Una de las preocupaciones del gobierno nacional y de nosotros los campesinos que somos adultos mayores es que la juventud no quiere permanecer en el campo como lo hicimos nosotros, la gran mayoría emigran a las ciudades en busca de nuevas oportunidades, esto sucede porque hay
muchas circunstancias adversas que los jóvenes no se sienten motivados para permanecer en el campo:
1. Seguridad: los campesinos siempre hemos sido presa fácil de cualquier depredador: guerrilla, paramilitares, bandas criminales, delincuencia común y las fuerzas del estado cuando los señalan de pertenecer a uno u otro bando, el reclutamiento de jóvenes por las bandas criminales, los jóvenes campesinos que los llevan a pagar servicio militar obligatorio; todo este conjunto de situaciones hace que cada día existan menos jóvenes en los campos.
2. Vías terciarias: hay muchas regiones del país que carecen de vías terciarias donde su único medio de transporte es el lomo de mula, esa situación dificulta la venta de los productos que producen los campesinos. Por no tener un transporte adecuado los productos llegan a los mercados en malas condiciones para ser comercializados y escasamente reciben por sus productos el valor del transporte, perdiendo el costo de
producción y las ganancias de su trabajo. Es necesario que los municipios del país en sus esquemas o planes de ordenamiento territorial tengan definidas las zonas aptas para la producción de alimentos y declararlas como zona de reserva alimentaria, y es allá a donde deben llegar las vías terciarias.
3. Electrificación rural: no podemos desconocer que la energía es indispensable para el desarrollo del campo, ayudaría para que los campesinos tuvieran mayor acceso a la información, tendrían la posibilidad de adquirir maquinaria movida por energía eléctrica y esto ayudaría a facilitar las labores del campo, lo que haría posible que los campesinos disfrutaran de comodidades y de una vivienda digna.
4. La educación: la educación para el sector campesino en el día de hoy es inadecuada y obsoleta. Hay casos de veredas que no tiene ni la una ni la otra porque debe haber un número mayor a 20 alumnos para que les envíen un docente orquesta para que les dicte todas las materias, y esto ocurre cuando los alumnos de los centros urbanos llevan más de un trimestre de clases. En las veredas donde solo hay 10 o 12 alumnos simplemente no les envían profesor, con todas estas falencias no podemos decir que nuestros campesinos disfrutan de una educación adecuada y de buena calidad. Es necesario que el gobierno nacional en conjunto con las comunidades rurales diseñen un modelo educativo acorde
con las necesidades y los retos que debemos asumir en el siglo XXl.
Se necesita que en todos los municipios del país haya un centro educativo con énfasis en Educación Agropecuaria para que los egresados de esos centros educativos salgan formados como Bachilleres Técnicos Agropecuarios. Un diploma de Bachiller Académico para lo único que le puede servir a un joven campesino, es para salir a los centros urbanos a alargar las filas de los desempleados.Estos centros educativos no deben estar en los centros urbanos, deben estar ubicados estratégicamente en el sector campesino y suministrarle a los alumnos alimentación y alojamiento; este nuevo modelo educativo para el sector campesino debe estar dirigido a preservar el modelo de agricultura ancestral que es la que hoy conocemos como Agricultura Orgánica o Agricultura Limpia, hay que tener en cuenta cinco razones por las cuales debemos proteger la agricultura orgánica como agricultura de sostenibilidad:
1. Por la gran variedad de productos alimenticios que nos ofrece para suplir todas nuestras necesidades nutricionales.
2. Porque muchos de los productos químicos que se usan en la agricultura convencional contienen partículas cancerígenas que afectan gravemente la salud humana.
3. La agricultura orgánica es la única que protege el medio ambiente y evita la contaminación de las fuentes hídricas.
4. Mientras se mantuvo la agricultura ancestral y los policultivos los campesinos de las zonas de ladera fuimos totalmente autosuficientes, no comprábamos en los cascos urbanos más de 5 o 6 productos para alimentarnos. La gran mayoría de los productos para el consumo se producían en el campo, ese era nuestro estilo de vida 50 años atrás, cuando aparecieron con la idea de los mono cultivos haciéndonos creer que nos íbamos a
enriquecer. En ese momento los campesinos dejamos de ser autosuficientes y nos convertimos en dependientes de otros para poder alimentarnos. Dejamos perder una gran cantidad de semillas nativas y razas criollas. Lo que tenemos hoy es un sector campesino más pobre que antes porque en muchos casos no tienen la comida suficiente para suplir sus necesidades nutricionales.
5. Para salvar el campo y especialmente las zonas de ladera se necesita con suma urgencia una educación adecuada que capacite y enseñe nuestros jóvenes campesinos a producir alimentos sanos, a proteger el suelo y el medio ambiente, a conservar las semillas nativas y las razas criollas y ante todo volver a ser autosuficientes, de lo contrario no podemos pensar en llegar a competir en el mercado internacional.
