Hace poco Matador publicó una caricatura mostrando cómo la conducta de la periodista Vicky Dávila sufre transformaciones dependiendo de sus entrevistados: se comporta como leona cuando el entrevistado es contrario al uribismo y lo hace como gatita cuando está ante Uribe o sus socios políticos.
Como para darle la razón a Matador, Dávila entrevistó el viernes pasado a Juan Guaidó, el autoproclamado presidente de Venezuela, en relación con la aparición de una serie de fotografías que lo muestran en compañía y abrazando a miembros del grupo criminal conocido como Los Rastrojos, reducto paramilitar dedicado al narcotráfico, la extorsión y otras actividades criminales.
La periodista, lejos de asumir la actitud inquisidora que la caracteriza cuando entrevista a personajes de la oposición, suspiraba al referirse a Guaidó una y otra vez con el título de presidente de Venezuela, a quien, en lugar de interrogar, invitaba a usar sus micrófonos como tribuna propagandística. Por supuesto, ella no podía dejar pasar la oportunidad de insistir en tres ocasiones y abrir el espacio para que su entrevistado, quien no entendió la intención de la minina, atacara a Petro, como si lo censurable fuera la denuncia que hace Petro y no la alianza de Guaidó con Los Rastrojos.
La entrevista tuvo el siguiente tenor:
— Señor presidente Guaidó, ¿Los Rastrojos le ayudaron a cruzar la frontera?
— La frontera la crucé con la ayuda del pueblo venezolano.
— Señor presidente Guaidó, ¿por qué se tomó fotos con Los Rastrojos?
— Me tomé fotos con muchas personas sin saber quiénes son, soy una figura pública.
— Señor presidente Guaidó, ¿quién es el responsable de que se tomara esas fotos con Los Rastrojos?
— El responsable es el dictador Maduro.
Luego de las respuestas, Gatúbela se niega a asumir su conocido papel de periodista incisiva y asume el papel de propagandista del aliado de Los Rastrojos. En adelante la periodista, junto a su mesa de trabajo, se dedica a repetir la versión de Guaidó: resulta comprensible que una figura pública se tome fotos con mucha gente sin saber quiénes son; es claro que las fotos son un montaje de Maduro para desprestigiar al presidente Guaidó; es indudable que el pueblo venezolano apoya al presidente Guaidó; la dictadura de Maduro tiene los días contados.
¿Qué diría la Gatúbela del periodismo si apareciese una foto similar en la que Petro o Santos posaran junto a miembros de las disidencias de la guerrilla? Sin duda, en este episodio sale a flote la moral del establecimiento colombiano y sus áulicos en el periodismo de los grandes medios. Si se trata de sus opositores, hasta usar unos zapatos de marca es terrible. En cambio, tratándose de sus compadres de la extrema derecha y el establecimiento, todo se perdona, sean alianzas del clan Gnecco y otros miembros del uribismo con los paramilitares, o la alianza de Guaidó y el gobierno colombiano con Los Rastrojos para atacar al gobierno venezolano.
En el fondo hay una realidad incontestable: Guaidó cruzó la frontera colombo-venezolana en una operación en la que paramilitares de nueva generación del grupo Los Rastrojos lo sacaron de Venezuela y lo pusieron bajo la protección del estado colombiano para que participara en una nueva intentona orientada a desestabilizar y derrocar al gobierno venezolano. A pesar de ello el establecimiento y la prensa colombiana usan el episodio para ensalzar a Guaidó en lugar de condenar sus vínculos con organizaciones criminales. Sin duda Guaidó reúne los pergaminos necesarios para integrarse al uribismo y recibir membresía en el centro democrático.
Quedan en el aire algunas preguntas sin respuesta: ¿El Estado y la derecha colombiana se aliaron con Guaidó y Los Rastrojos para derrocar al gobierno venezolano? ¿Duque considera que Guaidó es honorable a pesar de su alianza con grupos paramilitares colombianos dedicados al narcotráfico y la extorsión? ¿Los colombianos seguiremos prestando un avión de la fuerza aérea para que el aliado de Los Rastrojos recorra el mundo conspirando contra el gobierno venezolano?