Hace unos días escuchaba a un conocido locutor de radio quejarse de manera repetida por el trancón de su ciudad. Decía que era inaceptable que le tomara más de una hora llegar de su casa al trabajo cuando la distancia era relativamente corta. Entre una queja y otra, el locutor culpaba de semejante desastre al dirigente de turno. Dirigente loco que además, en algún momento dijo que su prioridad no era hacer nuevas vías y que quería recuperar el centro de su ciudad promoviendo soluciones habitacionales en este sector. Como para arrancarse los pelos, ¿quién le dijo a ese alcalde que los centros de las ciudades eran para vivir, en qué mundo vive?. Pero bueno, esa es otra historia, aquí el problema principal del locutor era ese tráfico insorportable.
Y como si el mal tráfico no fuera suficiente carga para él, este querido locutor también se mostraba bastante molesto por una medida arbitraria que le impide usar su carro durante algunas horas, no sólo uno, sino dos días a la semana. Es tan grave la situación de nuestro amigo, que para hacer frente a esta medida, se ha visto obligado a comprar un segundo carro y por momentos no le es suficiente. De ahí su confusión, tanta que se vió obligado a usar sus micrófonos para dirigirle una pregunta a ese alcalde loco: ¿voy a tener que comprar un tercer carro para poder moverme libremente por mi ciudad a la hora y el día que quiera?
No tengo idea que respuesta pudo haberle dado el alcalde, pero espero que le haya dicho que no. Que no compre un tercer carro, que venda el segundo y que use menos el primero a ver si deja de quejarse de tanto trancón. Espero que le haya dicho que no puede quejarse por un problema al que él mismo contribuye.
Pero la situación no paró ahí, según mencionaba el locutor, hay otros locos por ahí que quieren promover la movilidad por su ciudad en bicicleta y que piden un fortalecimiento del transporte público. Ahora sí, como si no fuera poco con el alcalde, le dió a los hippies por promover esas ideas de país del tercer mundo. Palabras más, palabras menos, este influyente locutor se preguntaba: ¿cómo es que esos hippies esperen que la gente se mueva en bicicleta y monte en bus justo ahora que la situación en el país está mejorando y que la gente está teniendo mejores ingresos?. Justo ahora que las familias están recibiendo más dinero y tienen la oportunidad de cumplir su sueño de comprar su carrito le da a estos locos por tratar de promover la bicicleta. Eso de la bicicleta está bien como una cosa recreativa, pero hasta ahí. Andar por la ciudad pedaleando ese vehículo de dos ruedas es cosa de pobres, y ni hablar de la idea de montar en bus...ahí hace calor y se monta gente de esa que dice parce y demás palabras raras. El colmo que esos hippies no se hayan dado cuenta de que el futuro son esas ciudades con puentes enormes, autopistas amplias y de varios pisos, como Houston, o Detroit.
Mientras escuchaba eso, yo me retorcía en la silla en la que estaba sentado y en la que pretendía estar pensando en eso que llaman "la tesis". Me retorcía, en principio por la influencia que tiene este señor como generador de opinión, y me retorcía aún más cuando el mismo locutor mencionaba que su estación cubriría el Foro Habitat Medellín 2014. ¿Qué habrá pensado ese locutor al darse cuenta de que ese foro reunía un montón de hippies con esas ideas que estaba criticando?. Y peor, a algunos de esos hippies reunidos en ese foro hasta les dieron el premio Nobel en algún momento de la vida.
Al probre lo pusieron a cubrir un foro con gente diciendo que el mundo necesita un cambio de paradigma en términos de movilidad y que se necesitan políticas que promuevan que la movilidad se aleje del sesgo actual por el transporte basado en vahículos privados y se genere la infraestructura para que prime eso que llaman transporte multi-modal. Transporte multi-modal que incluye el fortalecimiento o creación de sistemas de transporte público de alta capacidad, secundado por sistemas alimentadores, como esos buses en los que monta gente de todo tipo, hasta de esos que dicen parce y palabras de ese tipo. Y como si fuera poco, esos hippies les lavaron tanto el cerebro a esos señores que alguna vez se ganaron el premio nobel, que hasta los pusieron a decir que las ciudades se deben repensar para promover el transporte no motorizado, con muchos cruces de calle, con el peatón como rey y con la bicicleta como medio de transporte efectivo.
Es más, a esos hippies reunidos en ese foro les dió por decir que el nuevo paradigma debe promover ciudades compactas, con uso mixto del suelo, con más gente viviendo en los centros de las ciudades, de tal manera que se minimize la necesidad de transportarse y se favorezca la interacción entre habitantes. Vuelvo y me pregunto, ¿qué habrá pensado el locutor al escuchar eso? Eso, fijo fijo, el alcalde de la ciudad del locutor compró esa gente y los puso a decir cosas sin sentido...hippies y premios Nobel vendidos!. No quieren que salgamos de nuestras ideas del tercer mundo! No quieren que nos desarrollemos y tengamos esas ciudades maravillosas que él vió en su último viaje a Disney. El colmo!
En fín, esperemos que al señor locutor no le haya dado algo en ese foro, pero sobretodo, esperemos que no haya comprado ese tercer carro por el bien de sus nietos y los nuestros. Ojalá que esos hippies le hayan lavado el cerebro un poquito y le hayan mostrado que necesitamos un cambio, porque si seguimos con ideas como las de él, va a ser cierto ese graffiti que dice: "estamos viviendo en este mundo como si tuvieramos otro para irnos".
P.D: Aquí algunas de las ideas de esos hippies lavacerebros (http://unhabitat.org/urban-themes-2/mobility/).