Nació el salvador de la humanidad en un portal de Belén y es tiempo de paz y reconciliación. Es época de compartir en familia y gozar de las fiestas con regalos para todos. No más pugnas en Colombia, unámonos todos, como quiere nuestro presidente. No más paros. Vamos todos a la casa del señor a compartir el pan de la paz. Pero no la paz de Santos y las Farc, sino la de Botero, Duque y Trujillo. Hay que comprar más balas, más glifosato y más gases lacrimógenos. Requerimos más soldados en cada rincón de la patria.
“Noche de paz, noche de amor, todo duerme en derredor, entre los astros que esparcen su luz”, dice la canción. Noche de paz para las familias de los asesinados este año. En la Colombia unida de Duque se van a repartir muchos regalitos. La reforma tributaria que cocinan continúa con las exenciones a las grandes empresas, que será gradual cada año, para impulsar la economía nacional. Ese regalo es de 74 billones y crecerá un poco cada año. Ya el eterno presidente hizo lo mismo antaño, a pesar de que no se demuestra hasta ahora que dichas exenciones generen más desarrollo, y en cambio sí ocurre que se vuelve más injusta la redistribución de la renta, dado que incrementará el IVA y el cobro a las rentas del trabajo.
¡Viva la navidad! Ese es el regalo más importante de Duque para todos los colombianos. Pero hay más para todos. Pareciera que ante las presiones del paro decidió Carrasquilla que no nos van a cobrar IVA por tres días. Y cobrarán una sobretasa a los bancos, que ganaron este año 17 billones, y esto para hacer carreteras terciarias. ¡Viva! Es demasiada generosidad, no olviden que este es el gobierno de la equidad. Le regalamos a los pobres, como en viejas épocas de caridad cristiana, 2.2 billones año, en devolución del IVA. No digan que no somos progresivos.
Mientras tanto, le vamos mamando gallo a los del paro, dilatando y maniobrando, para que entre navidad y la gente se vaya para su casita a comer la cena navideña. A la economía naranja, que sobre todo bonificará al gran capital internacional para que implemente industrias culturales y obtenga grandes rentas, también le vamos a dar gabelas tributarias. ¡Viva! Comienza la economía naranja. En el paro salieron músicos a protestar con el lenguaje universal, y unos cantaban “chao chao Duque” de forma maravillosa, pero para ellos no es la cacareada industria naranja.
Y están los regalitos del aumento salarial. Pero eso sí, junto con Fenalco y Anif, que son los gremios que más han ganado dinero este año, no podemos permitir que se suba mucho el salario a los trabajadores, porque entonces va a haber mucha inflación y no podremos crear tanto empleo como queremos. No, señor, ya el año pasado les dieron un aumento muy alto a los trabajadores, la economía no está para esa irresponsabilidad. Calculamos que el regalito puede ser un aumento de un 4%, más o menos, o quizás medio punto más.
Nació el salvador de la humanidad en un portal de Belén y fundó una religión de amor y reconciliación, para realizar el reino de Dios en alguna parte, aquí, según unos, en el cielo, después de la muerte, según otros. O en la combinación de las dos opciones. ¿Cómo será el niño Jesús de Uribe? Bueno él ya hizo muchos regalos a sus hijos cuando usó el estado para enriquecerlos. Pero ahora el eterno presidente nos va a regalar a todos los colombianos una disminución en la jornada laboral. ¡Gracias, papá Uribe!
Duque también ha hecho regalos buenísimos, le dio otra vez el fondo del ganado a Lafaurie. Su ministra le quería dar un regalito de más de un billón al Grupo Aval, pero esta vez no se pudo. Y por ahí están cocinando otro regalito bien empaquetado y con moño grande y vistoso, se llama Ley Arias. El regalo de la reforma pensional les tocó dejarlo para el otro año. Por ahora, no se puede. Viva la navidad.
Yo, por mi parte, le pido al niño dios un regalo: tres días sin Uribe. No, de verdad, yo el mejor regalo que quisiera es la paz de Colombia y que dejen de talar árboles en la amazonia y en los bosques, le rezo todos los días al niño Jesús para que nos traiga esos dos regalitos.