Las declaraciones grabadas la ex-congresista, condenada y prófuga de la justicia Aída Merlano, no deberían sorprendernos, pero sí indignarnos.
La lumpen-burguesía colombiana, narcotraficante y paramilitar maneja los hilos de la economía y claro, también del Estado, como gobierno y fuerzas militares (el mismo comandante del ejército lamentó la muerte del sicario paramilitar narcotraficante Popeye).
Sin embargo, los detalles entregados por Merlano dan cuenta del modus operandi de la derecha criminal en el país, y de cómo no les “tiembla la mano” para deshacerse de los que les “sobran” “entorpecen” o se “dejan pillar”. Mejor dicho, con el respeto de los reptiles, mudan la piel como las víboras.
Los escabrosos detalles
En sus declaraciones Merlano, empieza desnudando quienes estuvieron detrás de su fuga: los Char, Duque, Uribe, Vargas lleras y Néstor Humberto Martínez. Todos ellos, salpicados por casos de corrupción, Odebretch e incluso, asesinatos. Pero lo que ha pasado de agache es la descripción de la relación que tenía Merlano con Gerleín. Cuenta ella que desde “muy niña” y en momentos de inestabilidad emocional fue acosada por Julio Gerlein padre. ¿Un caso de acoso sexual infantil?
Para Merlano, su fuga y el involucramiento de los políticos de la costa y del gobierno en el país tenía un objetivo: asesinarla. Puesto que conoce detalles de hechos de corrupción de los gobiernos de Santos, Uribe y Duque, así como de las casas Gerlein y Char. Si se entregan las pruebas, cae la mitad del gobierno, todo el partido conservador, Uribe y Duque.
Las acusaciones contra el gobierno del Centro Democrático son reiteradas y según la ex-congresista, Duque supo todo el tiempo donde la tenían y que incluso su asesinato se llevaría a cabo cerca de la ciudad de Valledupar, en el Cesar, y enterrarla en una fosa común.
Los responsables
Aída Merlano asegura categóricamente que si le llega pasar algo a ella o a alguien de su entorno, los responsables serán: Fuad Char, Alex Char, Arturo Char; Álvaro Uribe Vélez y Julio (Hijo) y Margarita Gerlein. Todas estas personas son políticos reconocidos de partidos de la derecha, la mayoría de la costa atlántica. Donde los Char y Gerlein, desde hace 20 años manejan a su antojo elecciones, presupuestos y compra de campañas políticas.
El estado colombiano
Las actuaciones negligentes del estado colombiano se hacen palpables, cuestionamientos al allanamiento, permisividad que hizo posible la fuga (Director del Inpec para ese momento fue ascendido con posterioridad) y falta de agilidad para la recaptura. Hacen pensar en una posible complicidad de sectores poderosos del país.
El descaro más grande se vio cuando el gobierno colombiano pidió la deportación de Venezuela al gobierno del autoproclamado Juan Guaidó. Personaje que tuvo que reconocer que no tiene poder real y que simplemente es un arlequín de la política intervencionista norteamericana.
La Fiscalía, de bolsillo, expresó que las declaraciones de Aída Merlano en Venezuela “no son válidas en Colombia”, y no constituyen prueba para iniciar investigaciones.
El descalabro final lo pone la Corte Suprema, que argumentando un tratado internacional de 1911 buscara que el gobierno pida a la excongresista en extradición. Pero, como en un círculo de brutalidad, queda en manos del gobierno de Duque hacerlo, quien seguramente hablará nuevamente con el títere.
Los medios de comunicación
En todo este embrollo podríamos suponer que los medios de comunicación del país estarían interesados en destapar estas ollas podridas de la política nacional. Pero no, estos se han dedicado a descalificar las declaraciones de Merlano, tratar de relacionarla con el gobierno bolivariano e incluso llegando a hablar de su ropa, con titulares manipuladores, como lo hizo Caracol “Aída Merlano cambios de imagen ¿Ahora con Chaqueta Chavista?”
Más allá de la postura de víctima pretendida por Merlano, el buen manejo de la situación respecto con las relaciones internacionales que hace Maduro y el lugar común en el que nos pone las nuevas denuncias contra las castas politiqueras-corruptas-paramilitares en el país, es necesario presionar cambios reales en la política de Colombia.
Solo la construcción de democracia popular y la vida digna hará posible una consciencia política que supere el ejercicio del voto y termine en una autodeterminación y soberanías populares.
