Los sindicatos se han consolidado como mecanismos de representación de los intereses de los trabajadores. Sin embargo, se ha presentado una estigmatización de los mismos, lo cual estuvo influido por el conflicto armado, que ayudó a que se profundizara este fenómeno. Aparte de esto, la informalidad laboral, las modalidades actuales de contratación (el famoso contrato de prestación de servicios) y el desgano de los trabajadores hacen que los sindicatos en Colombia se estén muriendo de forma agónica. La densidad sindical en el país es de la más bajas en los países de la Ocde.
Dejar morir a los sindicatos es un atentando contra la igualdad, ya que estos han jugado un papel importante en la consecución de los derechos laborales. De hecho, un sindicalismo fuerte podría intensificar el esfuerzo redistributivo de los países, sin olvidar que la desarticulación sindical es una de las causas probables del aumento de la desigualdad en las economías, dado que favorece el aumento de las rentas elevadas, en detrimento de las ganancias de los trabajadores de bajos y medianos ingresos.
En el mundo la actividad sindical está siendo igualmente bombardeada y se ve una disminución de la densidad sindical en todos los países de la Ocde, con la única excepción de Islandia, Bélgica y España. Las nuevas formas de trabajo y el envejecimiento de la población, la globalización, la pérdida de participación del sector industrial han sido los determinantes detrás de la caída en la actividad sindical; las reformas públicas implementadas en muchos países de la Ocde han afectado el alcance y el funcionamiento.
Es por esto que los sindicatos se deben repensar, refundar y hacer una transformación total en su funcionamiento y en la forma de alcanzar los objetivos, que siempre serán los mismos: representar a los empleados y conseguir unos derechos laborales.
Ahora bien, la dificultad y la coyuntura actual está representada en la forma en la que se presentan las organizaciones sindicales a los jóvenes de hoy, que no se sienten representados en absoluto por los sindicatos. Además, tampoco saben cómo atraer estos nuevos trabajadores que son nativos digitales y que están buscando un nivel de vida y un trato con los empleadores diferente. A eso hay que sumarle que al sindicato no lo ven como un digno representante suyo ante la empresa, ya que lo percibem como un obstáculo y no como un medio para alcanzar una buena representación suya ante la empresa.
Y ahí no queda todo. Los sindicatos han cometido otro error garrafal, pues son organizaciones que están pensadas en generar beneficios para sus intereses, muchas veces en detrimento de la misma empresa. Así hemos visto muchos casos en los que una convención colectiva mal elaborada termina por quebrar muchas empresas (Ferrocarriles Nacionales, Colpuertos, etc.), por esta razón los sindicatos tal y cual como están diseñados hoy en día tienden a la desaparición.
Así mismo, los sindicatos en las convenciones colectivas solo piden pero generalmente nunca ofrecen nada a cambio y solo esperan que la empresa dé y entregue. ¿Por qué no piden pero ofrecen a cambio una mayor productividad?, ¿por qué no piden y ofrecen a cambio un mayor compromiso social de los trabajadores, como más viajes en bicicleta, menos gastos de energía, menos gasto de agua, más compromiso para llegar a cero accidentes laborales, más responsabilidad social, etcétera? Es decir, que las negociaciones sean un gana gana y no como actualmente que una parte pide y la otra se niega a dar.
Además, en las empresas en Colombia donde haya un sindicato debe haber al menos una persona del sindicato (el presidente del mismo o el que se designe) en la junta directiva para que este no mire solo la situación desde su lado sino que se inmiscuya y tenga conocimiento de la situación actual de la empresa y por lo tanto sepa qué pedir, hasta cuánto, y qué se debe y puede ofrecer.
Otra situación que se presenta es que los trabajadores despedidos por cualquier motivo se les acaba la representación sindical apenas quedan fuera de la empresa. Entonces, el pobre trabajador queda desprotegido por todo el mundo, con una situación moral y financiera muy delicada; al contrario de esto, es en este momento en el que los sindicatos deberían apoyar el trabajador con más hincapié: deberían tener una oficina de apoyo al recién despedido, buscándole un nuevo empleo, ojalá mejor remunerado, y si necesita capacitarse, darle esa capacitación o las herramientas para que pueda recomenzar y tener una mejor situación de vida que la que tenía antes del despido.
El sindicalismo debe darse cuenta de que si sigue en lo mismo las organizaciones tenderán a la desaparición y este sería un golpe muy fuerte para los derechos e intereses de los trabajadores.
Para cerrar, las estrategias innovadoras y desarrolladas para el crecimiento y ganancia de las dos partes (trabajadores y empresa) podrán hacer que esta importante figura de la sociedad no desaparezca.