El que se arrodilla para conseguir la paz... se queda con la humillación y
con la guerra .
Winston S. Churchill
Como lo señalan diferentes medios, alias Iván Márquez reapareció en las últimas horas en un video junto con alias el Paisa, Romaña y Jesús Santrich, anunciando que vuelve a tomar las armas. Los sujetos aparecen en la grabación, de 32 minutos de duración, con fusiles automáticos, acompañados por un grupo, quienes son al parecer sus subalternos, también fuertemente armados. Según Márquez se trata del “segundo Marquetalia”, en referencia al municipio en el cual alias Tirofijo dio inicio a las Farc. Afirma que esto “es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana” y de paso anuncia que buscarán alianzas con el ELN. En el «manifiesto» que lee, Márquez, afirma que esta retoma de las armas “no tiene como objetivo soldados ni policías”, sino que será “esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir atrancando la puerta del futuro de un país.”
La amistad entre Iván Márquez, apadrinada por Piedad Córdoba, viene de tiempo atrás. En un artículo publicado en Las2orillas en el 2018, el periodista Iván Gallo afirma: “Márquez, que venía del Urabá, congenió de inmediato con Santrich. Ellos fueron el puente entre las Farc y el gobierno venezolano. La amistad entre Márquez y Piedad Córdoba ayudó a consolidarlo. La estrecha relación entre la guerrilla y el gobierno bolivariano fue denunciada ante la DEA por el embajador ante la OEA de Álvaro Uribe, Luis Alfonso Hoyos. Esos años fueron fundamentales para que Márquez sugiriera al secretariado llevar a Santrich, desde la primera reunión exploratoria en Oslo en el 2012.” Por lo tanto, que este par de aspirantes a traquetos, que no hace tanto fueron agarrados en la masa tratando de concretar un negocio de exportación de 10 toneladas de cocaína, decidieran regresar al monte a imprimirle un manto ideológico a su ambición de convertirse de nuevo en narcotraficantes, estaba cantado.
Lo que también estaba cantado era la presencia, en esta nueva recua de bandidos, de los narcotraficantes Romaña y el Paisa. Salud Hernández Mora, en su columna en El Tiempo del pasado 3 de julio, ya lo había advertido: “Confirmo que ya está en la disidencia. Hernán Darío Velázquez, alias el Paisa, cerebro de la bomba de El Nogal y del secuestro masivo en Neiva, además de incontables asesinatos y violaciones a niñas que reclutaba, supone una amenaza para el país, un refuerzo brutal para las nuevas Farc-EP. Sabe de terrorismo y guaridas, no resultará fácil cazarlo porque, además de moverse bien por el Putumayo, conserva poder por el terror que infunde en las áreas del Caquetá en donde siempre fue fuerte… Ni siquiera pueden dormir tranquilos Timochenko y los de su ala del partido Farc (¿no cambiarán ese maldito nombre?). Conocen mejor que nadie la capacidad sicarial del Paisa y su facilidad para poner bombas. Del exjefe de la Teófilo Forero se podrán decir muchas cosas, menos que no sabe de guerras y atentados. Es un enemigo de cuidado. Parte de la culpa de que ande suelto y esté traficando coca y comandando disidentes habría que achacarla a la cúpula del partido fariano y a la connatural permisividad de la JEP. La Fuerza Alternativa del Común (Farc) conocía de sobra que el Paisa no estaba con ninguna paz, igual que Márquez. También apuesto a que alias Romaña se les ha unido, aunque no puedo confirmarlo aún. Lo supongo después de lo que me contaron en la zona de reinserción de Tumaco. Le fascina la plata, conserva propiedades, poder y mando, y le cuesta un mundo dejar el bandidaje.”
A Márquez, Santrich, el Paisa y Romaña
les fascina la plata, las propiedades, el poder y el mando,
y les cuesta un mundo dejar el bandidaje
Salud Hernández tiene toda la razón: a todos los cuatro bandidos, Iván Márquez, Santrich, el Paisa y Romaña les fascina la plata, las propiedades, el poder y el mando, y les cuesta un mundo dejar el bandidaje.
Lo que es muy grave, más que el regreso de estos sinvergüenzas a la guerra, que como ya lo hemos dicho estaba cantado, es el apoyo absoluto e incondicional de Maduro y sus secuaces a la guerra. Mientras que el criminal Maduro siga en el poder, la paz en Colombia no dejará de ser una quimera.
