Entre el 28 de febrero y el 28 de junio de de 2019 el vicecontralor Ricardo Rodríguez revisó pacientemente más de 3 millones de documentos de Hidroituango en una auditoría que generó conclusiones alarmantes. Según Rodríguez, quien tiene una larga experiencia en el sector minero energético como contralor delegado para el sector desde 2015, la sociedad de Hidroituango tenía todos los estudios que le advirtieron que desviar el río Cauca, el segundo más importante del país, era una decisión temeraria que podría generar bastantes riesgos. Desde hace un año el vicecontralor asumió el cargo dentro de la entidad como un encargo, pero antes de llegar a la Contraloría ya había sido asesor del despacho del Viceministro de Minas y Energía, jefe de la Oficina de Planeación y Gestión de la Empresa de Energía de Cundinamarca, gerente de Control Interno de Servicios Postales Nacionales S.A. – Postal Service S.A., Vicepresidente Administrativo de Inversiones y Consultorías Rueda y Barrera, y Gerente General de Enertolima.
Rodríguez hizo dos hallazgos importantes según quedó constatado en la auditoría: En Hidroituango actualmente hay obras que ya no tienen funcionalidad y representan cerca de 2.9 billones de pesos; y la sociedad dejó de percibir miles de millones por los retrasos en la obra y la contingencia que se presentó en 2018.
La revisión de los documentos durante la auditoría fue clave para Rodríguez, pues según él, pudo establecer quiénes estuvieron en la línea de mando durante la aceleración del proyecto, que vendió energía a futuro, y desencadenó en varios errores. En la mira ahora están Sergio Fajardo, el gobernador electo de Antioquia Aníbal Gaviria y Luis Alfredo Ramos, quienes como exalcaldes y exgobernadores estuvieron en el proyecto y tomaron decisiones frente a este, y fueron llamados a dar su versión sobre los hallazgos de la Contraloría.