Al presidente y a su círculo cercano se les pasa que ya no gobiernan para la misma Colombia de Escobar y de las Farc. También se les olvida que la gente ya no traga entero, que con el internet la información y la comunicación son más versátiles y rápidas. Se les pasa que ya no es tan fácil de engañarnos como si lo logró su papá político durante su gobierno. Es por eso que tras tener resultados nefastos con la estrategia de miedo (donde implementó propagandas antimanifestaciones, allanamientos a sindicados y medios independientes, sirenas por doquier, policías infiltrados, toques de quedas y teorías de pánico), hoy decidió implementar “la culpa es del otro” y “yo les ofrezco 3 días sin IVA”.
Seguramente aconsejado por su asesor en comunicaciones el señor Juan Pablo Bieri (mejor conocido como censurador de RTVC), el presidente salió en búsqueda del desprestigio de unos, seguido de la enaltecida de su glorioso gobierno por parte de otros. En un recorrido de prensa, radio y televisión, al mejor estilo Uribe Vélez, el presidente defendió su gobierno; esto se vendió como pan caliente, mientras que igualmente al estilo uribista buscaba nuevos culpables. Ya había usado el nombre de Santos y no funcionó, tampoco el del Foro de Sao Paulo, los vándalos, los venezolanos y los vándalos venezolanos... así que ahora había que darle un nuevo nombre y cara al culpable de la semana.
Esta mañana el presidente Duque, en uno de sus actos escueleros que últimamente suele protagonizar, dio una entrevista a su cuñado en Blu Radio, donde como Poncio Pilato se lavó las manos y como buen uribista culpó a otros de lo que ocurre hoy en las calles. “Sin tener que mencionar el nombrecito, usted ya lo tiene claro”, le dijo el mandatario Iván Duque al periodista Néstor Morales, refiriéndose al “pirómano” que, según él, quiere conseguir con violencia lo que no “ganó en las urnas”, haciendo clara alusión a Gustavo Petro…. “Yo creo que con mi respuesta, claramente usted [Morales] sabe a quién me estoy refiriendo”, agregó Duque.
Lejos de ser partidario de Petro y de que esta opinión sea en su defensa, la molestia radica en la actitud del presidente, que es cada vez más deplorable y más indiferente a los que la ciudadanía clama en las calles. Su falta de humildad para reconocer sus errores y reencaminar las cosas que van mal choca con los manifestantes. Además, cada acción que emprende parece estar cargada de sevicia y rabia, tal cual como la de aquel agente del Esmad que disparó a diez metros su escopeta calibre diez, cargada de cartuchos kevlar (pequeños balines envueltos en una microfibra), impactó la cabeza Dylan Cruz y acabó con su corta vida.
Cada alocución es un paso en falso frente a la sociedad, es como un contraataque que en vez de una acción pacífica para calmar los humos termina siendo leña para avivar los fuegos. Nada más retirado de la realidad que creer a estas alturas que el paro y cada una de sus manifestaciones durante estos siete días son promovidas, auspiciadas y/o manipuladas por una fuerza netamente política... y mucho menos por un solo político que es rechazado casi o tanto como su mismo jefe. No, señor presidente, esto dejó de tener tintes políticos desde hace mucho tiempo. Esto ya no tiene que ver con partidos, estratos, colores, razas, ni edades. Aquí lo que hay es un pueblo descontento, unido y aglomerando de todos los rincones que pide dignidad para dejar de ser olvidado y marginado.
Por otro lado, el famoso Julio Sánchez Cristo, director de la W, trinó esta mañana bajo el hashtag #DiasSinIvaSon: “Una propuesta que finalmente llega para aliviar el bolsillo de los colombianos. Durante tres días al año. Son las respuestas que quiere la calle inmediatas y concretas”. Aunque dudo de que su carácter y astucia le permitan creer que lo que dice es cierto, pero suponiendo que así lo sea, qué tan equivocado y lejos de la realidad está el periodista con sus comentarios si cree que la gente en la calle clama paños de agua tibia, pan y circo para entretenerse. A estas horas me imagino cómo habrá sido la conversación entre presidencia y el periodista para hacer el intento fallido de generar conformismos vacíos en gente llena de indignación y motivos.
Pero eso no es todo. El periodista Luis Carlos Vélez, en su cuenta de Twitter, trinó: “Algo no está bien cuando el balance de seis días de paro es un manifestante muerto, más de 300 policías heridos, un atentado y unos políticos como cuervos buscando donde comer. La pregunta siempre debe ser cómo construir, no cómo destruir”. Son desafortunadas, estigmatizadoras y sensacionalistas las palabras del señor Vélez. Indoloro al fallecimiento de Dilan, invisibilizando las víctimas manifestantes y ayudado a la construcción ideológica sobre que las marchas son movidas por dos políticos y no de un pueblo. Qué triste y lamentable ver todos esos periodistas de bolsillo que tanto daño le hacen el país y que tanta culpa cargan en sus espaldas de la violencia, la desigualdad y el retraso de la nación.
Difícilmente esta estrategia pueda contra los vientos de cambio que clama el pueblo. Difícilmente el presidente pueda conciliar el sueño con tantas encrucijadas que tiene en estos momentos: su país se incendia poco a poco, sus asesores no atinan, su partido le da la espalda, su jefe calla en las tinieblas de sus establos y el pueblo sigue gritando con la esperanza de la paz y el cambio.
Así pues, señor presidente, el paro sigue: la gente aclama justicia y no venganza; la ciudadanía quiere paz y no más violencia. Señor presidente, como usted mismo lo trinó una vez: “Montaigne quien también fue alcalde dijo: A nadie le va tan mal durante mucho tiempo sin que el mismo tenga la culpa”. Así que por el bien de todo el país deseo que Dios salve al gobierno.