No entiendo la indignación de los seguidores de Claudia López, ¿qué pretenden que haga Gustavo Petro?, ¿cambiar su manera de pensar con respecto al metro elevado?, ¿teñirse de verde? La andanada en twitter contra la nueva alcaldesa era previsible, Claudia está más que preparada para soportar un rival que, en intensidad y nivel de confrontación, solo es superado por Uribe. Petro, como el expresidente, es el comandante en redes de una horda de fanáticos que cada vez dan más miedo, los mismos que nos atormentaron y nos trataron de manginos a los que decidimos retirarle el voto a la Colombia Humana en las pasadas elecciones a la alcaldía cuando Petro decidió jugársela por Hollman Morris a pesar del escándalo de violencia de género que despertó su exesposa Patricia Casas.
Resignado a perder en las últimas elecciones a las que se ha presentado, el senador parece adaptarse al papel al que lo ha condenado la historia: ser un eterno opositor. Y en eso es mucho más coherente, inteligente, preparado y punzante que su némesis, Álvaro Uribe Vélez. Insuflado, desde las cumbres de su ego, Petro disparará todo su arsenal en estos cuatro años de alcaldía Verde. Miren que a 72 horas de posesionada la alcaldesa empezó el ataque. El metro elevado será apenas su punta de lanza, ya vendrán todos los cuestionamientos, todo el resentimiento y, a veces, todas las mentiras que puede hacer para petardear a Claudia. No es guerra sucia, es tan solo la nueva política y también un poquito de machismo porque para misóginos la izquierda o no recuerdan, incautos, las tediosas y malditas reuniones de la Juco.
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No es guerra sucia, es tan solo la nueva política y también un poquito de machismo porque para misóginos la izquierda
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Hace poco le escuché al analista Daniel Winograd una palabra precisa a los tiempos que vivimos: la Trinocracia. En el nuevo sistema de gobierno imperante se apela a despertar la indignación del ciudadano. En esta era no existen mandamientos ni tendencias que sirvan para vislumbrar escenarios futuros, el trino que tiene éxito hoy puede ser la espada con la que el candidato se pueda hacer el harakiri en el momento en el que necesiten los votos. El archivo de una cuenta no lo soporta nadie, o si no miren lo que pensaban Iván Duque y Martha Lucía Ramírez sobre Uber en el 2015. Pero la necesidad de beber de esa nueva droga, la necesidad de tener que decir algo para convertirse en la máxima tendencia del país, es tan irrefrenable como para Bilbo Bolson ponerse el anillo.
Cada trino posteado será el pedacito de pescado de los que se alimentarán petristas y uribistas en los próximo cuatro años. Pobres de aquellos que no creemos en la polarización, los que le apostaremos, por ejemplo, a los verdes para las próximas elecciones, porque las huestes mencionadas atacaran como hienas, con sevicia y sin medir fuerza, a los tibios, a los que creemos que Uribe y Petro representan dos modelos económicos y sociales decadentes.
Si, Claudia deberá foguearse con un enemigo cada vez más furioso y temible, poderoso y brillante, que maneja con eficacia a sus fieles seguidores en redes. Petro cumplirá su papel y los hipócritas se rasgarán las vestiduras al ver la carnicería mediática. No se santigüen, pacatos, no es una matanza, es tan solo la nueva política.