Las compras semanales que hago en el D1 se han convertido en un fiasco por sus productos de mala calidad. Denuncio esto porque me he encontrado con varios casos parecidos y creo que es necesario que se haga algo al respecto. Ya he tenido que regresar dos veces seguidas a devolver cajas de leche y quesos que salen dañados, aunque no hayan cumplido la fecha de vencimiento y en mi casa hemos sido cuidadosos al refrigerarlos.
Convencidos de que estábamos ahorrando dinero y consumiendo alimentos saludables, decidimos comprar varias cajas de leche –además por la comodidad de que no vengan en bolsas- pero qué sorpresa nos llevamos cuando la estábamos sirviendo y salieron lo que serían varios coágulos o grumos. El asco fue inmediato y tuvimos que tirar todo el líquido y dejar de comprar el producto por miedo a que nos volviera a ocurrir lo mismo y derrochar más dinero.
La reciente mala experiencia fue comprando una especie de loncheritas de queso con bocadillo. Cuando abrimos la caja para dárselo a mis hermanas vimos que los quesos estaban dañados, inflados y porosos, como si llevaran mucho tiempo fuera de la nevera. Su fecha de vencimiento aún estaba lejos y tan pronto como lo compramos, lo metimos en la nevera. Tuve que ir a la tienda a cambiarlo y la gerente del lugar me recibió avergonzada, me devolvió el dinero, se dio la vuelta y le dijo a la cajera “estoy preocupada, nos siguen llegando más casos como el viernes”.
Para rematar, un amigo me contó que dejó de comprar tocineta en el D1 porque a los tres días de abrir el paquete encontraba la carne de color verde. Sin importar que lo había refrigerado. Los casos que he conocido son repugnantes, nos cuestan dinero a quienes buscamos economía y ponen en riesgo nuestra salud. Sin contar las preguntas que me surgen ¿de dónde sacan los alimentos? ¿Cómo revisan su calidad?
Estoy cansada de comprar sus alimentos podridos, que me convencen más de que D1 es un engaño: precios bajos disfrazando su mala calidad.