Hasta un millón de pesos por una cédula habría ofrecido en 2015 el entonces alcalde de Hatonuevo (La Guajira) Reiner Palmezano Rivero, según se desprende de un video grabado por un testigo de la Fiscalía y que se encuentra como parte del un proceso penal que se adelanta ante la justicia.
Palmezano hace parte de un clan familiar que ha ostentado el poder desde hace ocho años en ese joven y pequeño municipio, fundado por ordenanza de la Asamblea de La Guajira apenas en 1999 y que recibe importantes recursos no solo de regalías, sino también del recaudo varios impuestos locales pagados por la vecina mina de El Cerrejón.
El patriarca es el exconcejal de Barrancas —municipio del que se segregó Hatonuevo— Luis ‘Lindo’ Palmezano, que ha militado en las filas del movimiento Nueva Guajira, encabezado por el representante a la Cámara por el Partido de La U Alfredo Deluque. Por ese mismo partido Reiner Palmezano fue electo en 2011 con el 53% de la votación, es decir, 3.562 sufragios.
Ello no le salió bien a Reiner, que fue detenido justo al final de su administración, señalado de los delitos de corrupción al sufragante, constreñimiento al sufragante, ocultamiento, retención y posesión ilícita de cédulas e intervención en política.
Por esos mismos hechos también fue capturado su hermano, Luis Arturo Palmezano Rivero, quien fuera gerente de la campaña del actual alcalde Rafael Ángel Ojeda. Ambos fueron posteriormente dejados en libertad porque, para el juez, no representaban un peligro para la sociedad, pero siguieron vinculados al proceso penal.
Luis Arturo aspira a la Alcaldía de Hatonuevo para el periodo 2020-2023 y se ha fotografiado en sus correrías con el candidato a la Gobernación de La Guajira Nemesio Roys, un ahijado político del representante Deluque que estuvo al frente del Departamento de Prosperidad Social, DPS.
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Justamente la gestión de Roys fue duramente cuestionada por la Contraloría General por no alcanzar los objetivos sociales del DPS a causa de una serie de deficiencias en su gestión. Una de las más graves tuvo lugar en el programa de Red de Seguridad Alimentaria (RESA), una de las más importante por su fuerte componente social, con un presupuesto de 65.000 millones de pesos para 2018, apenas se obligaron 1.155 millones, que equivale a 1,78% de lo apropiado.
Una grabación elaborada justo antes de las elecciones de octubre de 2015 sería una prueba contundente contra los Palmezano. Fue hecha por Rubén Mendoza, conocido también como la Fiera, un hombre que —según su testimonio— ese clan empleaba para sus ilícitos electorales, entre ellos contreñimiento, presiones y amenazas. Sus jefes le habrían quedado mal y el testigo habría decidido delatarlos.
En el video se observa al alcalde Reiner Palmezano recibiendo el reporte de la Fiera acerca de las cédulas que le habían quitado a electores de Hatonuevo y que habían comprado para evitar que estos votaran. Una estrategia insólita, única y viable en este pequeño municipio que, según el censo electoral de 2015 apenas contaba con un potencial de 13.837 votantes. Ese año Ojeda, avalado por La U, se eligió con 5.482 sufragios.
Las estrategias pueden ser varias, según contaron testigos. Las compraban directamente a sus dueños por cifras entre 200.000 y 400.000 pesos. Por las cédulas de líderes opositores ofrecían entre 500.000 pesos y un millón. Otra opción es hacer parrandas organizadas por aliados que embriagaban a quienes sabían que eran opositores y así poderles robar fácilmente el documento. Cada cédula era revisada en la web de la Registraduría para evitar pagar por alguna que estuviera en proceso de duplicado.
Lo que llamó también la atención de los investigadores fue que Palmezano llegó a ofrecer un millón de pesos por por la cédula de Ciro Ortiz, el candidato contrincante por el partido Opción Ciudadana que obtuvo 4.292 votos, para una diferencia de 1.190. Una diferencia mínima, que habría tenido una inversión módica en términos electorales: al menos 238 millones de pesos.
Volviendo al video, grabado en el interior de un vehículo y en el que aparece el alcalde Reiner Palmezano, hablarle a otra persona de una arma mini-uzi y una escopeta, lo que configuraría el delito de tráfico o porte de armas de fuego. Se observa pasarle un fajo de billetes para que presuntamente compre otras cédulas. En otro apartado del video se escucha que Luis Arturo también estaba al tanto de todos estos aparentes ilícitos.
El proceso, aunque sigue vigente, se encuentra en el Juzgado Promiscuo del Circuito de San Juan del Cesar (La Guajira). Allí no se ha avanzado en la realización de la audiencia preparatoria, en medio de los aplazamientos causados por las inasistencias de los señalados y de su apoderado legal. Entretanto, un hombre y un clan cuestionados podrían mantenerse en el poder en Hatonuevo.
