Durante dos años tuve el privilegio de crecer a su lado, trabajar con ella y por ella. Lo esencial es invisible a los ojos, escribió Antoine de Saint-Exupery. Por eso no fue necesario el contacto visual ni físico para conocerla.
Casi siempre los sabios, los mejores seres humanos, los imprescindibles eligen vivir en la sombra para que otros brillen. Con todo lo anterior quiero decir que la conocí a través de sus reacciones autocontroladas, de su serenidad e inteligencia emocional, que en mi concepto es la más útil e importante de todas las inteligencias. La esencia de esta mujer me llegó a través de su profesionalismo, de su ética. La guardaré por siempre como un destello de sencillez y prudencia.
María Paula Ángel le dice adiós (ojalá sea solo un hasta luego) a Las2orillas. Como editora de la Nota Ciudadana, una de las secciones más leídas y populares de este prestigioso medio de comunicación, nos deja su impronta tejida con los hilos de un trabajo tan silencioso como brillante. Por último, destaco su serena abnegación en tiempos del bombo y la egolatría.
Muchas gracias por publicar este breve mensaje, aunque seas partidaria de las despedidas silenciosas. No es justo dejarte ir así no más, sin unas escasas pero sentidas palabras. Gracias por el don de la escucha y la paciencia que pulió no solo mi pluma de escritor, sino también el ímpetu de una fogosidad desbordada como la mía. Y como el viaje de la vida está constituido de llegadas, salidas y retornos ojalá en el sinuoso camino de las letras nos reencontremos.
Te esperan retos mayores y logros extraordinarios. Y no dudo que una estrella singular guiará tu luminoso devenir, pues te pareces mucho a tu apellido. Hasta siempre, María Paula Ángel.