Voy a votar por Claudia López y por eso estoy preocupado. En las últimas encuestas la caída ya es notoria. Hace un par de meses ganaría sobrada, ahora tiene que ver como Carlos Fernando Galán y Miguel Uribe Turbay le respiran en la nuca. Para nadie es un secreto que la guerra le conviene a Alvaro Uribe. En ese sentido Iván Márquez es el gran idiota útil del expresidente. En unas elecciones regionales donde el uribismo caería estrepitosamente, la Nueva Guerrilla de Márquez y Santrich le ha dado alas. Además están las salidas de Claudia López, su forma de ser. Irresponsables como Daniel Samper Ospina le han dado un estatus que no tiene, eso de que es el faro moral de Colombia. ¿De cuando acá Claudia es un árbitro que rige los designios del país? Ella es la única política honesta, la única que no roba. Y sin embargo hay gestos de ella que nos han desilusionado a los progresistas que pensamos votar por ella.
Unas horas después de que Iván Márquez sacara su estúpida Nueva Guerrilla, López sacó un trino en donde quiso sacarle partido a la guerra. Además, llamémoslo por su nombre, entre ella y Carlos Fernando Galán no hay mucha diferencia. En realidad lo único progresista de Claudia López es que es mujer y lesbiana, de resto sus políticas son abiertamente neoliberales. Pero además está su mal genio.
Esta semana, en un foro que se dio en Bogotá, Claudia López insultó a Miguel Uribe Turbay, candidato del Centro Democrático, con adjetivos que no voy a repetir acá. Cuando el muchacho quiso responder de la mejor manera, la exsenadora se fue del recinto de la peor manera. Con razón Miguel Uribe se desahogó en redes y la gente le dio la razón.
Miguel Uribe Turbay es bien limitado, tanto que es de los pocos que realmente se comen el cuento de que le Alcaldía de Peñalosa es impopular pero eficiente. Incluso parte de su propuesta es que tendremos cuatro años más de política peñalosista. Esto es como prometer el apocalipsis. Sin embargo es el que más sube en las encuestas, ya empató con Carlos Fernando Galán. La sombra de Uribe no le sirve mucho en Bogotá pero, recuerden muchachos, los bogotanos son más machistas y homófobos que antiuribista, y si Claudia sigue subiendo la voz se va a hacer el harakiri.
Y su tonito hará inviable que la tabla de salvación se la tire Petro. El de la Colombia Humana está esperando que Hollman Morris llegue a los 16 puntos en las encuestas –está en 13- para quitarle el apoyo y entregárselo a Claudia quien por su profunda convicción feminista no se lo aceptará. Faltan menos de dos meses y la pelea arranca. Creíamos que Claudia ganaría holgada en la capital pero no señores, ella misma se está ahorcando.