Las cifras del informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) hablan por sí solas.
Estadísticas:
- Consumidores de drogas en el mundo: 255 millones de personas.
- Número de muertes relacionadas por sobredosis de drogas: 207.400 por año aprox.
- 29 millones de aquellas personas que consumen drogas sufren trastornos muy serios relacionados con ellas.
- 183 millones de consumidores de cannabis; 35 millones de consumidores de opioides; 37 millones de consumidores de anfetaminas y estimulantes de venta con receta; 22 millones de consumidores de éxtasis; 18 millones de consumidores de opiáceos y 17 millones de consumidores de cocaína.
Está demostrado que las políticas basadas exclusivamente en la represión constituyen un auténtico fracaso y tan solo alimentan a los sectores más reaccionarios de la sociedad. Ni la elevación de las penas, ni la coacción al consumo, ni tomar como excusa la inseguridad en un país van a hacer que disminuya el tráfico de estupefacientes, que es especialmente lucrativo y que posee un gran poder corruptor en los más diversos escenarios de la sociedad.
La política de la represión a ultranza solo sirve para sostener el statu quo de las superestructuras represivas. Y tratar de ganar por esta vía, aunque no se reconozca, ha fracasado notoriamente (Cómo vencer al narcotráfico, La vanguardia, Baltasar Garzón).
La sabiduría popular dice que ante grandes problemas grandes soluciones. Pero ante un gran problema social que es el narcotráfico, que es el combustible con el cual se alimentan las mafias, grupos terroristas como: los talibanes en Afganistán mayor producto de opio y heroína, la mayor parte de su dinero procede de los territorios que controla, sobre todo del contrabando de opio y heroína; Boko Haram en África, colabora con los narcotraficantes, puesto que facilita su paso por Nigeria.
En Colombia, mayor productor de cocaína en el mundo, disidencias de las Farc, el ELN y el Clan del Golfo son en esencia los principales narcotraficantes del país. Y en México el negocio lo lideran estructuras como el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa, entre otros. Estas organizaciones son las grandes generadoras de violencia y corrupción en cada país, por lo cual los Estados, en su afán de proteger a la sociedad, justifican toda clase de mecanismos y acciones de represión que hacen que esta bola de nieve crezca y se alimente así misma.
Por lo tanto llega la hora de ser valientes y pensar en otra alternativa para solucionar el problema. Einstein dijo un vez que estábamos locos si creemos que el problema lo vamos a solucionar haciendo lo mismo una y otra vez.
Si a los narcotraficantes les quitamos su materia prima, ¿qué puede pasar? Si el Estado se hace cargo de los cultivos de coca, amapola, marihuana y demás cultivos que pueden llegar a ser manipulados para producir sustancias psicoactivas, le quitaríamos el objeto de su negocio.
¿Pero cómo podría el Estado llegar a controlar los cultivos?
Lo haría a través de la empresa privada, las empresas farmacéuticas que estén interesadas en la compra, transformación, producción y comercialización de sustancias psicoactivas, todo bajo el ojo inquisitivo del Estado para evitar negocios fraudulentos.
Pero la empresa privada no compra pan para vender pan. Las sustancias psicoactivas se deben vender y es acá donde me lloverán rayos y centellas, pero debemos sacar al drogadicto del ostracismo y dejar de tratarlo como un delincuente. Un drogadicto básicamente es un enfermo, el cual se debe atender y tratar bajo los parámetros de los estamentos de salud. Con esta política podemos evitar muchas tragedias de personas muertas por sobredosis o, simplemente, por no saber que consumen, personas con problemas irreversibles, familias destruidas y sociedades que se acaban poco a poco por este flagelo como hemos visto recientemente en Estados Unidos con la crisis de los opioides, el alto consumo de metanfetaminas y el creciente consumo de cocaína.
Para la venta de las sustancias psicoactivos propongo que se construyan centros de salud donde el paciente pueda comprar la dosis mínima de droga que necesite para su uso diario, con el agregado que debe consumirla en el mismo lugar, supervisado por especialistas que lleven un control de cada persona dependiente de sustancias. Por ende, los pacientes pueden estar seguros de la calidad de las drogas que ingresan a su cuerpo y pueden acceder a un tratamiento que los apoye, El tratamiento para la drogadicción, por ejemplo, puede incluir terapia de la conducta (como terapia individual o de grupo, terapia cognitiva o manejo de contingencias), medicamentos o una combinación de ellos. El tipo específico de tratamiento o la combinación de tratamientos varía según las necesidades individuales del paciente y, con frecuencia, según el tipo o los tipos de drogas que use.
La gravedad de la adicción y los intentos anteriores para dejar de consumir drogas también pueden influir en el enfoque del tratamiento. Finalmente, los adictos suelen sufrir de otros problemas de salud (incluyendo otros trastornos mentales), ocupacionales, legales, familiares y sociales, los cuales deben tratarse de forma concurrente. Principios de tratamientos para la drogadicción: Una guía basada en las investigaciones.
Y falta el proceso más importante que es el factor prevención donde entran los factores protectores. Los factores protectores son características o atributos individuales, familiares o sociales, que reducen la posibilidad de uso, abuso o dependencia de las sustancias psicoactivas. Entre los factores individuales se encuentran: empatía, habilidades sociales, capacidad para afrontar problemas, entre otros; entre los factores familiares se encuentran el respeto, la confianza, las normas y reglas del hogar, entre otros; entre los factores sociales se encuentran la participación en actividades comunitarias, la normatividad respecto a las sustancias psicoactivas, el acceso a servicios de salud y educación, entre otros, el Estado debe propiciar que los factores protectores se rieguen por toda la sociedad y evitar que crezca un drogadicto más. Prevención del consumo de sustancias psicoactivas (SPA), ministerio de Salud.
Todos estos programas estarán financiados con los impuestos que se generen en la comercialización de las sustancias.
Se podrá decir que al tener a la empresa privada dentro de la ecuación hará que el negocio crezca, pero es todo lo contrario, las empresas privadas que entren al negocio deben saber que es un negocio que se debe acabar y no perdurar en el tiempo, pero pueden innovar como lo está haciendo la industria de la marihuana que bien lo está haciendo. Allá es a donde debemos llegar.
Esta implementación se debe procurar hacer en todo el mundo liderado por la ONU para que tenga éxito. Si se hace de forma aislada no se van obtener resultados óptimos. Las Naciones Unidas han mantenido en forma inveterada una política restrictiva de todo tipo de cambio en la posición represiva de las drogas ilícitas y ello creo que ha contribuido a consolidar el fenómeno y sus consecuencias nocivas.
Es momento del cambio del pensamiento y como dije anteriormente “ser valientes” para acabar definitivamente con el negocio del narcotráfico y consumo ilegal de sustancias psicoactivas que tantas desgracias ha causado y nos han llevado a ser una sociedad perseguida y sumida en el miedo ante el gran poder corruptor de las mafias y la violencia que ellas generan.
Sé que muchos dirán que estoy loco, que es imposible, que no se puede, pero yo creo que debemos intentarlo no importa si fracasamos, si se salva al menos una vida sería un resultado importante. Yo hago una pregunta a aquellos que dicen que no se puede, si la vida que se salvara fuera la de su hijo, ¿lo intentaría?