ley 274 /2000), los nombren para ejercer cargos diplomáticos, el caso de Georgine Khalil El Chaer, actual Embajadora de Colombia en el Líbano.
La cereza del pastel, son los estudios con los que una persona puede acceder al cargo diplomático, como se evidencia en los requisitos mínimos, se tiene que poseer título universitario oficialmente reconocido, expedido por establecimiento de Educación Superior, en otras palabras ser profesional graduado. Pero nuevamente el clientelismo del Gobierno deja inexistente tal regulación, como es el caso de Claudia María Bustamante Ceballos, quien fue excandidata al Senado por el Centro Democrático, a la fecha es consejera de relaciones exteriores en el Consulado General de Colombia en Orlando, Estados Unidos, esta mujer no reporta formación académica superior.
En Colombia, el clientelismo, el nepotismo, y el mal manejo de la nómina pública es frecuente, no solo por el Gobierno actual sino por sus antecesores, hasta cuando esta situación sigue pasando por alto, teniendo en cuenta que están estipuladas de manera especifica las etapas del proceso de selección para estos cargos.