Esta es una pregunta difícil de responder hoy en día; sin embargo, en el pasado existía toda una organización que manejaba estos temas de política internacional y el rumbo gubernamental norteamericano era más previsible.
En ese entonces existía toda una organización llamada Consejo Nacional de Seguridad que asesoraba al presidente en estos temas. El CNS se componía de muchos scholars que habían pasado su vida estudiando los problemas del Medio Oriente, la Franja de Gaza o el caso cubano, solo para citar algunos.
Hoy en día, en tan solo 17 meses de gobierno republicanos, el presidente lanzó esa experiencia a la caneca de la basura y se ha dado el lujo de cambiar la estructura de este consejo que había funcionado durante 50 años. Ahora, en este lapso tan corto, han ejercido el cargo 4 asesores.
El primero Michael Flynn renunció intempestivamente y se rumoró insistentemente que el presidente le había pedido su renuncia.
Luego llegó el General H.R. McMaster, un militar con excelente experiencia en cargos internacionales y que parecía una buena alternativa para Mr. Trump, quien carecía de sólidos conocimientos en el tema de defensa. Desafortunadamente, como en los malos matrimonios, existía una aguda incompatibilidad de caracteres, lo cual los llevó a la ruptura total.
Entonces apareció en el escenario un hombre de mano dura en estos temas: John Bolton, un guerrerista muy crítico contra Corea del Norte Y Afganistán. Este señor fue a quienes los periodistas le lograron fotografiar el célebre papelito con la nota “de 5000 soldados a Colombia”. Durante este reinado de Bolton, el presidente acusó a sus asesores de estar mal informados respecto al apoyo interno de Maduro.
Esta podría ser la razón por la cual Trump involucró a Duque, para apoyar a Guaidó, y a la ayuda internacional. Obviamente este fue un error de cálculo y una pérdida de credibilidad para nuestro presidente, quien en su primera salida al ruedo internacional, frente a un toro que no conocía, solo alcanzó a dar dos capotazos y el animal regresó vivo a los corrales.
¿Entonces qué esperar de Mr. Trump?
¡Nada! Hay que tener en mente que el recrudecimiento del conflicto en el Golfo Pérsico copará los días restantes de su gobierno, porque se trata de un aprieto que pone en riesgo el 5% del crudo que se consume en el mundo.
Además, se acercan las elecciones y el Partido Demócrata aparece a la distancia con Bernie Sanders, un candidato abiertamente socialista; y otro Joe Biden, menos rosadito pero considerado muy blando en temas internacionales. Estos hechos le caen de perlas la presidente para mantener el conflicto venezolano vivo, pues durante su campaña será el caballito de batalla para demostrar la inutilidad del socialismo y dejar sin piso ideológico a los candidatos demócratas.