Fotos LatinNewsXXI - Agencias
Según la teoría del prenauta, Cristóbal Colón jugó con cartas marcadas cuando puso rumbo al nuevo mundo, y más que las Indias en realidad lo que buscaba era el dorado de un lugar llamado Cipango para llenar de oro las arcas de los Reyes Católicos y de paso las suyas propias. Buscaba una tierra de ricos. Esta información confidencial se le atribuye a un infortunado hombre llamado Alonso Sánchez de Huelva, a quien, a bordo de su destartalada embarcación, el destino y las mareas habrían llevado hasta las costas de la tierra portuguesa en la que residía el almirante. Mermado de fuerzas e imposibilitado para sobrevivir, le confesó en su lecho de muerte su gran secreto, la odisea de un accidentado viaje que lo llevó hasta una ignota tierra de poniente donde el oro abundaba. El prenauta habría dado las indicaciones al inquieto Cristóbal para navegar hacia el oeste. Si bien no fue directamente la primera tierra firme que divisó el 12 de octubre de 1492, no demoraría en dar con su destino. Fue el 5 de diciembre cuando avistó la isla de la que su confidente le había hablado, a la que él bautizó como La Hispaniola (La Española). Colón había encontrado Cipango, su oro y su gloria, ambos paradójicamente efímeros pues murió pobre y desprestigiado.
Fue de este modo que el antiguo descubrimiento insular que alberga a lo que hoy es la República Dominicana nació ya con un estigma asociado al sueño dorado de los mortales. La parte oriental de la isla sirvió para asentar y fundar la primera ciudad levantada por occidentales en América, La Isabela, cerca de la actual Puerto Plata, al norte del país. En el final del siglo XX aprovechó su privilegiada naturaleza para levantar hoteles y resorts que atraen a miles de turistas cada año merced a la buena calidad turística y al privilegiado entorno tal como describimos en la nota ‘Bachata, mamajuana y mar para mamá’ que puede consultar en esta misma sección.
Casa de Campo, paraíso platino
Junto al turismo de operadores, hace muchos años que los nuevos ‘almirantes’ del siglo XX y el siglo XXI encontraron en el término de La Romana, al sureste del país, su Cipango particular. Allí se ubica Casa de Campo, un lugar altamente exclusivo, reservado a ricos de bolsillos holgados que encuentran un remanso de paz en un pedazo de paraíso alejado de todo ruido en el que tan pronto se encuentra uno a una celebridad como a cualquiera de los integrantes de la lista Forbes del año. Es un oasis de lujo con todos los ingredientes al alcance de la imaginación de una tarjeta platinum. Sino el que más, desde luego está entre los destinos más exclusivos del Caribe. Se trata de un gigantesco jardín tropical de 2830 hectáreas o su equivalente de 7000 acres, donde tienen cabida una lujosa marina, un espectacular campo de golf junto al mar azul, un hotel y resort de cinco estrellas y una serie de villas dentro de una de las comunidades residenciales más selectas del planeta. Mirando precios de casas en oferta en el preciso momento de redactar estas líneas, usted puede comprar un pedazo de paraíso por unos precios que oscilan entre los 7 y los 16 millones de dólares, o rentar desde los 1.500 a los 5.000 dólares por día. Echando un vistazo a algunas de las imágenes, que hablan por sí solas, es evidente que este moderno dorado residencial, asentado en un derroche de belleza natural donde el río Chavón se funde con el Mar Caribe, no vale menos.
Rafael es un empresario español del sector siderúrgico que visita Casa de Campo desde hace más de una década. Lo hace una media de tres veces al año, donde disfruta de una villa frente al mar que arrienda por un precio medio de 2.000 dólares americanos por día. Es uno de los muchos testimonios que se pueden recabar sobre el lugar y que muestran que quienes lo prueban fácilmente quedan enganchados: “nosotros somos una familia grande, antes de conocer La Romana habíamos recorrido muchos lugares, pero para una familia, un lugar como Casa de Campo es ideal. Allí todo es destacable, empezando por el entorno natural, la atmósfera que se respira, ese clima tan delicioso para la salud y el descanso; y siguiendo por las facilidades de comodidad y logística que ofrece a la gente, así vivas a 8.000 kilómetros. Para el transporte se tiene la posibilidad de llegar en vuelos privados al aeropuerto propio. La atención del servicio es inmejorable, el modo en que te puedes desconectar, recibir un tratamiento anti estrés en el spa privado de la casa, elegir si te gusta el golf, el tenis, los deportes acuáticos, los paseos a caballo entre esa naturaleza de ese verde tan intenso… Tenemos una variedad de restaurantes y centros de ocio de inmejorable calidad y para los que nos gusta navegar el hecho de tener ahí tu propio barco y organizar excursiones a Isla Catalina, los altos del Chavón o cualquiera de los paradisiacos parajes de los alrededores es en verdad algo que me cuesta describir con palabras. Definitivamente desde la primera vez que lo probamos quedamos muy satisfechos y desde luego ya no lo cambiamos por ningún otro lugar del mundo. Casa de Campo es nuestra segunda casa, y ya desde hace unos meses estamos decididos a comprar”.
No solamente a Rafael le faltan las palabras, todo aquel que visita el lugar por primera vez suele quedar absorto de la belleza de la propiedad durante cualquiera de las actividades que realice, así sea tumbado plácidamente bajo el generoso sol dominicano, practicando deportes, paseando a caballo o bañándose en la piscina o la playa. Uno de sus principales atractivos, como refería el empresario consultado, es la posibilidad de disfrutar intensamente de la familia con garantía de privacidad. Para los jóvenes también resulta atractivo merced a las posibilidades de interactuar en las actividades organizadas para ellos que incluyen todo tipo de edades, partiendo de los más pequeños. Si los papás quieren gozar la noche, disponen de servicio nocturno de niñeras para el cuidado de sus hijos. Tentaciones para divertirse sin salir del complejo hay varias. Una gran experiencia culinaria, una variada oferta de hasta 14 restaurantes, salones para entretenimiento, discoteca y bares, como el Hoyo 19, frente al famoso campo de golf Diente de Perro junto al mar Caribe. Otro bar espectacular es La Terraza, se encuentra arriba del Centro de Tenis con 13 canchas, igual con un largo y continuo panorama del Caribe. Si quiere deliciosas bebidas caribeñas y cócteles en la playa privada Minitas puede acudir a Coco Bar, que sirve unas increíbles piñas coladas servidas en piñas frescas.
De especial belleza arquitectónica, inspirada en los pueblos tradicionales mediterráneos, construida con el buen gusto de sus selectos usuarios, la Marina Casa de Campo alberga al club de yates donde además de servir de estacionamiento de las espectaculares y millonarias embarcaciones, alberga unos salones majestuosos, un bar enorme, así como terrazas en los distintos niveles con unas vistas que de por sí merecen la pena. La Marina ocupa más de 90.000 metros cuadrados, además de apartamentos residenciales, en ella hay numerosas tiendas de firmas exclusivas así como restaurantes, pizzerías, heladerías y cafés. Epicentro de buena parte de la vida nocturna, aloja también todo tipo de eventos. Ni qué decir tiene que en Casa de Campo se organizan todo tipo de celebraciones, incluidas bodas, que aquí hallan la locación perfecta para convertir esas fechas tan señaladas en un dulce cuento de hadas con unas imágenes sumamente evocadoras.
Este rincón también es frecuentado por numerosas compañías de cruceros. No es extraño ver en las inmediaciones, en parajes como la paradisiaca Isla Catalina, a los enormes barcos anclados por unas horas ante la absorta mirada de los turistas. Pocos de ellos serán los que piensen en la historia de Colón, el prenauta y la ansiada isla dorada de Cipango, que abrieron a la civilización occidental el tesoro de los taínos para convertirlo cinco siglo después en otro tipo de tesoro, el sueño dorado de los ricos.
