El discurso de la alcaldesa electa de Bogotá anoche fue contundente. En solo diez minutos dijo las verdades que el actual presidente no se ha atrevido. Claudia López expuso sus cuatro propuestas frente a las protestas que desde el pasado 21 de noviembre tienen a media marcha al país. Entre ellas la primera fue reconocer que la ciudadanía tiene sus propios voceros y que ninguno de los dirigentes electos el pasado mes de octubre pertenece a dichos voceros; el diálogo se debe adelantar con ellos. López también fue enfática en que los tiempos propuestos por Duque son irracionales. Iniciar la conversación nacional el miércoles y llevarla hasta marzo es inconcebible. La alcaldesa enfatizó que las soluciones deben ser prontas.
De igual manera, López también reconoció que el diálogo que se va a adelantar debe ser para reconocer errores. La alcaldesa electa de Bogotá dijo que gran parte de la inconformidad que moviliza las marchas se debe a que tenemos dirigintes carentes de humildad y que no reconocen que hay cosas que van mal. López expuso que el diálogo próximo debe ser el escenario para que tanto el presidente como sus funcionarios bajen la cabeza. Dijo también que de ninguna manera puede ser un diálogo para profundizar en explicaciones sobre las políticas gubernamentales. El diálogo no puede ser para legitimar el poder en Colombia porque esa no es la causa de ninguno de los que se movilizaron.
Al ver la imagen de Claudia dirigiéndose al país por medio de las cámaras de un noticiero, como no ha sabido hacerlo el presidente, es imposible no pensar que esta podría ser la primera mujer capaz de dirigir a un país como el nuestro. En tan solo diez minutos Claudia, con voz firme y toda la autoridad del caso, se paró ante Colombia y habló mejor de lo que lo hizo el presidente en las alocuciones que ha tenido hasta el momento. No es solo un tema de fondo sino de forma. Independientemente de las propuestas de Claudia, la manera en que habló le da más respeto que el que transmite el actual presidente. Si fuera la hoy alcaldesa electa de Bogotá quien estuviera en la Casa de Nariño a lo mejor ya tendríamos la respuesta del gobierno que todavía estamos esperando. O a lo mejor ni siquiera hubiese necesidad de haber marchado. Ojalá que en 2026 la cara de Claudia sea una opción en el tarjetón presidencial.
