Tres masacres infames: Guernica (I)

Tres masacres infames: Guernica (I)

Tal como lo denunció Pablo Picasso en su famoso cuadro, este terrible bombardeo fue una muestra clara de los horrores de la guerra y del belicismo. Una mirada

Por: Orlando Solano Bárcenas
septiembre 09, 2019
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Tres masacres infames: Guernica (I)

La Segunda Guerra Mundial no se inició el 1º de septiembre de 1939, como se suele creer. Tampoco con la invasión nazi a Polonia. Empezó, con la Guerra Civil Española. En el límite, se inició con la firma del Tratado de Versalles; mejor, fue su continuación. Entre la Primera y la Segunda Gran Guerra lo que hubo fue una espesa calma chicha. Para efectos de este artículo podríamos partir de los dramas español y francés y, por qué no, con la prolongación de esa guerra en territorio colombiano bajo los remanentes de una Guerra Fría que no nos abandona desde hace 71 años. Hay tres eventos que considero representativos de estas dos guerras: el bombardeo de Guernica por los nazis; la masacre de Oradour-sur-Glane, también por las tropas de asalto de Hitler contra esta población francesa; y la masacre de Bojayá, en Colombia, por unos no menos bárbaros.

La Guerra Civil Española

Se inició el 17 de julio de 1936 y terminó el 1º de abril de 1939, lo que suma dos años, ocho meses y quince días de muerte, desolación y miseria nunca conocidos hasta ese momento por la humanidad. En el año de 1936 comenzó el enfrentamiento entre republicanos y los sublevados del franquismo o “bando nacional”. Tuvo como origen el fracaso parcial del golpe de estado del 16 y17 de julio de 1936 propinado por Francisco Franco con la ayuda del gobierno fascista italiano, el nazi de Adolfo Hitler y la dictadura portuguesa; a la Segunda República le llegó ayuda de la Unión Soviética, Estados Unidos y México. Las bajas se calculan en más de 500.000 decesos. Fue una guerra de enorme e intricada complejidad. La dictadura franquista duraría hasta la muerte del “Caudillo”, acaecida el 20 de noviembre de 1975. Los excesos de parte y parte fueron terribles, expresados en graves crímenes, violación de los derecho humanos, liberación de presos, paseos de la muerte, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y masacres de todo tipo, incluyendo las aéreas. Algunas de estas masacres fueron genocidas por tener como finalidad el exterminio del opositor político (Ver: Masacres, ruptura entre lo normal y lo patológico).

El apoyo al levantamiento militar del general Francisco Franco vino por Italia y Alemania con tropas y armamento, acción que desafió abiertamente el Acuerdo de no-intervención en el conflicto civil (Guerra Civil Española) de las naciones extranjeras. Sin embargo, Hitler ya había firmado el Pacto de Acero con Mussolini. El apoyo a las fuerzas franquistas fue un intento de establecer un Estado fascista que controlase el acceso al Mediterráneo con vistas a una futura guerra europea. Más tarde, el 23 de octubre de 1940, Franco y Hitler se reunirían en la estación de tren de Hendaya cuando ya estaban ocupados por el nazismo en poco más de un año Polonia, Checoslovaquia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Luxemburgo, Noruega y una Francia obligada a firmar un armisticio el 22 de junio de1940, mediante el cual entregó la mitad del país al gobierno títere de Petain. En esa reunión, el primero en tomar la palabra fue Franco para hacer un largo elogio de Alemania, especialmente en lo referente a la ayuda prestada durante la Guerra Civil. Por su lado, Hitler le recordó que Alemania había estado en todo momento de lado del caudillo durante la Guerra Civil. Ahora, en contraprestación, le exigía que España entrase al Eje contra Inglaterra. En junio de 1941 se había creado la División Azul, para combatir a los comunistas de la Unión Soviética. Franco jugaba a varias bandas de manera oportunista lo que se podía  resumir en esta frase: “Hay tres guerras simultáneas; la del Eje contra la URSS, en la que estoy de parte del Eje, la del Eje contra los Aliados, en la que soy neutral, y la de Estados Unidos contra Japón, en la que estoy a favor de Estados Unidos”. La realidad era que había españoles luchando en casi todos los ejércitos de la época, en los de derecha, al lado de Alemania; en los de izquierda, al lado de la URRSS; también en el Ejército francés y la Resistencia, como en el Ejército británico. Se deduce que Franco sí estuvo sometido a los dictados de los jerarcas nazis, incluyendo la destrucción de Guernica.

La influencia extranjera fue definitiva para aumentar la crueldad y duración de esta guerra civil en la que se dio la intervención tripartita de las potencias europeas. Por el lado de las “democráticas” Gran Bretaña y Francia, ambas “neutrales” al comienzo; más tarde llegarían las Brigadas Internacionales (con Ernest Hemingway y André Malraux a la cabeza). Por las “fascistas”, intervinieron Alemania, Italia y Portugal. Por las “comunistas” la URRSS de Stalin. Naturalmente cada una con sus propios intereses y con las respectivas embajadas recibiendo en asilo indistintamente a los perseguidos por cada régimen.

Uno de los tantos métodos utilizados en la historia moderna para exterminar al enemigo ha sido el de los bombardeos aéreos sobre poblaciones civiles indefensas, sobre todo a los de la retaguardia. En España algunos de ellos se dieron en 1937 tanto por italianos como por los alemanes. En este terreno, los dos bandos enfrentados recibieron moderna ayuda aérea de potencias extranjeras. Los franquistas emplearon el método del “bombardeo de terror” para desmoralizar a la población civil y forzarla a la rendición, para ello desataron bombardeos sobre Durango, Guernica, Lérida, Barcelona, Alicante, Granollers, Figueras y otras poblaciones catalanas siempre con enormes bajas de niños, mujeres y ancianos. Los republicanos al parecer solo en 1938 cometieron un bombardeo real —más por error—, sobre la población de Cabra con un saldo de unos 1.100 muertos en total. Los bombardeos más feroces  cayeron sobre las tres capitales republicanas Barcelona, Madrid y Valencia; también los hubo sobre Tarragona, Reus, Badalona, Gerona, San Feliu de Guíxols, PalamósColera, Portbou y Perelló en Cataluña; Sagunto, Gandía, Denia y Cartagena; todos ellos con un saldo de más de 9.000 muertos y desaparecidos. Los aviones italianos y alemanes “estrenaron” sus nuevas técnicas mortíferas como un anticipo de las mortandades de más adelante, pero ya en la escala mundial.

El bombardeo sobre Guernica fue terrible y ha pasado a ser el símbolo del horror y de las atrocidades de los franquistas por haber sido una masacre de nuevo cuño, aérea. Produjo gran cantidad de muertos con cifras que fluctúan entre los 200 y los 1645 y unos 800 heridos.

La violencia política entre los bandos republicano y nacional

Las violencias de derecha e izquierda fueron totales y abundantes en atentados con bombas, disparos a multitudes, linchamientos, enfrentamientos de todo tipo, reyertas callejeras (más de 190), tiroteos, asesinatos selectivos, secuestros seguidos de asesinato; asalto e incendio a edificios religiosos. Paralelamente surgieron grupos juveniles de paramilitares y milicias de derecha e izquierda y golpes de fuerza militar. La confrontación se extendió a clericales y anticlericales, toques o no de campanas, procesiones o no, entierros religiosos o laicos. Las acusaciones mutuas eran cada vez más incitantes a la violencia político-religiosa, llevando la izquierda la peor parte dado que sobre 262 muerte tuvo 148 por su lado, por el de la derecha hubo solo 50. Las fuerzas del orden conocieron 19 muertes y 45 que no pudieron ser identificadas. En términos generales la desestabilización política desatada por la derecha la condujo al alzamiento y luego a la sublevación militar de julio de 1936. Se puede afirmar que todas las etiquetas del espectro político se enfrentaban cada vez con mayor encono, parecía una continuación del espíritu de “pronunciamientos” del siglo XIX, que tanto eco tuvieron en el mismo siglo en la América hispana. En el trasfondo se hallaba una lucha de clases y otra por la tierra, ambas acompasadas por el ruido de los sables, el mismo ruido que fue o es tan común en nuestro subcontinente americano.

La represión de civiles en las retaguardias

A inicios de la confrontación armada partidarios de uno u otro bando quedaron en la retaguardia y contra ellos se desató represión y masacres de todo tipo y formas. Se calcula que unas cincuenta mil personas quedaron atrapadas en las zonas del bando contrario y contra ellas se iniciaron los “paseos de la muerte”, los ajusticiamientos (por ejemplo, el Federico García Lorca), las ejecuciones extrajudiciales, la liberación de presos para asesinarlos o reclutarlos, la masacre de Badajoz realizada por los franquistas, y las matanzas de Paracuellos y Jarama por los republicanos. Siempre con el propósito de cobrar venganza circular de respuesta, cual fatal noria. En Cataluña se dieron episodios sangrientos de parte y parte, narrados por George Orwell.

Investigación de los crímenes

Al finalizar la guerra, vino el balance de reproches y acusaciones mutuas. Los franquistas acusaron a los republicanos de haber cometido crímenes de guerra, persecución religiosa contra los católicos y sus curas, el encarcelamiento en las “checas” o cárceles semiclandestinas de tortura y asesinatos tal vez como las casas de “pique” de Tumaco; también fueron acusados de cometer asesinatos masivos como en las matanzas de la Cárcel Modelo de Madrid y de Paracuellos. Como la historia la escriben los vencedores, los franquistas exageraron la nota en contra de los republicanos bajo la poca garantista Causa General. Por el lado del bando de los nacionalistas del franquismo no hubo investigaciones ni enjuiciamientos (el vencedor hace y aplica con rigorismo su derecho); posteriormente han sido acusados de genocidio, crímenes contra la humanidad, exterminio y persecución sistemática de los opositores políticos, violación de mujeres republicanas, acusación de torturas psicológicas, robo sistemático de niños para que no se contaminasen a futuro con errores ideológicos y hasta el día de hoy con ocultamiento de su verdadera identidad. Todos estos crímenes, por ser considerados delitos de lesa humanidad y genocidio al constituir una “sistemática y masiva eliminación de adversarios políticos”, no están sujetos a prescripción; tal es el caso de los cometidos por motivos políticos o ideológicos contra españoles recluidos en los campos de concentración nazis. Lo mismo se predica de la Fosa común hallada en Estépar, provincia de Burgos, excavada en 2014, con 26 víctimas del bando republicano.

En el Tribunal de Estrasburgo de Derechos Humanos se han ventilado varios procesos por causas de detención ilegal  seguidas de  desaparición forzada de personas en el contexto de “crímenes contra la humanidad», por los hechos que  acontecieron posteriormente al 18 de julio de 1936 cuales  alzamiento o insurrección armada perfectamente planeada y dirigida a acabar con la forma de Gobierno de España, con detención e incluso eliminación física de personas que ostentaban responsabilidades en los altos cargos de la nación, seguidas de la detención, tortura, desaparición forzada y eliminación física de miles de personas por motivos políticos e ideológicos, propiciando, asimismo, el desplazamiento y exilio de miles de personas, dentro y fuera del territorio nacional, situación que continuó, en mayor o menor medida, durante los años siguientes, una vez concluyó la Guerra Civil. Se trata de crímenes contra la humanidad por ser conductas que agredieron en forma brutal a personas perteneciente al género humano en sus derechos más elementales como la vida, la integridad, la dignidad, la libertad, derechos que constituyen los pilares sobre los que se constituye una sociedad civilizada y el propio Estado de Derecho (Auto del 16 de octubre de 2008 del Juzgado Central de Instrucción n.º 5 de la Audiencia Nacional). Es de anotar que el artículo 607 del Código Penal español exige para que concurra el delito de genocidio que el autor tenga el «propósito de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial, religioso o determinado por la discapacidad de sus integrantes»; el aspecto exterminio del grupo político de estirpe e ideología republicana, fue real.

Víctimas de la Guerra Civil

El número de víctimas ha sido calculado entre 500.000 y un millón. Muchas de ellas caídas en combate y otras en ejecuciones sumarias y paseos de la muerte, ambas en forma sistemática y por orden superior en el bando franquista esencialmente sobre sindicalistas y políticos. También las hubo en el lado republicano, pero en forma más fuera de control por los dirigentes, esencialmente sobre elementos calificados de “reaccionarios” y gente de la Iglesia católica. Para los dos grupos cualquiera que fuera sospechoso corría el riesgo de ser eliminado por el otro bando. De esta manera los 500.000 muertos lo fueron por combate, bombardeos, ejecuciones y asesinatos, malnutrición, hambre y enfermedades. En todo caso, el mapa de fosas o de lugares de enterramientos de la guerra civil española, de los que se dispone información, son numerosas y repartidas por casi todo el territorio español

Hechos de guerra previos al bombardeo de Guernica

Las tropas franquistas iniciaron dos grandes ofensivas contra Vizcaya con gran superioridad naval y aérea sobre la flota y la aviación republicanas, esta última contaba con pocos cazas soviéticos. Pese a todo, al comienzo encontraron gran resistencia. El 20 de abril los franquistas pudieron alcanzar la línea Guernica-Durango. Llegado el día 26 de abril de 1937 —tras haber bombardeado Jaén y Durango en la llamada Campaña de Vizcaya contra Durango, Saibigain, Guernica, Intxortas, Sollube, Cinturón de Hierro, Bilbao—, los días anteriores se produjo el bombardeo de Guernica por aviones alemanes de la Legión Cóndor y aviones italianos del Corpo Truppe Volontarie (CTV) causando muchas víctimas civiles y una enorme destrucción dado que además de las bombas convencionales fueron utilizadas bombas incendiarias. Tres días después las fuerzas «nacionales» ocupaban la ciudad y el día 30 de abril llegaban a Bermeo.

Llueven bombas sobre Guernica

El bombardeo de la indefensa Guernica el símbolo de los fueros vascos durante la Operación Rügen, comandada por  el general Hugo Sperrle y un sobrino del Barón Rojo, llamado Wolfran von Richthofen,  fue un ataque aéreo realizado sobre población civil el 26 de abril de 1937, en el cual participaron la alemana Legión Cóndor y la Aviación Legionaria italiana, en favor del franquismo. Las víctimas han sido cifradas entre 120 y 300 muertos, 126 según un estudio más reciente y mejor controlado y otro de las autoridades vascas que dan 1645 muertos y 889 heridos. Antes del ataque se calculaba una población de unos 5000 habitantes, más un número de soldados que estaban a punto de retirarse para preparar la defensa de Bilbao; también algunos refugiados que huían del avance de las tropas franquistas. Al momento del ataque aéreo la pequeña población  carecía de defensa antiaérea, sí tenía tres fábricas de armas, una de ellas de bombas de aviación.

Las bombas fueron lanzadas por un grupo de bombardeo formado por cuatro escuadrillas de modernos aviones de guerra alemanes. Los bombarderos fueron escoltados por cazas de la escuadrilla que estaba bajo el mando del teniente Günter Lützow. También participaron aviones de caza italianos. El bombardeo tenía como blancos principales la carretera y el puente al este de Guernica, para obstaculizar la retirada del ejército republicano. Las bombas no destruyeron el puente, pero sí lo hicieron con varias viviendas y la iglesia de San Juan.  Al caer de la noche, se produjo el bombardeo más intenso de parte de los alemanes tanto con bombas explosivas como incendiarias, causando una gran destrucción. Hacia las siete de la noche hubo ametrallamientos tanto en el interior de la población como en los alrededores. Se continuaba así con los “ensayos” de la guerra aérea de la próxima guerra mundial consistentes en aterrorizar a la población civil, luego en destruirla por medio de oleadas de bombarderos con explosivos seguidos de bombas incendiarias y, por último, aviones ligeros de ametrallamiento. El ataque sobre el casco urbano fue devastador con bombas de 250 kg, 50 kg y proyectiles incendiarios de aluminio de 1 kg. Los cazas disparaban simultáneamente en vuelo rasante contra las personas que corrían de un lado para otro o para refugiarse en improvisados refugios antiaéreos. Pronto el humo fue tan abundante que no permitía ver ni siquiera a los pilotos, que soltaban las bombas a ciegas. No había un parque de bomberos. Un ingenioso sistema de alarmas impidió que la masacre fuera mayor. Se ha calculado en 31 toneladas las bombas arrojadas contra unos civiles indefensos.

Acciones aéreas precedentes a las de Guernica

El de Guernica fue un bombardeo precedido de otros realizados en1936 sobre Madrid y la población civil, efectuado por aviones alemanes; igualmente otros sobre refugiados civiles en Málaga y Almería en 1937; sobre los civiles de Barcelona y Alicante en 1938. Así mismo, los republicanos bombardearon poblaciones de Oviedo, Zaragoza y Córdoba en 1936 pero no sobre blancos civiles; sí lo hicieron sobre estos en 1938 en Valladolid y Cabra.

Guernica nunca fue objetivo militar como dijeron después los franquistas. El propósito fue de acabar la villa símbolo de las fueros vascos. Fue una masacre premeditada, con fines genocidas de destruir los símbolos de una cultura específica. Periodistas ingleses que llegaron poco después de los bombardeos así lo escribieron para sus diarios. La difusión mundial del acto bárbaro pasó a ser el símbolo de la lucha antifascista y del antibelicismo. El cuadro de Pablo Picasso para la Exposición Internacional de París de 1937 así lo plasmó y así fue como lo interpretaron los demócratas del mundo. En 1997 el gobierno alemán pidió públicamente perdón a los sobrevivientes del bombardeo. Los edificios destruidos por el incendio fueron del 80% y de 20% los gravemente dañados.  Von Richtofen quedó satisfecho con la “eficacia” de sus bombas explosivas y mucho más con las incendiarias; fue, concluyó, “un completo éxito técnico”. Sin embargo, los lugares históricos vascos, la Casa de Juntas de Guernica (histórico lugar de reunión de las asambleas que regían Vizcaya y sede de su archivo histórico) y el anexo árbol de Guernica, símbolo ancestral de los fueros del pueblo vasco, no fueron afectados por el bombardeo. Sí fueron quemados los archivos de la ciudad y los de la iglesia de San Juan —de manera deliberada— para impedir los cálculos de muertos y desaparecidos. El puente, que se afirmó luego era el objetivo militar, quedó intacto, lo que demuestra la falacia de nazis y nacionalistas.

Fines del bombardeo sobre Guernica

La alianza nazi-franquista, con los bombardeos desatados con bombas explosivas e incendiarias, quería destruir la ciudad-símbolo del pueblo vasco y no un puente muy pequeño. Ametrallar la población civil era el propósito para “escarmentar” sobre los inermes habitantes. El puente no fue ni siquiera mínimamente tocado. Cada vez más los historiadores se aproximan a creer que el bombardeo por la Legión Cóndor se hizo a iniciativa de tropas franquistas de primera línea y al orgullo nazi de realizar operaciones “rápidas y contundentes” como las que harían más tarde sobre Varsovia, Londres y tantas otras ciudades y pueblos de Europa. Franco, para congraciarse con los alemanes, no condenó en manera alguna lo criminal de guerra de la masacre; también procuró el “caudillo”, aumentar el “prestigio” internacional del acto y el efecto de temor que debía causarles a los británicos. Y, así fue, en Guernica se ensayaron “experimentalmente” los bombardeos masivos de la Segunda Guerra Mundial. En los juicios de Núremberg el entonces mariscal de la Luftwaffe, Hermann Göring, declaró: «La guerra civil española dio una oportunidad de poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres adquirieran experiencia». Como se había dado recientemente el linchamiento de un piloto alemán por la población civil, derribado en Bilbao en 1937, algunos historiadores dijeron que se trató de una venganza de los alemanes. Lo cierto es que la moral civil se atemorizó por lo bárbaro y mortífero de los resultados.

Otras consideraciones para “justificar” el bombardeo de Guernica

Los franquistas trataron de negar su responsabilidad en los bombardeos no solo de Guernica sino también de otras poblaciones vascas. En el de Guernica hay que tener en cuenta que los nacionalistas querían golpear a Euzkadi en sus símbolos de libertad foral. Peor, llegaron a acusar a los vascos de haber causado ellos mismos el bombardeo. Y, colmo del cinismo, de negar que hubiese aviones alemanes o tropas extranjeras en España puesto que, agregaron, esos aviones era españoles; en cambio, señalaban que los del bando republicano eran aviones rusos, franceses e ingleses piloteados por pilotos de esas nacionalidades. Hasta la caída de la dictadura franquista mantuvieron esa falsedad; pero, poco a poco salió a relucir la verdad: la destrucción de Guernica fue realizada por las tropas que apoyaban a Franco.

Importancia simbólica del bombardeo de Guernica

Se ha convertido en un símbolo de los horrores de la guerra y del belicismo, tal como lo denunció Pablo Picasso en su famoso cuadro “Guernica”, expuesto en el pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937 a pedido del Gobierno republicano. Escritores de otros países escribieron poemas, relatos y estudios sobre el bombardeo entre ellos uno muy apreciado de Gabriela Mistral. Para todos fue un alivio que el Árbol de los fueros no hubiese sufrido daño. La película Gernika bajo las bombas, dirigida por Luis Marías en 2012, expuso los horrores del bombardeo. Los demócratas del mundo han visto en la masacre de Guernica un acto abominable y cobarde no de guerra sino de masacre de civiles indefensos.

El cuadro “Guernica”, retrato de la barbarie belicista

Se trata de un óleo sobre lienzo de estilo “cubista”, de 776,6 cm de tamaño. En forma de tríptico. Pintado solo en blanco y negro y varios matices de grises. Es esencialmente simbólico, no narrativo. Está localizado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. Fue pintado entre los meses de mayo y junio de 1937 para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París, con el fin de atraer la atención del público hacia la causa republicana en plena guerra civil española. El cuadro estuvo custodiado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, para que regresase a España cuando volviesen la democracia y las libertades públicas en España. En 1981 retornó a Madrid en exposición permanente y es considerado una de las grandes obras del siglo XX, por ser símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra le trae a la humanidad. Es por esto por lo que Picasso dijo esta frase: “Mi trabajo es un grito de denuncia de la guerra y de los ataques de los enemigos de la República establecida legalmente tras las elecciones del 31 (...). La pintura no está para decorar apartamentos, el arte es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo. La guerra de España es la batalla de la reacción contra el pueblo, contra la libertad. En la pintura mural en la que estoy trabajando, y que titularé Guernica, y en todas mis últimas obras, expreso claramente mi repulsión hacia la casta militar, que ha sumido a España en un océano de dolor y muerte”.

El panel central del, cuadro está ocupado por el caballo agonizante y la mujer portadora de la lámpara. ​ Los paneles laterales son, a la derecha, la casa en llamas con la mujer gritando, y, a la izquierda, el toro y la mujer con su hijo muerto. Las figuras están organizadas en triángulos, de los cuales el más importante es el central, que tiene como base el cuerpo del guerrero muerto, y como vértice la lámpara. Aparecen doce símbolos: seis seres humanos y tres animales (toro, caballo y paloma), tres objetos. Figuran Madre con hijo muerto (¿La Pietá?); Guerrero muerto (una talla rota o el Arte destruido por los bárbaros); Hombre implorando (basta de guerras); Toro (simboliza "brutalidad y oscuridad"); Paloma (símbolo de paz rota); Bombilla (simboliza la bomba moderna y destructora); Caballo (las víctimas de inocentes de la guerra); Mujer arrodillada (la hemorragia de las heridas); Mujer del quinqué (alegoría fantasmagórica de la República); Casa en llamas (la Arquitectura destruida); Hombre implorando (para decir “basta de guerras”); Flecha oblicua (símbolo de la guerra, de esta guerra); la mujer con los brazos al cielo (símbolo del horror de la guerra moderna). Claro que las interpretaciones son muchas y a veces contradictorias. Y el propio Picasso no era muy dado a explicar sus obras.

A Picasso se le pagaron solo los colores, las telas, los bastidores, los marcos, el transporte, cantidades mínimas; el trabajo fue un regalo del artista a la República. Se le dio un recibo que décadas más tarde permitiría al Gobierno español reclamar la propiedad del cuadro. Picasso hizo dos bocetos de la obra con las principales figuras del toro, la mujer con la luz, el guerrero derribado en el suelo y el caballo, la figura de la madre con el niño muerto en brazos. El trabajo sobre el cuadro ya directamente empezó el día 11 de mayo que luego realizaría totalmente en seis fases y dio por concluido el cuadro el 4 de junio de 1937, al parecer inspirado en la película 1932 de Frank Borzage  Adiós a las armas, basada en la novela de igual nombre de su amigo Ernest Hemingway. El 12 de julio de 1937 se abrió la exposición y también se vendió el grabado de Picasso Sueño y mentira de Franco.

El “Guernica” contribuyó en gran medida a sensibilizar a la opinión pública europea y luego la norteamericana sobre la situación española. El traslado definitivo a España se hizo en 1981, junto a 45 esbozos. La obra es una de las más simbólicas de la historia de la pintura. Carlos Villalba Bustillo (Q.E.P.D.), mi amigo y hermano en los símbolos, el siempre recordado colaborador de La2Orillas, dijo sobre el Guernica: Toda una catilinaria, en óleo sobre lienzo, contra la barbarie de las guerras que han arrasado naciones y conmovido al mundo”; para luego pedir “Que los 80 (años) del Guernica sirvan para enviarle una réplica a cada presidente genocida”. (Carlos Villalba Bustillo. Malecón, 16 de abril de 2017. En: El Universal, Cartagena).

El Guernica goza de intemporalidad. Pero, golpea y produce una sensación general de angustia, de desconcierto, de dolor, dramatismo, de grisalla (color para sus cuadros de contenido político), de gritos desesperados y gestos de dolor a causa de una violencia bestial, destructiva, irracional, de aturdimiento, de brutalidad y oscuridad, dolor y lágrimas, de paz rota, de hemorragias de todo tipo así no esté presente el rojo en físico. Obra de un realismo social —sin el aburrido realismo estalinista—. Todo es símbolo del horror de una guerra civil fratricida, vista desde tres ángulos: cubista, surrealista y con deformaciones expresionistas. En todo caso expresa el horror y la destrucción de la guerra, como fuese intitulada la exposición que organizase el Museo Reina Sofía bajo el título “Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica”.

El Guernica puede ser interpretado como cada uno lo piense o sienta. Pero, hay algo sobre lo cual tal vez nadie puede permanecer indiferente y es que aterra, conmueve y suscita la “révolte” de Albert Camus. En efecto, la obra remite perfectamente al horror de la población civil en ese trágico día en que llovieron bombas asesinas sobre una población inerme. También, es mi caso, ella concita a la interpretación política y en esto —en lo bastante que he leído—, las interpretaciones más recurrentes son las de condena al nazismo, reproche a la conducta asumida por Franco y un clamor casi que universal de que no permanezca impune el cobarde bombardeo. Clamor que exige, lo veremos con las masacres de Oradour-sur-Glane y Bojayá, verdad, justicia y reparación.  

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