Fueron más efectivas las tácticas y estrategias de “culebrero de pueblo” para convencer al electorado, que las propuestas serias de un Plan de Gobierno bien estructurado, ni siquiera la “promesa” de alcanzar la tan anhelada paz fue capaz de cautivar a los casi 33 millones de colombianos aptos para votar.
Como si se tratara de un ‘Reality Show’, el participante que más polémica genere, el que más conflictos propicie, el que más lance ataques e insultos, incluso el que descaradamente infrinja las reglas del juego, ese es el preferido por los televidentes; así de esta manera, puedo decir que los colombianos eligen a sus gobernantes.
Consternado, sorprendido y hasta decepcionado con más de 3,7 millones de compatriotas, así me encontraba ayer a las 6 de la tarde cuando veía los boletines de la Registraduría; sin embargo después de pensar con detenimiento, pasado el sinsabor de las malas noticias, mi decepción se fue trasladando hacia otros destinatarios, y ese sentimiento de decepción se transformó en algo parecido al enojo (entiéndase ira, rabia, cólera, furia, coraje, molestia) con esos casi 20 millones de personas que no salieron a ejercer su DEBER de votar y elegir a la persona que regirá los destinos de la Nación por los próximos 4 años.
Según el estado actual de las cosas, esperamos que Martha Lucía se adhiera a la campaña del zorrillo (y no es por la “Z” de su logo, sino porque todo lo que está detrás de su campaña huele a podrido), por lo tanto esperamos un aproximado de 6 millones de votos de este personaje; siguiendo con esta lógica “pecuecocalculista” como diría Petro, al Presidente candidato (quién en estas 3 semanas será más candidato que Presidente) se le sumaría el milloncito de votos de los verdes y asumiendo que muchos de los que votamos por Clara, conscientes de que ninguno de estos dos contendores no representan los verdaderos intereses de las mayorías de los colombianos, por lo tanto votaremos en blanco; veo con gran dificultad la segunda reelección de un Presidente colombiano.
Y es que mi molestia y lo que me llevó a escribir esta nota, tiene que ver con que no puede ser posible que el 13% de las personas que son aptas para elegir, vayan a decidir sobre el 87% restante de almas incautas y que además de esos 27 millones que quedamos, más de 20 millones no piensen hacer absolutamente nada para que el desenlace sea diferente.
Si bien los sondeos de opinión declaran que el Uribismo ganó en todos los estratos socioeconómicos, fue en los estratos Alto Y Medio donde obtuvo su mayoría de electores, entonces podemos concluir que la clase adinerada y los que pretenden serlo conformados como minoría, siguen decidiendo sobre la gran masa que se empobrece cada día más, mientras siguen disfrutando desde la comodidad de sus salas frente al televisor del Reality show de turno y esperan con grandes ansias el Mundial de fútbol, alternando con las apariciones del “culebrero de pueblo” que sigue hipnotizando y no precisamente a “Margarita”.
