La consigna con la cual la joven Greta Thunberg se instalaba cada viernes frente al Riksdag en Estocolmo (Suecia) era sencilla, llamar la atención del poder político para que tomara acciones concretas para enfrentar el grave asunto del Calentamiento Global. Un asunto que a ella le parecía entonces y aún, urgente y sobre el cual percibía falta de voluntad, cuando no de responsabilidad por parte de las autoridades elegidas para gobernar el país y el planeta.
De tal manera, que cada viernes, se dirigía hacia el parlamento sueco, repartía volantes y protestaba contra la falta de compromiso con el Calentamiento Global por parte de su país. De acuerdo con su criterio, no valía la pena continuar con sus responsabilidades académicas los viernes, si, de continuar el fenómeno al ritmo actual, pronto no habría futuro para el cual prepararse.
Con su gesto, pequeño, quizá, si pensamos en todo lo que sucede en el planeta a diario, comenzaba a gestarse un movimiento de acción climática promovido y articulado por quienes van a heredar y sufrir la inacción de los gobiernos actuales, los jóvenes. Gracias a las redes sociales y a su actitud seria y decidida, muy pronto otras niñas y otros niños comenzaron a unirse a Greta y su semilla pronto comenzó a germinar en otras latitudes, donde la antorcha ha continuado llamando la atención. Seis meses después, más de medio millón de sus contemporáneos atendieron su llamada a la acción, protagonizando protestas cada viernes en diversas ciudades del mundo.
Esta joven mujer, supo del Cambio Climático cuando tenía ocho años y en ese momento se preguntó por qué nadie estaba haciendo algo al respecto. Luego, a los once años, optó por hacer una huelga de silencio. Ese acto de mutismo selectivo, fue para ella una señal inequívoca, una lección que la llevo a concluir que tenía la necesidad imperante e inaplazable de alzar su voz.
Y esa voz, fue la misma que tuvo la serena y necesaria audacia de dirigirse a la élite económica y política mundial en el Foro Económico Mundial de este año para demandar acciones concretas y responsables. En aquella cita, que reúne a los responsables de una buena porción del problema, Greta no tuvo inconveniente alguno en señalar “algunas personas, algunas compañías, algunos gobernantes en particular saben exactamente los valores invaluables que se han sacrificado para continuar produciendo cantidades inimaginables de dinero, y creo que muchos de ustedes aquí, pertenecen a ese grupo”.
Según Greta, uno de los mayores logros del movimiento del cual es fundadora, es haber logrado que la Opep la designara como uno de los “grandes riesgos” de la industria de los fósiles, cuya cuota de responsabilidad en la actual crisis ambiental es bastante alta.
Conglomerados que controlan gobiernos y tienen una aceitada maquinaria
de prensa y lobby cuya función es la de asegurarse de mantener
a la mayoría mal informada o ignorante sobre el Calentamiento Global
Por otra parte, la notoriedad e influencia de Greta Thunberg -cuyo número de seguidores en Twitter bordea el millón y medio- y cuyos discursos generan desconcierto, indignación y estupor en quienes hacen de la contaminación y el detrimento del medio ambiente su fuente de sustento económico y político, ha hecho que, contra ella y su causa, que debe ser la causa de todos los habitantes de este planeta, se hayan gestado ataques cobardes y canallas, cuya finalidad es desprestigiar su voz, su causa y con ello consolidar un discurso que niega los efectos del Cambio Climático, el cual ya se sabe, es producto de décadas de malas prácticas ambientales por parte de grandes conglomerados de industrias de diversa índole. Conglomerados, que controlan gobiernos, y que tienen una aceitada maquinaria de prensa y lobby cuya función es la de asegurarse de mantener a la mayoría de personas mal informadas o ignorantes sobre el Calentamiento Global para poder proseguir con sus prácticas sin interferencia, con irresponsabilidad e impunidad, sin importar las consecuencias, ya a corto plazo, para la supervivencia de la población mundial. Por ello, personas como Greta Thunberg representan para estos personajes un riesgo, porque una joven como ella es imparable e incorruptible y eso los aterra.
Personas como Greta Thunberg son la esperanza del planeta, su fortaleza, su espíritu crítico, su causa, nos debe inspirar a todas y todos, sin distingo de raza, edad, ideología y demás si no actuamos ya, será muy tarde.