Según la Organización Mundial de la Salud en un informe del año 2017, en el mundo mueren anualmente en promedio 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso, siendo esta una cifra con características epidémicas. Datos históricos indican que desde 1975 la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. Por ejemplo, en 2016, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso y el 13% eran obesas. La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la desnutrición. Además, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos y 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.
Colombia no es la excepción, pues en este tema se presentan cifras alarmantes. Por ejemplo, a partir de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN) 2015, se evidenció que uno de cada tres jóvenes y adultos colombianos presentan sobrepeso (37,7%), mientras que uno de cada cinco es obeso (18,7%). En este sentido, la obesidad sigue aumentando, pues según datos del Dane si se compara año 2010 vs 2015, el 56,4% de los colombianos presenta sobrepeso, lo que indica que hubo un incremento de 5,2 puntos porcentuales en cinco años.
Cabe resaltar que en Colombia sí existen normas y leyes que regulan esta situación, por ejemplo la Ley 1355/2009, la cual declara la obesidad y las enfermedades crónicas (EC) asociadas a la misma como problema de salud pública. Además, adoptó medidas de prevención y atención frente a la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles. Sin embargo, cifras del Dane, para el año 2016 la primera causa de muerte a nivel nacional son las enfermedades crónicas (EC) y el cáncer. Por ejemplo, en 2016 en el Valle del Cauca 27.797 muertes fueron a causa de EC, tales como enfermedad isquémica del corazón, diabetes y enfermedades cerebrovasculares. Estas cifras a pesar de ser alarmantes no han logrado crear conciencia en la población colombiana.
A partir de la Ley 1355/2009 que entre otros propósitos tiene el de vigilar que las tiendas escolares oferten alimentos sanos y cumplan con estándares de una nutrición balanceada. Aun así, no se cumple, pues bien las vitrinas de tiendas escolares están llenas de alimentos poco sanos, frituras, gaseosas, lo que se traduce en exceso de calorías, y a futuro causante de sobrepeso y posible obesidad. Hay que añadir que este exceso de calorías se incrementa con los alimentos ofrecidos en el restaurante escolar de las instituciones educativas oficiales de Cali, pues en estas se observa un exceso de harinas como lo es el arroz, pasta y pan entre otros.
En este sentido, una investigación del año 2017 la Universidad Surcolombiana en sus resultados brindó un panorama de si se cumple o no ese control de los alimentos que se venden en las tiendas escolares. En dicho estudio se encontró que la mayoría de municipios, departamentos e IE oficiales, no cuentan con políticas públicas en materia de alimentación sana en tiendas escolares. Sin embargo, existen unos pocos departamentos que, si regulan esta situación, como lo es Quindío, a nivel municipal solo unos cuantos cuentan con una política pública estructurada, entre ellos se destaca Barranquilla, el cual se precisa como objetivo evitar la obesidad infantil en colegios públicos y privados.
Ahora surge una pregunta: ¿las normas y leyes en cuestión de la salud en la edad escolar son solo en papel?, ¿a las instituciones gubernamentales realmente les importa la salud de los escolares? La respuesta es no, pues bien es en los hogares en donde se deben fortalecer esos hábitos alimenticios saludables. Es evidente que la escuela debe coadyuvar a partir de los contenidos curriculares mediante un proyecto transversal direccionado desde las ciencias naturales, la educación física entre otras.
Por tanto, se debe empezar desde el contexto sociocultural con la necesidad de romper con el paradigma que ha trascendido de generación en generación convirtiéndose en una constante errada al suponer que una persona gordita o que se come todo es sinónimo de salud. A este factor cultural se le suma el desconocimiento conceptual de nutrición. Además, el ritmo de vida de las familias colombianas, la falta de tiempo para elaborar un buen alimento, lo que obliga a comprar comida callejera o a preparar alimentos rápidos, pero poco saludables. Finalmente, el desconocimiento del estudiante y sus familias en el tema nutricional, y la no veeduría por parte de las autoridades gubernamentales están llevando poco a poco a la sociedad colombiana a una muerte lenta que se ve evidenciada cuando ya no se puede hacer nada por salvar la vida.
