No hay mejor manera de explicar un despliegue militar que evocar el fantasma de una intervención. Las fuerzas armadas venezolanas iniciaron maniobras militares en la frontera común, tal como prometió el presidente Nicolás Maduro. Desde el Ejecutivo se justificaron estas acciones argumentando que así se prepararían para interceptar una invasión extranjera, aunque los países vecinos no han amenazado con hacerlo.
En esta línea el Comandante Operativo Estratégico de las fuerzas armadas, el venezolano Remigio Ceballos, dijo que 150,000 soldados estaban llevando a cabo actividades "relacionadas con la seguridad, la exploración y la interceptación de cualquier invasión del territorio venezolano”. Dirigiéndose a un grupo de periodistas desde el aeropuerto de la ciudad de La Fría en el estado fronterizo de Táchira el alto mando, explicó de manera escueta, que se trata de "una operación para garantizar la defensa".
Llegó el momento de defender la soberanía y la paz nacional, desplegando toda nuestra capacidad de defensa para desmontar las pretensiones de guerra que se nos quieren imponer. ¡Que nuestra Victoria sea la Paz! pic.twitter.com/hfgYEk5Vgp
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 10 de septiembre de 2019
El gobierno venezolano puso en marcha esta serie de operaciones marciales que irán hasta el próximo 28 de septiembre, después de que Maduro activó el Consejo de Defensa ante la que considera una “amenaza guerrerista” del Gobierno de Iván Duque. Sin embargo, del otro lado de la frontera, la vicepresidenta colombiana, Marta Lucia Ramírez, aseguró que “aquí lo que se quiere es hacer una provocación a Colombia, no se puede caer en provocaciones, no hemos sido nunca un país belicista", aseguró Ramírez para zanjar un asunto que la Casa de Nariño ha querido reducir a sus mínimas proporciones.
El caballito de batalla de Maduro ha sido repetidamente la advertencia de una invasión fraguada desde territorio colombiano, en connivencia con el gobierno de Estados Unidos, pero todavía no se han presentado evidencias concretas de que tal amenaza en realidad exista. En este marco, Juan Guaidó inició el trámite hace un par de días en la Organización de Estados Americanos, (OEA), para activar un instrumento llamado TIAR, un tratado interamericano de asistencia mutua que, aunque abre la puerta a una intervención, será debatida hasta mañana 11 de septiembre.
Nosotros no caeremos en provocaciones de ningún dictador. No hay que atender a esta amenaza de la dictadura en Venezuela, pues sería una insensatez pensar que pudiera ser real; sin embargo, no bajaremos la guardia. Nuestro país no es, no ha sido, ni será jamás un país agresor. pic.twitter.com/HRsNfF6Ebf
— Marta Lucía Ramírez (@mluciaramirez) 10 de septiembre de 2019
Pero el gobierno colombiano, principal aliado de Estados Unidos en la región, no se ha decantado por esa opción, sino por denunciar los presuntos nexos de Maduro con la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional, (ELN) y las disidencias de las Farc, a las que hace dos semanas se unieron los exnegociadores del Acuerdo de Paz, ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’. Maduro también ha respondido a estas tensiones trasladándolas a una calurosa frontera de 2.219 kilómetros con al menos seis pasos fronterizos formales abiertos y una crisis migratoria sin prescindentes allí.
La porosa frontera colombo-venezolana: una convulsa zona que recibe las maniobras en calma
La frontera entre ambos países se ha vuelto una zona agitada en la que migrantes venezolanos, grupos al margen de la ley y mercancías de lado y lado comparten un peligroso tránsito. Pero ante el inicio de las maniobras militares venezolanas, se mantuvo la tranquilidad en los principales puentes fronterizos que conectan Colombia con las ciudades venezolanas de Ureña y San Antonio, ambas en el estado Táchira, que no vieron alterada su cotidianidad, según constató la agencia ‘EFE’.
Pero el tránsito se encuentra limitado exclusivamente al paso de peatones y durante un estricto periodo de 14 horas, dos medidas en vigor desde hace años y tomadas por orden de Maduro. El comercio en este primer día tampoco se ha visto afectado por la estrategia del mandatario venezolano de "mostrar los dientes para disuadir o intimidar cualquier acción del país vecino", según explicó a ‘EFE’, el politólogo Juan Carlos Ruiz, profesor de la Universidad del Rosario y exasesor del Ministerio de Defensa.
En medio de las tensiones entre ambos gobiernos y los fuertes intercambios verbales y la redundante retorica militar en Caracas, miles de venezolanos volvieron a agolparse en la ciudad colombiana de Cúcuta para comprar artículos de la canasta básica, o continuar con sus actividades de venta informal o para reclamar las remesas que envían sus familiares desde el extranjero.
Por: Andrea Rincón - France 24
