La situación de inseguridad en el municipio de Paz de Ariporo, departamento de Casanare, está tensa desde hace algunos meses. Ha regresado el miedo a la población y algo de ello se debe a denuncias hechas por los mismos pazariporeños por actos delincuenciales que se vienen cometiendo (algo que antes no sucedía con tanta frecuencia). Los pobladores están asustados y ahora, para empeorar las cosas, ha sido secuestrado un reconocido ganadero.
Pues bien, el 28 de agosto del presente año, mientras estaba sentada junto a parte de mi familia en el supermercado Arcoíris de Paz de Ariporo, conocí a Iván Ronaldo Vargas Sarabia (apodado Garlancha), quien llegó en su camioneta Toyota Hilux gris, de placa DSP-171 (mismo vehículo en el que fue secuestrado). Con el ganadero hablamos un buen rato de política y en específico de dos de los candidatos que se habían postulado para la alcaldía del municipio. Garlancha afirmó que estaba indeciso, pero que uno de ellos (familiar nuestro) tenía la mejor hoja de vida.
Mi familia estaba dividida entre los dos candidatos, pero en mi apatía por la política solo escuchaba y me informaba. En medio de la conversación, el reconocido ganadero Garlancha me preguntó: "¿Pero usted qué opina, Diana?". A lo cual le respondí: "Como decía mi padre (q.e.p.d.), soy como los búhos, no digo nada, pero pongo mucho cuidado". Garlancha me dijo que fuera a la finca La Carolina (en la cual fue secuestrado), ubicada a pocos minutos del municipio, con el fin de contarme algunas historias interesantes. Así quedamos, aunque me devolví a Bogotá a los pocos días y la conversación quedó pendiente para una próxima visita.
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Según una fuente, más adelante de Puerto Rondón (Arauca) se encontró la camioneta del ganadero en un sitio desolado, lo que significa que es probable que el secuestrado Vargas se encuentre en Venezuela. De igual modo, la fuente afirma que los secuestradores son de la Farc-ELN; es decir, la unión entre las disidencias de la Farc y el ELN con el propósito de continuar con la guerra. Sea como sea, ahora que de manera lamentable el ganadero fue secuestrado, resulta aterrador que estos hechos se estén presentando en el municipio y en el país.
Y, para colmo de males, ahora por todo Paz de Ariporo está circulando un panfleto donde se amenaza a los pobladores de no salir después de las 9:00 p.m. por una limpieza social que se está ejecutando debido a las denuncias hechas por parte de los pazariporeños.
Adicional a todo, la preocupación no solo se observa en los habitantes sino en los militares y la policía que están en alerta constante. Cabe recordar que hace casi 17 años, el 25 de noviembre de 2002, ocurrió un fatídico hecho en el que fueron asesinados 14 militares en la base militar de Paz de Ariporo.
Por todo lo anterior, es inadmisible volver al país del miedo: a la época de secuestros, amenazas y asesinatos. Se debe seguir luchando en contra de la delincuencia, pero de forma legal. También exhortar a los disidentes a no seguir combatiendo y, para bien de todos, tratar de llegar a un acuerdo con el ELN. Además, se debe propender por el cumplimiento de cada uno de los puntos del acuerdo final de paz, para generar tranquilidad y seguridad en los ciudadanos. Según el artículo 22 de la Constitución Política de Colombia la paz es un derecho y un deber, sin embargo este estaría siendo contrariado de forma tajante con la guerra en la que tantos insisten y mucho más ahora con estos nuevos aliados. Estas son situaciones que, en definitiva, afectan a la seguridad y la defensa del país.