Respetado y querido compatriota, la responsabilidad es solo tuya

Respetado y querido compatriota, la responsabilidad es solo tuya

Durante todo el tiempo en el que despreciaste la necesidad de un cambio, alguien mucho más poderoso que nosotros hizo transformaciones que afectaron inclusive tu destino

Por: MD Velásquez
diciembre 04, 2019
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Respetado y querido compatriota, la responsabilidad es solo tuya

Quería saludarte y pedirte disculpas por todos los errores que he cometido durante mi vida. Intenté encontrarte, pero me dijeron que estás participando de las marchas y cacerolazos por motivos del paro nacional.

En estos tiempos de protesta y de desorden, aprovecho la oportunidad para pedirte perdón por mi mala influencia y para reflexionar profundamente sobre algunas cosas que te quería comentar.

No te preocupes por la pésima situación por la que pasamos actualmente. Esto no es algo nuevo. Desde antes de que este platanal obtuviera la independencia de España gracias a “extranjeros oportunistas” como Bolívar y los irlandeses, quienes participaron en esa gesta innoble, esto ya estaba igual.

Como lo indicó nuestro gran dignatario en días anteriores, gracias a América, por su participación en nuestro neocolonizaje porque todo podría ser peor. Dios bendiga a América.

No debes preocuparte por la represión del Estado, ni de los grupos extremistas progubernamentales porque ya tienes claro que esta se incrementará mucho más de lo que te imaginas y, tal como ha sido siempre, terminarán liquidando a esos sucios comunistas.

¿Pero pasa algo malo? ¿Estás preocupado por la situación del país, de tu futuro, por los tuyos y el devenir de tus hijos?

Pues yo te entiendo y te creo. También me acabo de dar cuenta que el futuro de todos nosotros está muy untado de barro, tal como te lo comenté en el pasado distante.

Pero no te preocupes. Esto que pasa no es una maldición, ni un karma. Tampoco es culpa del Dios en el que siempre has creído, ni del decadente sistema. Tampoco es culpa de Trump, ni de la marihuana, ni de las Farc, ni de Uribe.

La responsabilidad es solo tuya. Pero no te sientas mal, ni te disgustes, ni me maltrates por decirte esto como siempre lo hiciste.

Solo recuerda muchos años atrás. ¿Te acuerdas de esos hermosos 80 cuando éramos jóvenes y felices?

Pues recuerda que en esa entonces fuiste un buen ciudadano, estuviste apoyando las directrices de Belisario y del militarismo imperante. ¿No recuerdas que te alegraste cuando masacraron a todo ser vivo en el palacio de justicia en nombre de nuestra democracia?

¿Te acuerdas de nuestro bravo general, diciéndonos por televisión “¡acá estoy defendiendo la democracia maestro!”, después de enfocar en la televisión las llamas en la edificación en las que murieron todos esos guerrilleros y el personal administrativo y los jueces de la república?

Fue cuando te dije, en mi humilde opinión, que no era justo que hubiera ocurrido esa carnicería, solamente por no haber permitido el diálogo con los subversivos. Pero me respondiste con euforia y con furia: ¿Qué es lo que quiere? ¿! Que el comunismo nos invada!? ¿No ve que los servidores públicos son eliminables si las condiciones de Estado lo requieren?

Posteriormente te dije al finalizar la década, que el asesinato de líderes de izquierda no era el camino, después de ver lo referente al homicidio de Pardo Leal, Antequera y después Pizarro. Pero te disgustaste conmigo y me reprochaste ser un sucio soviético. No pudiste predecir al igual que yo, lo que vendría una década después, cuando fuimos asolados por hordas de guerrilleros narcotraficantes, quienes asumieron el poder al no haber nadie pensante en sus filas, porque los pocos que los hubieran podido controlar ya habían sido eliminados.

En los 90 vi como fuiste un fiel seguidor de las doctrinas de Pastrana baby y de Gaviria gracias a la información proporcionada por los medios de comunicación de los ricos de nuestro país. Tú sí fuiste muy obediente, pero yo siempre estuve en desacuerdo, porque estaba completamente equivocado.

Por lo tanto, no disfrute a plenitud la alegría de la apertura económica, los TLC, la llegada de los celulares ni del internet.

También, fui testigo de que seguiste a pie juntillas todo lo que se te ordenó en el nuevo milenio. Pudiste llevar a Peñalosa como nuestro alcalde civilizador, quien nos aclaró, que el metro es solamente para los países industrializados y no para este tipo de republiquetas banana.

Fuiste muy tenaz e inteligente, ya que al poco tiempo llegó nuestro gran pacificador innombrable, que permitió que pudiéramos salir por las carreteras para poder estar en nuestros latifundios y fincas de recreo. Nunca escuchaste a la gente como yo, quienes estuvimos en desacuerdo con esa maquinaria militar;  quienes teníamos sensibilidad social y te sugerimos que esto era irracional, pero como siempre, fuiste un vivo y gran pensador porque siempre nos calificaste como guerrilleros, rebeldes sin causa y ateos irresponsables.

Nunca diste tu brazo a torcer. A pesar de tratar de explicarte que el mundo era diferente, estabas convencido del éxito del capitalismo, especialmente cuando la URSS claudicó y nos convenciste de que la reivindicación social era una causa sin sentido, ya que el que es pobre es porque se le dio la gana y porque es un haragán que no quiso trabajar.

Afortunadamente no te dejaste llevar de ideas de cambio, porque dentro de tu visión todo esto es una herejía.

El tiempo finalmente pasó. Cuando hubo chance te beneficiaste con las ricas migajas que caían desordenadamente del sistema. Debes admitir que lo hiciste directa o indirectamente del negocio. Acuérdate no más, de todas las bonanzas criollas como la del contrabando del Marlboro, la bonanza coquera con el cartel de Cali y Medellín, la esmeraldera, la petrolera y la de DMG, entre otras. El capitalismo es grandioso. Qué equivocado estuve.

Pero ahora resulta que estamos viejos. Sé que te gustaría entregarle a tus hijos y nietos una Colombia mejor, pero oh gran horror y terror. Ya no es así.

Ya no puedes. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Esto es lo que obtengo a cambio después de ser tan fiel al sistema?

Pues tristemente si es así.

No te diste cuenta que durante todo este tiempo en el que despreciaste la necesidad de un cambio político, social y cultural, alguien mucho más poderoso que todos nosotros sí hizo cambios que afectaron inclusive tu destino.

Estuviste muy ocupado pasándola bien, chicaneando con tu nuevo carro, tu nuevo celular, tu nuevo pc, chicas buenas, rumba, licor y fútbol. Botaste toda la basura que pudiste a las calles, nunca valoraste a tu pareja, ni diste buena crianza a tus hijos y solamente respondiste por tus hijos extramatrimoniales por orden judicial. Tu trabajo siempre fue una maldita obligación, en vez de ser la fuente de tu poder y capacidad. Te burlaste de los gays, de la gente fea, de las mujeres, maltrataste a los negros, a los indios, a la gente pobre, a los intelectuales, profesores, líderes sociales y a todos los que no te generábamos riqueza, poder ni sexo. Tampoco pensaste en los animales y su sufrimiento. ¿Cómo así?, ¿los animales sufren y son víctimas de comercio indolente e inhumano? Pues algunos científicos y expertos dicen que al parecer sí sienten dolor.

En fin. La pasaste de locura. ¡Qué bomba!

Qué aburrido fui cuando te supliqué que te prepararas, estudiaras y trabajaras a conciencia.

Pero bueno, te queda la gran satisfacción y la tranquilidad de que te llevaste a la boca y a los genitales todo el placer que pudiste.

Pero… no alcanzaste a percibir que existen fuerzas mucho más poderosas que tú y que cualquier hombre. Ahora enfrentas una realidad muy diferente.

No hay plata, queda muy poca en tus arcas. No hay empleo. Ya no hay petróleo, ni coca ni café. Este último ya se tiene que importar de Vietnam. ¿Vietnam? Sucios y malditos comunistas, ¡no es posible!

Ya no existe Pablo escobar y tus patrones parecen tener problemas serios con la justicia nacional e internacional y con la carencia de plata.

¡Que dura realidad! No puede ser. Ahora resulta que los venezolanos no son la gente que generaba tanta plata y trabajo al país, sino que se trata ahora de hordas de gente desamparada y empobrecida, que llegó a invadirnos. Gente miserable que se vende ante tu jefe, diciéndole que pueden hacer en tu trabajo el doble o el triple de lo que tú haces, y mucho mejor, y todo solo por un plato de comida. ¡No puede ser!

Todo esto es una lástima. Tal vez, lo único que me alegra de todo esto, es que por fin estamos de acuerdo en algo, y es probable que no me lastimes más por decírtelo porque definitivamente las cosas si han cambiado.

Solamente deseo que tengas mucho éxito en tu protesta. Has sido muy obediente con tus gobernantes. Es más, creo que lo estás logrando porque esta mañana en la W Radio, Julito dijo, que el gobierno de su excelencia el doctor Duque nos va a dejar un proyecto de ley en el que estamos exentos de pago de IVA por Tres días del año. ¡Gracias! Es un alivio a nuestra maltrecha economía. Lo estás logrando. Además, se aprobó el paquetazo anoche en el senado. Creo que es justo, que nadie tenga pensiones mayores al mínimo, porque eso es una vagabundería. ¡A trabajar vagos! Qué bien.

Me hubiera gustado mucho haber estado a tu lado en la protesta y luchar contigo hasta el final por cambiar nuestra sociedad, pero lastimosamente no te podré acompañar, porque yo ya lo hice por ti durante mucho tiempo, exponiendo mi vida, honra y bienes por lograr cambios en un mundo sordo, cruel, hostil, indiferente e inmutable sin poder lograrlo. Espero que tu si lo puedas cambiar.

Pero, si esto no sucede, no debes preocuparte, tienes todas las ventajas a tu favor. Eres un buen lacayo, crees en cosas que no ves, tienes la fe de tu iglesia, tienes acceso a los créditos de banco ya que ahora entregan millones con solo mostrar la cédula, obedeces todo lo que dice el tío Sam, RCN y Caracol y seguirás con la protección de tus amos, a los que has servido siempre de una manera perruna y fiel. Además, la URSS ya no existe y el fútbol, Maluma, los culos y las tetas todavía están ahí. Ahora son más baratos.

Si las cosas salen mal, tampoco debes angustiarte, ya que tu indolencia es parte de tu forma de ser, y por lo tanto nada te podrá afectar. Definitivamente ser colombiano es todo un logro.

Nuevamente te pido disculpas por tener ideas erróneas y haber sido una molestia en tu camino hacia una sociedad libre.

¡Ánimo, compatriota! Sigue adelante y éxitos en tu protesta y cacerolazo.

Haré mucha fuerza por ti mientras disfruto un blues con gin tónic.

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