Hace unos meses el médico Hector Fabio Cruz afirmó que James era indisciplinado, que no se tomaba muy en serio su preparación física. Uno no necesita ser un tomatrago como Asprilla para ser considerado un jugador indisciplinado. Cuentan es que los hábitos de James no son los mejores. Le gusta la play, como a tantos muchachitos descerebrados, y juega hasta la madrugada los días de descanso. Mientras su ídolo Cristiano Ronaldo duerme, jamecito se desgasta en campeonatos Fifa con sus más íntimos amigos. Por eso es que lo quieren poco sus técnicos.
James en los momentos cumbres no sale, no da la cara, no se pone la camiseta. Falló en el Mundial de Rusia, las lesiones son producto del mal cuidado físico y él es víctima de si mismo como tantos otros genios. Ahora quería poner todo de si para callarle la boca a Zidane y quedarse con la titular del Madrid y otra vez su frágil estado físico no le dio. Pailas, en un entrenamiento previo al partido amistoso con Perú le produjo un esguince en el ligamento de su rodilla que lo tendrá tres meses por fuera.
James tiene 28 años y en los últimos tres ha sufrido once lesiones. Afrontemoslo, nuestro ídolo no llegará a los 30 años. Una pena. Su pase no hace sino devaluarse a diario y ya no jugará en el Madrid, a propósito, si estaba lesionado ¿por qué lo llamó Queiroz? ¿quién le pagará al Madrid esta nueva irresponsabilidad? James tendrá que replantearse su carrera, una carrera en la que difícilmente aguantará un par de años mas.